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Cuatro claves para criar hijos solidarios, según Harvard
Viernes, Diciembre 4, 2015 - 10:18

A raíz de una investigación, la prestigiosa universidad elaboró una lista de técnicas para ayudar a los niños a preocuparse más por los otros.

La Universidad de Harvard entrevistó 10 mil niños y adolescentes y les preguntó cuáles eran los valores más importantes que sus padres les habían inculcado. Casi 80% hablaron de alcanzar la felicidad y conseguir grandes logros como prioritarios, mientras que apenas 20% eligieron ser solidarios y justos.

Según los investigadores de Harvard, "cuando la juventud deja de lado la solidaridad y el sentido de la justicia y prioriza el éxito personal (...), existe un mayor riesgo de cometer distintas formas de comportamiento dañino, como ser crueles, irrespetuosos y deshonestos", detallan en su estudio.

En este marco es que la universidad publicó cuatro técnicas para inculcar la solidaridad en los más pequeños:

1.- Darles la oportunidad de ser gentiles

Los niños no nacen con la habilidad de ser gentiles, sino que deben aprenderlo de la misma forma que el lenguaje o las matemáticas. Por eso son importantes las oportunidades diarias como ayudar a otro compañero con los deberes o en la casa con las tareas del hogar. Poner la mesa, por ejemplo, no debe ser premiado con dinero, sino una actividad cotidiana entendida como un gesto de solidaridad genuino.

2.- Enseñarles a acercarse y alejarse

Para ampliar el llamado "círculo de preocupación", los investigadores de Harvard señalan que son necesarias dos habilidades. Por un lado, los niños deben aprender a acercarse a los individuos para escuchar y entender sus preocupaciones. Y, por otra parte, tienen que aprender a alejarse para ver el problema de una forma más genérica, en todo su contexto.

3.- Actuar como ejemplos de vida

Ser un ejemplo de vida no quiere decir ser un padre perfecto. Pero mostrar empatía y preocupación genuina por los problemas de los niños ayuda a enseñarles a hacer luego lo mismo con otros. Esto también se debe aplicar a vínculos más distantes pero cotidianos, como tratar con respeto a un mozo o taxista.

4.- Enseñarles a manejar sentimientos destructivos

El enojo, los celos y la vergüenza son sentimientos difíciles de manejar para los niños (y adultos). Es importante enseñarles que estos sentimientos son normales pero hay que aprender a canalizarlos de forma constructiva. Para ello, se les puede enseñar a respirar profundo y contar hasta cinco antes de explicar por qué una determinada situación les enojó.

Autores

El Observador / Lifestyle