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Cómo enfrentar el término del año escolar durante la pandemia
Lunes, Diciembre 21, 2020 - 16:44

Bruno Landa, director del Departamento de Consejería, y Carlos Morales, psicólogo del Departamento de Consejería, ambos del Colegio Markham, entregan algunos consejos para acompañar a los jóvenes en este proceso.

En estas semanas, varios estudiantes concluyeron su año escolar, pasando a otra etapa: muchos tendrán que decidir qué estudiarán. Sin embargo,tal cual ha sido la tendencia este año, aún no hay certeza de cómo continuarán las clases.

Si bien todas las personas deben enfrentar la incertidumbre, los jóvenes tienen que tomar importantes decisiones en este periodo, con todo y pandemia. Es a raíz de esto que Bruno Landa, director del Departamento de Consejería, y Carlos Morales, psicólogo del Departamento de Consejería, ambos del Colegio Markham, reflexiona sobre este tema y comparten algunos consejos.

La poca certeza es una constante entre los jóvenes: no tienen claridad de cómo serán sus vacaciones y, posteriormente, lo que vendrá en su vida académica. Tampoco están seguros de qué opción de estudios tomar. "Debemos tener en cuenta que, para ellos, este año ha sido difícil el poder explorar qué profesión estudiar y dónde hacerlo", indican.

En el caso de quienes permanecen en el colegio, "no saben si van a regresar de forma presencial o no. Tampoco saben si van a tener que volver a estar dentro de casa sin poder ver a sus amigos o no", explican.

Al respecto, ambos entregan consejos para poder manejar estas dudas:

  • Acompañarlos siempre, ofrecerles oportunidades para que exploren o vean diferentes carreras. Tal vez, promover que conversen con profesionales del área de su interés.
  • No forzarlos a tomar una decisión de forma apresurada, pero si motivarlos a investigar sobre sus fortalezas, gustos y pasiones.
  • Reforzar la idea que no es necesario saber qué quiere estudiar, porque esta etapa de formación profesional es un proceso complejo que tiene diversos momentos.
  • Los que aún se quedarían, también habría que acompañarlos para explorar cómo se sienten y ver cómo poder apoyarlos. Ahora que se puede salir un poco más, ver la manera en que puedan estar fuera de casa, ir a espacios seguros y tal vez visitar a otras personas.
  • Conversar sobre las sensaciones, recordemos que hemos estado expuestos a mucho estrés y ansiedad por no contagiarse y no enfermarse.
  • El contacto con la naturaleza también ayuda bastante y si ahora en el verano puede realizar algún tipo de actividad, sea por zoom o no, sería recreativo y permitiría ir adecuándose a cualquier posible escenario para el inicio del próximo año académico.

El actual escenario puede complicar a más de alguno, sobre todo cuando deben decidir qué estudiar. Sobre esto, ambos profesionales dicen que es común que los jóvenes no tengan claridad de qué estudiar, así como pensar que conocen su vocación pero luego se dan cuenta de que no lo era.

"Con mucho tiempo de anticipación, se puede prevenir que esto suceda haciendo un trabajo desde años anteriores, reforzando algunos puntos. Por ejemplo, enseñar a los chicos a tomar decisiones, que sean capaces de pasar por distintos tipos de procesos de toma de decisiones, y dejando que puedan puedan escoger qué quieren, analizando alternativas y sopesando las consecuencias; hacer un trabajo de identificación de sus fortalezas y debilidades; y saber cómo explorar e investigar sobre las distintas carreras que les llame la atención. Un camino posible sería el identificar las áreas de interés, como las ciencias, artes, letras, etc, y luego ir a especialidades que les gustaría explorar más".

Los profesionales continúan diciendo que "muchas veces rehuimos al conocimiento de nosotros mismos, a preguntarnos qué nos gusta y qué no, qué hacemos bien, qué necesitamos mejorar, etc. Es ahí en donde podemos incidir, y para ello es bueno explorar. Tratemos de animar a nuestros hijos a una mayor cantidad de experiencias, lo que les ayudará a tener una mejor idea de qué quieren seguir profundizando. Hagamos que ellos elijan qué experimentar, qué hacer, qué practicar".

La desorientación también es muy común en este periodo, y bastan si es que no se ha trabajado desde antes. Pero, tanto Landa como Morales, coinciden en que "es normal no saber, el problema es cuando no se hace nada al respecto y no se busca obtener soluciones".

