Pasar al contenido principal

ES / EN

Conozca el decálogo de los buenos líderes
Lunes, Noviembre 23, 2015 - 14:17

De acuerdo a EAE Business School, un buen líder debe ser capaz de entender las próximas necesidades de los clientes y de los empleados.

Liderar un equipo al interior de una empresa es un reto que sólo los más capacitados pueden sobrellevar. Y es que este rol requiere de un sin fin de habilidades que permitan, a través de los trabajadores, llevar a la empresa hacia el próximo nivel.

En ese sentido, EAE Business School y Harvard Deusto publicaron en su blog Retos Directivos el decálogo del buen líder. Aquí un extracto.

1.- Emprendimiento y liderazgo innatos: El líder directivo nace y se hace. Aunque parezca obvio, la primera cualidad es saber dirigir y gestionar equipos. Directivos que tengan experiencia en el trabajo en grupo y una gran facilidad para la comunicación, preparados para asumir nuevos retos y proyectos. 

2.- Responsabilidad cien por cien: Asumir retos conlleva aceptar éxitos y errores. Aprender de lo que no funciona es también un excelente modo de “reconceptualizar” las ideas empresariales, reformular procedimientos  obsoletos y adaptarse a los constantes cambios del mundo empresarial.

3.- Visión y capacidad proactiva: Un buen líder debe ser capaz de entender las próximas necesidades de los clientes y de los empleados, visualizar las movimientos de la competencia, los vaivenes del mercado y de la banca, para aportar ideas sostenibles que hagan aumentar la productividad, el buen clima laboral y la próxima cuenta de resultados.

4.- Empatía y confianza: Crear equipos unidos y comprometidos con los valores y objetivos de una empresa requiere de un aporte de confianza desde la dirección. Una confianza en doble sentido, tanto a nivel interno -con los colaboradores- como a nivel externo -con proveedores, mercados, consumidores- que esté basada en el respeto mutuo y en la disciplina laboral se traducirá en mayores oportunidades de negocio.

5.- No al individualismo: Aquel líder que adule al individualista, que prefiera el individualismo frente al compañerismo, no tiene cabida en el actual sistema empresarial. El primer ingrediente para una buena gestión es saber transformar las debilidades de cada colaborador en una fortaleza para el equipo. Para ello es necesario detectar el talento, conocer la personalidad de cada uno dentro del equipo y medir su impacto en el conjunto.

6.- Inteligencia emocional: Conocerse a uno mismo es el primer condicionante para poder controlar nuestras emociones y canalizar el estrés del día a día. Solo de este modo el líder podrá transmitir una actitud positiva y motivadora a sus equipos.

7.- Ver,  escuchar y comunicar: Saber escuchar a cada colaborador y mantener informado a los equipos de la evolución de la empresa es clave para que se sientan partícipes de la misma.

8.- Gestión de crisis y resolución de problemas: El buen líder siempre va un paso por delante. De ahí su facilidad para poder solucionar problemas cotidianos antes de que sea tarde -por ejemplo, entre los colaboradores- y para tomar decisiones estratégicas ante una crisis de reputación.

9.- Flexibilidad y adaptabilidad: El ritmo actual hace necesario que todo líder sepa adaptarse a las circunstancias cambiantes del mercado. Un pensamiento crítico y estratégico es el aliado perfecto para estos casos.

10.- Alimentar la red de contactos: De ello dependerá, en gran medida, que se detecten oportunidades de negocio a tiempo. Fomentar las relaciones interpersonales -proveedores, competencia, intermediarios, clientes- en el trabajo es una tarea que se hace a largo plazo, con persistencia, perserverancia y paciencia.

Imágenes | Flickr

Autores

AméricaEconomía.com