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Compro, luego pago, el peor error que puedes cometer con tus finanzas
Lunes, Noviembre 27, 2017 - 08:40

Adminístrate, planea, paga tus deudas, cumple con tus compromisos, después ahorra y, al final, gasta.

Sofía se emocionó el año pasado, cuando encontró una oferta que no pudo resistir: la televisión con tecnología más nueva, tal y como la había soñado, pero eso no fue todo, estaba a 36 meses sin intereses.

No podía ser mejor que un sueño, encontrar ese producto que quería y lo mejor, en mensualidades.

Así parecía ser, hasta que se topó con una nueva promoción, pero ella seguía pagando su televisión, que, por supuesto ya no era de última generación, hoy casi como los coches, las televisiones se devalúan prácticamente al salir de la tienda.

La lección para Sofía fue dura, no sólo porque no pudo comprar, sino también porque sus ingresos siguen comprometidos, no por un año más, sino por dos.

Y no me malentiendas, no estoy satanizando nada, usar la tarjeta, los meses sin intereses, el crédito. No es que sean el diablo, sólo hay que saber utilizarlos.

En este caso, no está mal comprar un bien duradero a meses sin intereses, pero es importante encontrar un plazo que no te ahorque y que no comprometa tus ingresos por tanto tiempo;  un equilibrio que, sin duda, es difícil conseguir.

Eventos como el Cyber Monday, el Buen Fin o el Black Friday muestran lo mucho que nos hace trabajar en nuestra perspectiva de futuro, y pensar en tener dinero para emergencias o simplemente guardarlo, parece que nos quema las manos y pienso en aquella frase de “compro, luego existo”.

¿Por qué? Porque nos parece más fácil comprar y después pensar en cómo se pagarán esas compras, o pensar que trabajamos mucho para darnos uno que otro gusto, y entiendo perfecto; está muy bien darse un gusto, pero como dicen por ahí: todo con medida.

Bonos extraordinarios

A final de año, muchos suelen recibir bonos extraordinarios, como el aguinaldo o la gratificación.

Y es un buen momento para que comiences a planear su uso, checa que dije su uso, no su gasto, primero que nada, deberías considerar una parte para el ahorro.  

Si tienes deudas, también puedes destinar un porcentaje para pagarlas, y ese último pedazo para darte ese gusto por el que tanto peleas, ¿qué te parece?

Y, por supuesto, por lo que más quieras no utilices estos recursos para el gasto corriente, porque de lo contrario comenzarás a despilfarrarlo y cuando menos te des cuenta ese dinero habrá desaparecido.

Esta es una forma de pensar y existir antes de comprar y gastar, para que no te quedes sin nada, para que planees bienun ingreso por el que trabajaste un año, que tardó en llegar todo ese tiempo, como para que en un abrir y cerrar a los ojos termines con él.

Adminístrate, planea, paga tus deudas, cumple con tus compromisos, después ahorra y, al final, gasta, para que tus finanzas estén lo más balanceadas posible, para que esa alegría te dure todo el siguiente año y no comiences peor.

Autores

Sonia Soto/ Excélsior