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¿Cuál es el mejor momento para vender una posición?
Miércoles, Septiembre 10, 2014 - 10:54

La decisión de mantener o cerrar una posición debe basarse en las perspectivas del activos en cuestión de cara al futuro.

A la hora de tomar decisiones de inversión, es habitual concentrar la mayor parte de nuestra atención en la compra o entrada en la posición. Sin embargo, en términos de su impacto sobre los retornos del portafolio, la estrategia de venta puede ser tan o más determinante que el método de entrada.

La decisión de venta puede ser especialmente difícil. Tanto en las posiciones ganadoras como en las que están a pérdida, existen cuestiones psicológicas que pueden nublar nuestro juicio en lo que respecta al cierre de una operación.

En la jerga del mercado, es muy común decir que el inversionista no debe nunca enamorarse de las posiciones. Cuando un activo genera ganancias importantes para nuestro portafolio, es natural sentir una especie de vínculo emocional positivo con ese activo en particular.

Después de todo, las transacciones ganadoras no solo incrementan nuestro patrimonio, sino también nuestra confianza en nosotros mismos y en nuestra habilidad para la toma de decisiones de inversión.

También es frecuente el caso de los inversionistas que tienen dificultades para vender una posición cuando la misma está en pérdida. Cerrar una operación con resultado negativo implica aceptar la pérdida y abandonar las esperanzas de una recuperación, lo cual requiere de un esfuerzo desde el punto de vista de la psicología del inversionista.

Teniendo esto en cuenta, resulta muy valioso recordar que la decisión de mantener o cerrar una posición debe siempre basarse en las perspectivas del activo en cuestión de cara al futuro. El precio de entrada, si bien puede tener un impacto psicológico considerable, no tiene porqué ser una variable a considerar cuando se trata de tomar una decisión de venta.

Merece una salvedad el caso de los sistemas automáticos de trading que establecen niveles de cierre en función de tomar ganancias o limitar las pérdidas. En estos sistemas, la decisión deja de ser discrecional, ya que está basada en reglas cuantitativas de gestión de capital. Por lo tanto, la subjetividad del operador no es un factor a tener en cuenta y conviene respetar las reglas establecidas con antelación.

Para facilitar la decisión de venta y evitar posponerla demasiado, puede ser productivo tener en cuenta que no es necesario cerrar el total de la posición en una sola transacción. Las plataformas online de trading permiten operar con costos convenientemente bajos, esto implica que el operador puede cerrar la operación en forma parcial, vendiendo parte de sus tenencias en diferentes transacciones espaciadas en el tiempo, sin que esto implique un costo demasiado elevado en comisiones.

Vendiendo en forma parcial, la decisión puede resultar más liviana y menos determinante desde el punto de vista psicológico.

La valuación de un activo puede ser un factor importante a tener en cuenta en términos de estrategia de salida. Si el activo se ha encarecido al respecto de sus fundamentals, la posición ya no es tan conveniente como en el momento de entrada. Esto implica que puede ser conveniente analizar la posibilidad de cerrar posiciones, al menos parcialmente, en la medida en que el activo se encarece.

Un deterioro de los fundamentals puede ser incluso un factor más importante. Si los nuevos productos de la empresa no están a la altura de los de la competencia, o si el management está llevando a la firma en una dirección estratégica poco conveniente, el activo perderá valor con el correr del tiempo en la medida en que esto se refleja en una evolución desfavorable en variables como ventas o ganancias.

Si el inversionista considera que los fundamentals están en deterioro, el tiempo es una variable que comienza a jugar en contra. Por lo tanto, un cierre de la posición sin demasiadas demoras podría ser la alternativa más inteligente.

Muchos inversionistas suelen perder de vista el costo de oportunidad de una posición. Es decir, la oportunidad que estamos perdiendo al tener el capital invertido en dicha posición y no posicionado en otros activos que puedan resultar más rentables.

Cuando encontramos una alternativa más conveniente, suele ser especialmente complejo tomar la decisión de venta, ya que la misma no está necesariamente fundamentada en una evolución desfavorable en el activo en cartera, sino en el hecho de que otras oportunidades presentan perspectivas superiores desde el punto de vista del riesgo versus potencial de retorno.

Dado que el costo de oportunidad es una variable que fácilmente se pierde de vista, resulta especialmente importante estar atentos al respecto de estas consideraciones.

Una buena manera de analizar los diferentes aspectos a tener en cuenta es plantearse la siguiente pregunta: Si no tuviera la posición, ¿la compraría en el contexto actual y a los precios actuales?

En caso de que la respuesta sea afirmativa, seguramente conviene mantener el activo en cartera. En caso contrario, estamos ante una señal importante que debería llevarnos a plantear la posibilidad de una venta, al menos de parte de la posición.

Autores

ElEconomista.com