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Cómo puede un emprendedor fortalecer sus habilidades blandas con entrenamiento cerebral
Martes, Agosto 8, 2017 - 16:32

Si bien los emprendedores tienen características que los diferencian, también necesitan desarrollar y trabajar ciertas habilidades blandas, las cuales son necesarias para varias actividades.

Desde hace varios años que en América Latina se está viendo el auge del emprendimiento, con incubadoras y aceleradoras en varios países de la región, así como ayudas gubernamentales y programas dedicados a formar nuevos emprendedores en universidades y escuelas de negocios.

El aumento del interés por emprender queda demostrado en los resultados de informes como el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) que recoge relevante información sobre el actual escenario emprendedor a nivel mundial. En el caso de América Latina, la mayoría de los emprendedores lo hace para aprovechar una oportunidad de negocio, en comparación con aquellos que optan por este camino como una necesidad, quienes son minoría.

En medio de este escenario de emprendimiento figuran los Millennials y los Centennials, quienes no necesariamente son los que más emprenden pero que para los expertos en talento reúnen varias caracterísricas positivas. Estas generaciones enfrentan la vida con una mirada que les permite ser menos temerosos del riesgo, independientes, competitivos y con ansias de trabajar en empresas que tengan valores similares a los suyos.

Valientes y adictos a la novedad

Cristian Alliende es coach, socio fundador de Neurofutura e imparte entrenamiento cerebral en el centro de innovación chileno Área 51. Dada su experiencia, Alliende dice que los emprendedore se diferencian porque uno de sus mayores rasgos de personalidad tiene que ver con la valentía y el afán por hacer cosas nuevas. A esto se suma que son personas que quieren libertad, novedad y una mejor calidad de vida, junto con no sólo perseguir la satisfacción material, sino que también solucionar algún problema, lo que se puede ver por aumento de iniciativas relacionadas con el emprendimiento social. 

“He trabajado con emprendedores y he visto que sus motivaciones son muy diversas, sin embargo, hay un rasgo de personalidad que para sostener un emprendimiento probablemente es uno de los con mayor importancia que tiene que ver con la capacidad de enfrentarse a sí mismo”, dice Alliende.

Oda al fracaso

Es natural que se asocie el emprendimiento con una alta tolerancia a la frustración, creatividad y poca aversión al riesgo, pero ¿por qué esto es así? A diferencia de quienes no se sienten cómodos fuera de su zona de confort, quienes sí se atreven y soportan fracaso tras fracaso hasta dar con el éxito, manejan niveles distintos.

“Todo el mundo tiene tolerancia a la frustración, la diferencia son los niveles de tolerancia que uno pueda manejar, los niveles de flexibilidad, de riesgo, y el rango de creatividad”, explica Alliende.

Y cuando se habla de levantar startups, el fracaso hasta es premiado. Un ejemplo son los encuentros “Fuck Up Nights”, que partieron en México y que ahora se replican en varios países, donde los emprendedores relatan sus fracasos. La instancia permite saber de boca de los propios emprendedores por qué fracasaron, qué aprendieron de esto y qué hicieron para replantearse el camino, ya sea tomando decisiones radicales o modificando su modelo de negocio, idea o forma de trabajo.

Alliende dice que “en comités de riesgo de fondos de inversión o de capitales de riesgo, especialmente fuera de Chile, el hecho de que alguien haya tenido uno o dos fracasos, se entiende como un plus. Esto, porque se ha tenido una experiencia que es casi imposible de enseñar o transmitir si no se ha vivido. En esos comités de riesgo el hecho de que una persona haya fracasado y logrado sobreponerse es visto como algo que disminuye el riesgo y se transforma en atractivo”.

Aunque es valioso ser capaz de evaluar el riesgo y enfrentarlo, no todas las personas se lo plantean. Incluso, es conveniente que, con o sin deseos de emprender, tengan consciencia de que se puede fracasar en cualquier momento y ámbito de la vida.

La importancia de las habilidades blandas

Más allá de los conocimientos técnicos que se deben poseer para levantar una empresa, es necesario tener ciertas habilidades, por básico que parezca. En la Academia Ada, de Girls in Tech, por ejemplo, parte del entrenamiento que se les hace a las seleccionadas con proyectos relacionados con la ciencia y tecnología consiste en un programa de formación que incluye las habilidades personales.

Alliende dice que las habilidades blandas son necesarias en cualquier actividad, “porque aunque se trate de algo extremadamente tecnológico, esa persona va a tener la necesidad de explicarse y coordinarse con al menos una persona, y eso requiere de habilidades muy especiales, como el manejo del ego y del estrés, cosa que está relacionada con las habilidades blandas”.

Es por eso que a la hora de iniciar un emprendimiento, el desarrollo de habilidades se vuelve tan importante. “Lo que uno puede hacer es generar habilidades que permitan el sostenimiento emocional y físico, o psicoemocional, las cuales serán básicos a la hora no sólo de emprender, sino también de sostener el emprendimiento en el tiempo o una actividad ya establecida”, dice Alliende.

Una de estas formas es trabajar el cerebro, que puede servir para moldearlo en este camino para estar más preparado en el camino del emprendimiento. Alliende dice que el entrenamiento cerebral es beneficioso para fortalecer y trabajar habilidades físicas, intelectuales y emocionales.

"El cerebro se traba, se frustra, y cuando pasa esto no es capaz de desarrollar y ejercer aquellas actividades de más alto nivel o las realiza, pero de manera imperfecta o con un nivel mucho menor de capacidades reales. Hasta la coherencia de nuestro latido cardiaco puede variar con simples prácticas. Eso se entrena con fórmulas que están establecidas en muchas partes, disciplinas orientales, ancestrales y otras de estudios que se han hecho últimamente, y sirven para el emprendimiento, educación, salud, calidad de vida, etc. Son habilidades comunes al cuerpo y al desarrollo en las diversas areas de la vida”, dice Alliende. 

Para entrenar el cerebro se requiere de tiempo y espacio de entrenamiento, al igual que sucede con un deporte o algún pasatiempo. Dedicarse es la clave, lo que en entornos estresantes puede ser más complicado.

Alliende dice que entrenar las habilidades toma tiempo, pero todos pueden. En cuanto a entrenamientos para desarollar estas habilidades, el coach dice que hay ejercicios y meditaciones de tres minutos, pero todo depende del contexto de cada persona y lo que ésta busque realizar. "Lo más importante es poder destrabar el cerebro, por razones que ocuparia algún tiempo explicar, cortar el círculo del estrés “el vivir pasado de revoluciones”, y poder generar el espacio para volver al punto 0 y partir de nuevo de una importancia suprema. Mientras más rápido una persona logre cortar ese círculo y volver a 0, mayores beneficios va a lograr", concluye. 

FOTO: PEXELS.COM

Autores

Daniela Arce