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¿Cómo resolver conflictos éticos en las empresas globales?
Martes, Septiembre 23, 2014 - 11:27

Una publicación del IESE Business School entrega las causas de los conflictos éticos más comunes y entrega recomendaciones.

Resolver conflictos éticos pareciera ser una necesidad imperiosa en las empresas globales que diariamente deben enfrentar diversos procesos. Sin embargo, muchos directivos están lejos de enfrentarlos de la mejor forma.

A raíz de esto, IESE Business Schoool publicó un árticulo sobre "Las raíces culturales de los conflictos éticos en las empresas globales” del profesor del IESE Carlos J. Sánchez Runde, Luciara Nardon y Richard M. Steers.

Los académicos explican que los directivos de empresas globales abordan los conflictos éticos desde su experiencia personales y los casos concretos, lo que dejaría ver la falta de una auténtica comprensión de la ética y los valores culturales.

Es por eso que detallan las causas de los conflictos éticos más comunes y entregan algunas recomendaciones.

1. Diferentes sensibilidades y preferencias

A pesar de que las diferentes preferencias personales no deberían suponer ningún problema en el ámbito laboral, cuando estas afectan al negocio, se debe decidir cuáles prevalecen. Por ejemplo, un vegetariano no sería el mejor candidato a comercial de una empresa cárnica.

2. La importancia relativa de los imperativos morales frente a los requisitos legales

En los negocios, la ética personal puede entrar en conflicto con el cumplimiento estricto de la legislación de algunos países. Alguien que haya viajado alguna vez a Israel posiblemente mienta a las autoridades iraníes para que le permitan entrar en el país, en cambio, el mismo individuo no lo haría ante los agentes de inmigración de su país. Así, los directivos han de hallar un equilibrio entre las implicaciones morales y los requisitos legales en un contexto global.

3. Tolerancia respecto a los valores de los demás

Establecer un nivel adecuado de tolerancia o intolerancia, cuando surge un conflicto de valores, algo inevitable, es imprescindible. Hay que priorizar unos valores por encima de otros, lo que, por ejemplo, obliga a los directivos a pensar si ayudar al prójimo es más importante que actuar con integridad.

Autores

AméricaEconomía.com