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Conozca las señales y pasos concretos para enfrentar el estrés laboral
Lunes, Mayo 2, 2016 - 07:13

El burnout es un tipo especial de estrés laboral – un estado de agotamiento físico, emocional o mental combinado con dudas sobre su capacidad y el valor de su trabajo.

Por Amber Wigmore Álvarez para Directora Dpto Carreras IE BUSINESS SCHOOL. De verdad, hay especialidades en las cuales uno preferiría no ser experta. En mi caso, tras tratar con numerosos casos de estrés laboral, uno empieza a identificar ciertos patrones y señales, que son importantes de reconocer para poder encontrar la calma y la claridad de mente para poder convertir el estrés en una oportunidad. De hecho, los que trabajamos en profesiones de ayuda, tales como atención médica, asesoramiento o enseñanza, somos más propensos a experimentar el estrés laboral o el burnout. Otros que se encuentran en esta categoría incluyen a los que se identifican tanto con el trabajo que le falta un equilibrio razonable entre su vida laboral y su vida personal, los que intentan ser todo para todos, pero también los que sienten que tienen poco o ningún control sobre su trabajo o bien tienen un trabajo monótono.

Lo primero, vamos a entender que el burnout es un tipo especial de estrés laboral – un estado de agotamiento físico, emocional o mental combinado con dudas sobre su capacidad y el valor de su trabajo.

Desde mi experiencia asesorando a ejecutivos estresados sobre sus carreras, muy pocos saben sacar el tiempo o bien les falta la valentía para reconocer que están experimentando estrés o burnout, porque creen que sería una señal de debilidad.

Aquí es donde hay que entender que existe un estrés bueno, como el que viene de la adrenalina de una competición y otro malo, que viene de una sobrecarga de trabajo, demasiadas demandas sobre el tiempo de uno, el enfado crónico y el miedo. Estos empiezan a ser adictos al estrés.

Ahora viene la pregunta clave. ¿Hasta cuándo puede seguir uno de esta manera? Uno tiene que ser honesto con uno mismo, reconocer que está estresado, aunque sea con él mismo. Esto es un paso importante porque a partir de este momento el control está en uno mismo para actuar y para responder a las demandas de la vida con más habilidad, libertad y agilidad.

¿Cómo se reconoce un caso de burnout? En mi experiencia, se empieza por una energía baja crónica, caracterizada por el agotamiento y el sentimiento de no poder encontrar la energía para motivarse. En esta situación, uno tiene la sensación de arrastrarse al trabajo y problemas para empezar una vez que llegue. Le falta energía para ser consistentemente productivo. Frecuentemente tiene dificultad en dormirse, en quedarse dormido y luego se despierta cansado. Y esto no es durante una semana, sino a lo largo de un periodo de tiempo más extenso. Los que me llegan experimentando estas características frecuentemente son muy cínicos y pueden llegar a ser irritables e impacientes con compañeros de trabajo y clientes. Y por último, empiezan a sentirse ineficaces, como que no pueden producir los resultados que antes fueron capaces de conseguir. Les falta la satisfacción de sus logros y la ilusión con su trabajo. En resumen, el vínculo con la empresa y el compromiso sencillamente no es el mismo.

¿Qué causa el estrés laboral o el burnout? La respuesta puede ser el resultado de varios factores, empezando por una falta de control. Es decir, la incapacidad para influir en las decisiones que afectan a su trabajo como por ejemplo el horario, la misión o la carga de trabajo. Otros casos clásicos se pueden atribuir a una falta de recursos necesarios para hacer el trabajo, unas expectativas de trabajo poco claras o incluso una falta de coincidencia en los valores entre el trabajador y la forma en que la empresa hace negocios.

Si el trabajo no se ajusta a los intereses y las habilidades de un empleado, esta situación podría llegar a ser cada vez más estresante en el tiempo. Los extremos de actividad también son peligrosos. Cuando un trabajo es monótono o caótico, se necesita energía constante para permanecer enfocado y esto puede llevar a la fatiga y el burnout. Y si todo esto se une a una falta de apoyo social, contribuyendo a que un empleado se sienta aislado y un desequilibrio en el trabajo y en su vida personal, la mezcla puede ser explosiva.

El exceso de estrés laboral y el burnout tiene consecuencias graves, entre las cuales podría llegar a disminuir la habilidad de pensar de forma clara y por lo tanto responder de una manera apropiada, contribuyendo por lo tanto a graves problemas de salud, desde fatiga, insomnio, depresión, ansiedad, dolores de cabeza y abuso de alcohol u otros sustancias, a enfermedad del corazón, colesterol alto, diabetes tipo 2 (especialmente en mujeres), obesidad, vulnerabilidad a otras enfermedades.

¿Cuál es la mejor manera de gestionar el estrés laboral o burnout?

Cualquiera de estas consecuencias pueden ser señal de que existe la necesidad de construir resiliencia. Algunas definiciones de resiliencia incluyen la capacidad de ser flexibles en nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos ante la vida por un reto o periodos de presión extendida, para poder salir más fuertes, sabios y capaces.

Este sería el momento de hacer una pausa y echar un vistazo a su vida. Enfocar la energía en lo que le motiva, tomarse un tiempo para reflexionar sobre lo que está haciendo y mantener un sentido de equilibrio. El optimismo, la agilidad y el propósito deben ser los temas clave en su vida, mientras se esfuerza por hacer impacto y que sus aspiraciones profesionales se hagan realidad.

Cuando uno sufre de burnout suele significar que está dejando de hacer aquellas cosas que le da energía. Es importante mantener conexiones de alta calidad y expresar gratitud. Somos una sociedad tan enfocada en el futuro que se nos olvida disfrutar y apreciar el momento.

Como primeros pasos, hay que empezar a combatir el agotamiento, cinismo e ineficacia. Una vez que haya identificado lo que está alimentando sus sentimientos de estrés laboral, se puede hacer un plan para hacer frente a los problemas. Piense en delegar, cambiar o modificar cosas para así poder recuperar la energía, tome descansos para poder lograr el máximo rendimiento e intente meter más momentos de emoción positiva en su día. Intente cambiar de actitud, centrándose en los aspectos agradables de su trabajo y reconociendo a los compañeros de trabajo por sus aportaciones valiosas o el trabajo bien hecho.

Pero a veces, esto no es suficiente y uno tiene que evaluar sus opciones, manteniendo una conversación seria con su superior sobre sus preocupaciones, trabajando juntos para cambiar las expectativas o llegar a compromisos o soluciones. ¿Sería una opción compartir el trabajo con alguien o el teletrabajo? ¿Existe la posibilidad de participar en un programa de desarrollo profesional?

Hay que saber pedir ayuda y buscar apoyo, ya sea en los compañeros de trabajo, amigos o seres queridos. Si tiene acceso a un programa de mentoring, aprovéchelo. Este apoyo y colaboración puede ayudar a lidiar con el estrés laboral y el burnout.

Durante todo este proceso, es importante ser honesto con uno mismo, evaluando sus intereses, habilidades y pasiones. Una auto-evaluación sincera puede ayudar a decidir si debe considerar un trabajo alternativo, como por ejemplo uno que es menos exigente o uno que coincida con sus intereses o valores fundamentales.

Y cuídese mucho en todo momento – haga ejercicio físico y póngase como objetivo el dormir al menos 7 a 8 horas cada día. Y al final del día, piense en un par de cosas buenas que le sucedieron durante el día y el por qué son importantes. La gente que hace esto tiene menos depresión, duerme mejor y disfruta de mejores relaciones y satisfacción en la vida.

Imágenes | Pexels

Autores

Amber Wigmore Álvarez