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Cuatro principios del dinero que determinan tu futuro financiero
Miércoles, Abril 4, 2018 - 13:58

Hay suficientes certezas para establecer qué prácticas tenderán a cuidar tu bolsillo y cuáles te pondrán en riesgo.

Mis queridos lectores, hoy les voy a mostrar cómo combatir los peligros de la "relatividad financiera", un término que me he inventado para describir un fenómeno que observo a menudo.

Al platicar sobre dinero, algunas personas encogen los hombros y contestan cosas como “cada quien tiene sus prioridades” o “a cada quien lo hacen feliz diferentes cosas” y expresiones por el estilo que reflejan toda una filosofía de vida: que lo bueno o malo es relativo y que lo que cada uno haga con su dinero siempre será lo mejor para él.

Ya no creemos en absolutos. Lo que es aceptado en nuestra sociedad puede ser mal visto en otra.

Hay miles de religiones, millones de formas de vivir y pensar, un sinfín de creencias que deben coexistir unas con otras en ciudades atestadas. Ninguna opinión es mejor que otra, porque pensar eso sería muy “cerrado”, ¿no es cierto?

Esta apertura y tolerancia puede evitar guerras y sufrimiento si se usa con buen criterio, o puede provocar indiferencia ante grandes problemas de derechos humanos.

No conviene cerrar los ojos ante el conocimiento científico, que nos muestra verdades y principios, y las consecuencias de desafiarlos. Hace poco vi un documental sobre la arraigada tradición de casarse entre primos hermanos en Pakistán. 

En Inglaterra, la comunidad pakistaní aporta solamente el 3% de los nacimientos, pero éstos conforman el 30% de los niños nacidos con enfermedades y discapacidad de origen genético. Los genetistas presentan evidencias a la comunidad, pero ellos siguen cerrando los ojos a la realidad. Al fin y al cabo, todo es relativo, aunque todavía no conozco a ningún padre que diga: “un niño sano o enfermo, me da igual”.

Todo esto tiene que ver con tu dinero por lo siguiente. Las finanzas personales están conformadas por una cultura, una filosofía de vida y una serie de rituales y tradiciones, pero hay suficientes certezas sobre el dinero como para establecer qué ciertas prácticas te harán propenso a finanzas sanas, y otras te pondrán en riesgo. A continuación, te daré cuatro principios que mejoran tu posibilidad de tener finanzas sanas:

1.- Ahorrar es una habilidad que siempre te beneficia

Cuando una persona gasta menos de lo que gana, no solamente tiene la oportunidad de ahorrar e invertir, sino que además está desarrollando una habilidad invaluable: la capacidad de posponer la adquisición de un bien hoy, para contar con mayores beneficios mañana.

Esta habilidad se llama “aplazamiento de gratificación”, y sus beneficios a futuro, financieros pero también de bienestar general, están establecidos por numerosos estudios clínicos.

Por lo tanto, aunque quizás el futuro de los ahorros pueda ser incierto en nuestra economía, la habilidad que permite tenerlos beneficiará otras áreas de tu vida. Aplazar la gratificación te hará una persona más responsable, confiable y fuerte.

Gastar menos de lo que ganas es una habilidad básica para la vida, como lo sería aprender a cruzar la calle, y esta habilidad te beneficiará sin importar tu nivel de ingresos.

Si ganas muy poco y tus ahorros son muy reducidos, los beneficios estarán más en la formación de tu carácter que en lo que el monto pueda hacer por ti. Si ganas mucho y no desarrollas esta habilidad, estarás siempre en la “tablita”; si ganas X al mes pero gastas X+1, entonces cualquier infortunio de llevará a la ruina (ya ha pasado).

Por lo tanto, la importancia de ahorrar no depende del monto que te puedas permitir, porque ahorrar es una habilidad que te dará más fuerza para enfrentar la vida.

2.- No le debes a otros, te debes a ti mismo

Me molesta que tantos expertos financieros hablen de deudas buenas y malas. En este caso, bueno y malo sí es relativo.

De manera simplificada, afirman que las deudas malas son aquellas que usas para gastar, y las buenas son las que usas para invertir y mejorar tu situación financiera.

Sin embargo, el solo hecho de que consideres el acceso a una deuda ya te pone en desventaja, por la famosa ley de Parkinson: "Los gastos aumentan hasta cubrir todos los ingresos" (que es evitable siempre y cuando conscientemente lo evites). Si consideras las deudas como un recurso disponible, lo más probable es que lo uses.

Si vives como si no existiera la posibilidad de pedir prestado, entonces lo más probable es que nunca tengas que hacerlo. Muchas personas me han dicho que no necesitan tener un colchón para emergencias, porque tienen tarjeta de crédito, y pensar eso significa que cualquier emergencia los hará usarla.

De manera concreta, no hay deudas buenas o malas, simplemente hay deudas inevitables y deudas evitables. Cuando hayas practicado la habilidad de aplazar gratificaciones, notarás que cada vez es más fácil evitar las deudas.

Si no sabes ahorrar, las deudas inevitables se apilarán sin control y creerás, como muchos otros, que es imposible vivir bien sin endeudarse.

Aunque muchos aseguran que mientras seas responsable no importa que tengas deudas, lo cierto es que poder pagarlas no está por completo dentro de tu control, y nada te asegura que la vida no te pondrá en una situación en que tus deudas sean impagables o, cuando menos, te hagan hacer sacrificios, te inmovilicen en una situación desagradable, o no te dejen estar en paz. Lo único que puedes controlar es no adquirir deudas en primer lugar.

