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¿Cuál es la crisis de liderazgo hoy en Chile?
Martes, Junio 24, 2014 - 12:46

Alejandro Puentes, consultor asociado de Origen Consultores, se refiere a las dificultades que no permiten a los líderes ejercer su rol de manera efectiva.

Esta es una pregunta que no se responde sólo en estas líneas. Se nos aparecen muchas interrogantes al momento de hablar acerca de la crisis del liderazgo. La primera pregunta que nos aparece es: ¿Reconocen hoy los líderes en Chile que existe una crisis en el liderazgo?

Alejandro Puentes, director académico en la escuela y consultor asociado Origen Consultores, se pregunta cuántos líderes se cuestionan acerca de su propio estilo de liderazgo y se dan el tiempo para mirar o mirarse como líder y cuestionarse profundamente en sus prácticas. "Es recurrente observar que los líderes, pero sobre todo los líderes intermedios, se encuentran en la actualidad con dificultades que no les permiten ejercer su rol de manera efectiva", dice Puentes. 

Una de las dificultades es la incapacidad para sostener conversaciones transformadoras con sus propios jefes; confrontar, debatir, generar tensión para obtener mejores resultados con sus líderes directos es hoy, para la mayoría de estos líderes, prácticamente imposible o muy compleja. Para Puentes, la imposibilidad de conversar está en la emocionalidad del miedo, muchas veces disfrazada de otras emociones como la rabia, el desinterés, la desconfianza, entre otras.

El consultor además dice que "a los líderes les encantaría poder tener esa conversación con su jefe directo, pero como mencionamos desde nuestra mirada, 'no tienen el cuerpo' para sostener esa conversación". Eso, porque su aprendizaje entonces pasa por "in-corporar" nuevos recursos internos que le permitan, entre muchas otras cosas, nuevas practicas, para lograr sus objetivos.

Puentes dice que la segunda dificultad es la gestión de sus propios equipos y el liderazgo de la generación “Y”. "Existe la opinión generalizada de la generación "X" de que las nuevas generaciones no tienen compromiso y no trabajan como 'trabajábamos nosotros' bajo esa premisa es que la dificultad de conversación es mayor frente a una generación "X" que nació en el mundo laboral con lo que ellos comprenden por 'la camiseta puesta'", agrega el consultor. 

A diferencia que con sus jefes directos, estos líderes sí están disponibles para conversar, e incluso, lo intentan bajo la premisa de que es bueno hablar con ellos y de alguna manera, convencerlos de que el lugar donde trabajan es un buen trabajo, con beneficios, rentas de acuerdo al mercado, buen clima laboral, entre otros factores. La brecha que aquí se produce no es la ausencia de conversación, dice Puentes, sino que a nuestro juicio, entre otras cosas, es el tipo de conversación que existe; ¿Cómo se juntan estas dos generaciones? ¿Qué es lo que las une? ¿Qué convergencia puede existir entre ambas? ¿Qué es lo que nos divide y no miramos? ¿Qué aprendizajes mutuos puede haber entre estas dos generaciones?

"A nuestro juicio se instalan dos emociones a la base. De parte del líder, también se instala el miedo, pero es el miedo frente a una generación que espera libertad, autonomía, sentido en el trabajo y sobre todo movimiento, necesidad de cambios rápidos, calidad de vida...tiempo!", dice el consultor. 

Todas estas palabras aparecen como lejanas para la generación "X". La sombra de este estilo de liderazgo frente a la necesidad de mayor libertad y capacidad de elección frente a las manera de ejecutar es entonces controlar, generar mayor control sobre horarios, entrega de resultados, informes, entre otros. El resultado, una generación emergente con altos niveles de frustración.

"Dado esta premisa, su colaborador (generación "Y") generalmente se instala entonces no dándole autoridad a este líder y generando un espacio de desconfianza mutua", explica Puentes, quien agrega: "Desde nuestra mirada, para los líderes de hoy es fundamental saber que, por una parte, las conversaciones ausentes tienen consecuencias en los equipos y en las personas. No es inocente "no conversar" de forma honesta y transparente acerca de lo que nos pasa. Y por otra parte, algo que desarrollamos en los programas al formar a personas como Coach en la Escuela de Coaching Corporal Integrado es a tener el cuerpo para que esa conversación ocurra y se haga desde un espacio coherente". 

Entonces, así como existen en las organizaciones redes conversacionales -a lo que Humberto Maturana llama cultura-también existen Redes Emocionales que las organizaciones no toman en cuenta aún con fuerza y que los lideres no están escuchando con la urgencia que requiere para gestionar y pensar las organizaciones del futuro y las nuevas generaciones. Para el consultor, "tan en pañales está aún, que el nombre que se les ocurre para hablar de esto es 'habilidades blandas', concepto que deja afuera y no toma todo lo relevante de las emociones como disposiciones a la acción, por poner sólo un ejemplo". Escuchar es y será la primera clave.

Autores

AméricaEconomía.com