Hay que considerar que son adolescentes que tienen que decidir qué estudiar, cuando el colegio siempre les ha dicho qué estudiar sin aclararles para qué y por qué. En otros países, agregan los directivos, "el curriculum te permite decidir, entre mayor cantidad de opciones, qué asignaturas estudiar y además cuentan con uno o dos años adicionales de estudio. Esto genera una amplitud en las opciones y una mayor madurez al momento de elegir una carrera profesional. Entonces encuentras estudiantes más maduros y con mayor conocimiento de sí mismos".

Qué carrera estudiar:

El trabajo de poder explorar un poco más las carreras se ha visto afectado. Los chicos no han podido ir a visitar las universidades, conocer de forma presencial cómo son estas, y a qué se refieren con la vida universitaria en tal u otro lugar.

"A pesar de haber podido hacer visitas virtuales, conversar con profesionales, profesores y encargados de diversas universidades, creemos que esto no ha sido suficiente. Alumnos con curiosidades particulares, que quieran estudiar en el extranjero o carreras poco comunes, no han podido investigar tanto estas opciones. Tampoco han podido o les ha sido muy difícil poder llenar ciertas expectativas sobre las carreras o, peor aún, no ha sido posible mostrarles todo lo que una profesión podría tener para ellos", dicen los directivos.

Sin embargo, inclusive en la presencialidad, "también se han visto dudas en los estudiantes que concluyen su secundaria, y sabemos que al terminar muy jóvenes sufren la falta de conexión entre lo que se trabaja en el colegio y la vida profesional, la poca posibilidad de tener experiencias laborales, la idea errónea de que el único camino para ser profesional es la universidad y la poca difusión de lo que implica una opción profesional u otra".

-¿Cómo los padres pueden ayudar en esta búsqueda?

Ayudándoles a discernir entre sus gustos, fortalezas y debilidades, que les permitan obtener mejores decisiones. Igualmente, trabajar desde sus propias experiencias, cómo llegaron a donde están, qué errores cometieron y qué hicieron al final. Además de mostrarles cómo fue su propio proceso, también generarán un mayor vínculo y confianza entre ustedes.

Ayudarlos a reconocer sus pasiones, no solo académicas, sino extracurriculares. Igualmente, no estereotipar ciertas profesiones, ya que estas no solo cambian a lo largo del tiempo sino que tal vez sean distintas a las que alguna vez conocieron.   

Los padres deben comentar lo que hacen en la profesión en la que se encuentran, discutir y promover el conocimiento de opciones diversas, revisar en conjunto (padres e hijos) la mayor cantidad de información, conversar con profesionales sobre su quehacer diario.

-¿De qué manera los padres pueden acompañar a sus hijos en este momento?

Desde el punto de vista emocional, los padres tienen una labor importante, primero acompañando a sus hijos como lo han estado haciendo en estos meses difíciles, tiempo en familia, comunicación constante y asertiva, variedad de actividades, promover la salud física de los hijos así como la salud mental, pensar de manera optimista en el futuro inmediato, conectarse con otras personas para que vayan perdiendo el miedo y entendiendo más la importancia de las medidas adoptadas en todo este tiempo.

Los padres deben comprender que los hijos además de estar pasando por esta etapa de pandemia, también son adolescentes que están en plena formación de su identidad y de poder ser capaces de controlar sus emociones. Por lo tanto, debemos ser empáticos con ellos, siendo curiosos y no furiosos para poder entender que, a pesar de que ellos vayan a equivocarse, debemos ayudarlos a identificar y controlar esas emociones y conductas.

-¿Cuándo deberían acudir a un especialista y cuándo es posible orientarlos en casa?

Podríamos dar un conjunto de signos, pero ¿cuántos de estos deberían ser suficientes para alarmarnos? Recuerden que cada padre de familia está en mejor posición que otros de conocer a sus hijos: observen, hablen, pasen tiempo juntos, así podrán evitar muchas cosas. Cuando se comuniquen con sus hijos no vayan con prejuicios, sean abiertos y escuchen lo que ellos tienen que decir, no se alarmen, traten de mantener la calma, no impongan, dialoguen, enséñenles a escuchar y aceptar las opiniones de otros.

Cuando ves que tu hija/hijo puede estar descontento, triste, desmotivado, hablando poco, prefiere estar solo, se encierra en el cuarto, su apetito puede verse afectado, etc, y no sabes qué más hacer, entonces es ahí donde podrías buscar apoyo externo. En muchas ocasiones, por el tema de vergüenza o miedos, los chicos prefieren conversar con otras personas que con sus propios padres.

Por lo tanto, un buen vínculo, con una comunicación asertiva y constante entre padres e hijos es una manera de prevenir posibles problemas a futur

Autores

Daniela Arce