En resumen, tu opinión sobre las deudas puede determinar tu futuro.

Buenas o malas, evitables o inevitables, lo que no es relativo sobre las deudas es esto: una deuda no es dinero que le pides prestado a una institución o conocido; es dinero que le pides prestado a tu “yo del futuro” para disfrutarlo hoy, pero ese “yo” tendrá que pagar el disfrute anticipado con interés, y el interés es dinero duramente ganado que no volverás a ver.

3.- Nivel de gasto no es sinónimo de nivel de vida

Todos necesitamos comida, bebida, higiene, ejercicio, educación, estabilidad y seguridad. Después de satisfacer lo básico, necesitamos también desarrollar nuestras relaciones humanas, nuestras habilidades y encontrarle un sentido a la vida.

El dinero puede ser una herramienta que te ayude a vivir bien, pero toda herramienta es inútil si no sabes usarla; por eso el nivel de bienestar en tu vida no puede medirse con dinero. Y administrar el dinero es un arte que requiere de conocimientos sobre ti mismo. Un ejemplo es la importancia de la “Adaptación hedónica” que expliqué en este artículo.

Significa que podemos superar las desgracias de la vida porque nos adaptamos a nuestras nuevas circunstancias, pero también nos adaptamos a las cosas buenas, de tal forma que la euforia de las compras, un auto nuevo, una promoción en el trabajo o una nueva relación amorosa no aumentan nuestro nivel de felicidad por más de seis meses, aunque la mayoría de las veces el gusto nos dura mucho menos.  Por eso vale la pena invertir en aquello que te dará mayor bienestar por más tiempo, y no permitir la inflación del estilo de vida.

Numerosos estudios confirman que es el dinero ahorrado y no el gastado el que proporciona un bienestar más duradero, dando al ahorrador una sensación constante de seguridad y mayor libertad para decidir sobre el uso de su tiempo.

Adicionalmente, las comodidades que solemos comprar en cuanto tenemos dinero pueden bloquear nuestra creatividad y desarrollo.

Por ejemplo, es más saludable transportarse en bicicleta que en automóvil, y cocinar tus propios platillos te dará una sensación mayor de logro que ir a comerlos a un restaurante. La satisfacción que pueda proporcionarte la exhibición de un reloj costoso no puede compararse con la satisfacción de exhibir tus habilidades y contribuciones a la comunidad.

Si la comodidad fuera la fuente de la felicidad, la gente más dichosa sería aquella con un ejército de sirvientes que le ahorraran el esfuerzo incluso de levantarse de la cama para ir al baño, y una persona acostada todo el día viendo televisión sería la imagen perfecta de una vida exitosa.

En resumen, el dinero te hace feliz o infeliz según el uso que le des, así que tener una vida costosa no es necesariamente una vida mejor, y aprender más sobre cómo obtener más bienestar por menos dinero es fundamental.

4.- Lo de los huevos en la canasta es cierto

Uno de los principios más importantes de las finanzas es la diversificación, es decir, no poner todos los huevos en la misma canasta.

La importancia de la diversificación en todas las áreas de tu vida es mayúscula. Es lo que te permite adaptarte a los cambios, superar las crisis y resistir los embates de la vida. Tus riesgos de sufrir pérdidas inconmensurables se reducen cuando repartes tu dinero, atención, cuidados y amor.

Sin embargo, a veces es difícil darse cuenta de cuán poco diversificada es nuestra vida en todas las áreas. Algunos ejemplos de falta de diversificación son:

- No has hecho nuevos amigos en años, y los que tienes los frecuentas muy poco.
- Tienes solamente una fuente de ingresos, porque solo tienes una habilidad para ganar dinero.
- Únicamente te interesa un pasatiempo, o no tienes ninguno que no sea pasivo, como ver televisión.
- Enfocas tus esfuerzos en un solo miembro de tu familia (normalmente uno o más hijos) y descuidas a todos los demás.
- Tu único patrimonio es tu casa o casas (y quizás ni siquiera es tu casa porque no has terminado de pagarla).
- Tu plan es invertir en un negocio, y todo tu futuro y dinero se juega en ese único emprendimiento.
- Siempre comes lo mismo, y no te gusta probar cosas nuevas.
- Ahorras, pero tu dinero se queda en tu cuenta bancaria porque no conoces ningún instrumento de inversión, o te da miedo invertir y perder tu dinero. (Aunque tener el dinero en cuenta ya te está haciendo perder, debido a la inflación).
- Cuando sales de vacaciones, siempre vas al mismo lugar, en las mismas fechas, con la misma gente.
- No lees, y cuando lo haces, siempre es sobre el mismo tema, género o autor.
- Gastas todo tu dinero disponible en colegiaturas, porque la educación es una inversión, ¿no?
- Tu situación financiera actual se ha creado a partir de tus ideas y conceptos sobre el dinero y la vida. Si cambias tu mente, cambiará tu situación.

Si tú pensabas que ahorrar no vale la pena si la cantidad no es sustancial, que las deudas son inevitables, que tu vida será mejor cuanto más costosa sea, o te has quedado en tu zona de confort, sin intentar ni aprender cosas, nuevas, entonces darle una oportunidad a las ideas que te presenté seguramente te dará resultados. 

Autores

Edith Esquivel/ Dinero en Imagen