Pasar al contenido principal

ES / EN

¿Cómo es morir en Japón?
Viernes, Noviembre 24, 2017 - 08:08

Una dura y solitaria realidad, en uno de los países mas longevos del mundo.

Cuando Mitsuru Niinuma descubrió que tenía cáncer de garganta en fase terminal, decidió quedarse en casa en vez de morir en un hospital. Así puede pasar más tiempo con su nieto y tener a su querido perrito Rin a su lado. “El cuidado en casa permite que pueda usar mis capacidades todo el tiempo que me es posible, algo más difícil de conseguir en un hospital", dice.

En Japón, la mayoría de los pacientes terminales prefieren pasar sus últimos días en un hospital. Algunos prefieren quedarse en casa para estar con sus seres queridos, otros lo hacen por los costos de hospitalización.

Las paredes del dormitorio de Mitsuru están decoradas con grandes rompecabezas coloridos que hizo su nieto. Una fisioterapeuta le visita regularmente para masajear o estirar su pierna izquierda, adormecida y debilitada después de los meses de reposo en cama.

Yasudo Toyoko vive en la casa de su hija en Tokio. La mujer, de 95 años, tiene cáncer de estómago y demencia. Su hija la cuida porque, según ella, el hospital empeoró la demencia de su madre. El cuidado domiciliario es una excepción en Japón.

Según un estudio de la OCDE, el 80% de los japoneses prefiere morir en un hospital si están enfermos en fase terminal.

No todo el mundo decide voluntariamente pasar sus últimas semanas en casa.

Después de que le diagnosticaron leucemia, Katsuo Saito decidió que moriría en un hospital de cuidados paliativos. Pero las listas de espera eran tan largas que pasaron varios meses antes de su traslado. Murió dos días después de haber llegado.

Y es que, como Japón está envejeciendo, los hospitales y sus camas empiezan a escasear. Un cuarto de la población japonesa tiene más de 65 años, lo que hace de la nación asiática una de las más viejas del mundo.

Las autoridades de salud pública prevén una carencia de casi 500.000 camas de hospital en 2030.

Yasuhiro Sato tiene cáncer de garganta en fase terminal. Preferiría estar en un centro médico, pero este jubilado no puede pagar los costos de hospitalización y los seguros no cubren los gastos. Por eso se queda en su departamento. “Una persona rica, como un político o un cantante, resuelve todo con dinero", dice.

El médico Yuu Yasui dirige una clínica móvil que proporciona cuidados a pacientes terminales que se quedan en casa. La idea surgió en 2013. “Creo que es importante tener a un médico que ayude a las personas que quieren pasar sus últimos días y enfrentar naturalmente la muerte en el lugar donde vivieron”, dice el especialista.

Algunos pacientes del doctor Yasui viven con su familia o tienen parientes y amigos que les visitan regularmente. Para los demás, las citas con el doctor y los otros cuidadores son sus únicas conexiones con el mundo exterior. El paciente con cáncer Yusuhiro Sato ya no tiene parientes en Tokio. Vive una vida solitaria.

“Está bien. Ya no soy la carga de nadie”, dice Yasuhiro. “Me iré al más allá tranquilamente. Solo”.

El 13 de septiembre de 2017 dejó de respirar. Las únicas personas presentes en su departamento ese día fueron sus médicos, auxiliares y los operarios de pompas fúnebres.

 

Autores

Deutsche Welle