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Danos: Los problemas del mundo son problemas de los estudiantes
Viernes, Julio 13, 2012 - 17:50

A raíz del comienzo del trabajo de Jim Yong Kim como nuevo presidente del Banco Mundial, AméricaEconomía quiso conocer mejor sobre sus cualidades y experiencias previas. Para ello conversó con Paul Danos, decano de la escuela de negocios Tuck, del Dartmouth College, cuyo presidente era Kim hasta su nominación como presidente del BM.

El pasado 1 de julio de 2012, Jim Yong Kim asumió oficialmente como 12mo presidente del Banco Mundial (BM), luego de que el pasado mes de marzo, el propio Barack Obama lo lanzara como candidato al puesto. Como sucesor de Robert Zoellick, Kim toma las riendas de una de las instituciones más relevantes en el impulso del desarrollo en medio de una incertidumbre general económica, grandes índices de desempleo, y crisis financieras que parecen no recesar. 

En su trayectoria, además de una carrera como académico, Kim trabajó activamente por el mejoramiento de la salud pública global dentro de instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero también Kim era presidente del Dartmouth College en EE.UU. cuando fue nominado para el puesto. De hecho, como coreano estadounidense, Kim fue el primer representante de una minoría étnica en asumir un puesto máximo de dirección de una de las universidades Ivy-League. 

Para conocer más sobre las cualidades del nuevo presidente del BM, sobre su contribución a la universidad, y sobre los valores y enseñanzas de su trabajo en Dartmouth que pueden ayudarle ahora, AméricaEconomía conversó con Paul Danos, decano de Tuck, la escuela de negocios de Dartmouth, sobre su apreciación de Kim y sus cualidades de liderazgo, y sobre el legado de este a Dartmouth y Tuck.

Antes de ser nominado como presidente del BM, Kim era presidente de Dartmouth. En su opinión, ¿qué valores han caracterizado a Kim, que ha compartido con Dartmouth, y llevará ahora al BM?

Creo que Jim Yong Kim ha hecho mucho su carrera, y también en su vida personal, respecto al desarrollo de países de economías débiles.

En su trayectoria, ha realizado muchos esfuerzos para mejorar los sistemas de salud de países pobres. Su trabajo con la OMS y con otras entidades ha ayudado a mejorar la calidad de la salud pública alrededor del mundo. Esto mismo le ha llevado a visitar múltiples países.

Además, es claro que como presidente de Dartmouth ha tenido que hacerse cargo de sinnúmero de responsabilidades. De hecho, él asumió la presidencia de la universidad en el punto más crítico de la crisis financiera y su rol fue muy importante para subsanar el gran déficit financiero que la universidad tenía en aquel momento. Su trabajo en ese sentido, lo llevó a relacionarse estrechamente con los financiadores de la universidad, con la gente responsable de las finanzas de Dartmouth.

Por otra parte, en paralelo con sus funciones en la presidencia de la universidad, mantuvo su esfuerzo dedicado a contribuir con el mejoramiento de la salud pública, ahora también a nivel local. En Dartmouth existe un gran complejo hospitalario, y se sostienen programas de salud en colaboración con escuelas médicas. Con estas se diseñaron e implementaron programas destinados a proveer cuidados de salud. Incluso, Kim impulsó la creación de un centro de cuidados médicos en Dartmouth.

Al mismo tiempo, durante los tres años en la presidencia en la universidad ganó un conocimiento profundo sobre el trabajo de management, las responsabilidades administrativas y el manejo de las finanzas de una organización grande, lo cual une a su estilo de liderazgo e inteligencia que lo capacita para su nueva función.

Creo que dada la naturaleza y objetivos del BM, Kim tiene una gran experiencia y conocimientos que pueden ser muy útiles.

¿Podría comentar sobre las perspectivas de Kim para poner en práctica en el BM, y si existen planes de colaboración en proyectos o investigaciones entre Dartmouth y el banco?

No conozco de ningún plan en específico que conecte el trabajo de la universidad con el banco. Pero sí estoy seguro que la comunicación de muchos de nosotros se mantendrá con Jim Yong Kim. Seguramente él estará ahora revisando la estrategia del BM y eventualmente hará anuncios sobre cambios o nuevas iniciativas.

En cuanto a los intereses investigativos de Dartmouth, ¿podría comentar si existe una alineación consciente con los objetivos de instituciones como el BM, o los proyectos se eligen de acuerdo a la curiosidad individual de los investigadores?

Creo que el interés investigativo de estudiantes y profesores de universidades como Dartmouth, y los de Tuck específicamente, ha crecido en cuanto a temas sociales y de desarrollo. Los investigadores están preocupados por temas éticos, por políticas de gobierno, por el sector de los negocios y el público en la sociedad. Están preocupados con la sostenibilidad y el bienestar humano y la salud.

Diría también que la preocupación es mucho mayor, por parte de la institución, en cuanto a asuntos sociales, que afectan a poblaciones alrededor del mundo. Se han creado muchos centros de estudio cuyo objeto son temas mundiales, tanto en Dartmouth como en otras universidades semejantes. Se han organizado programas y cursos concentrados en esas cuestiones.

En efecto, a su paso por Dartmouth, Kim puso énfasis en comunicar la idea de que los problemas del mundo eran problemas de los estudiantes también.

Los estudiantes deben buscar vías para contribuir a la solución de los problemas globales. Y entiendo que esto es un tema fundamental en la mayoría de las universidades.

Por supuesto, no es que todo miembro del claustro o cada estudiante enfoque sus investigaciones hacia estos aspectos, algunos se especializan en áreas muy específicas del conocimiento sociológico, financiero o de otro tipo. Pero sí es cierto que muchos de ellos sí lo hacen, y llevan ese interés consigo a las aulas y a los proyectos en los que participan.

Pienso que en las universidades, en comparación a hace veinte años, existe mucha más conciencia hacia estos temas. Los estudiantes se enfocan hacia asuntos sociales, de carácter global y local. A mi parecer, no hay mucha distancia entre la filosofía de la universidad y la de una institución como el BM, ocupada en la ayuda a países de economías emergentes y con niveles altos de subdesarrollo. 

Un profesor como Andrew Scott que trabaja en la London Business School, y es parte de la Autoridad de Servicio Financiero británico (FSA), sostiene que académicos como él, con doble rol, no tienen tanta influencia como se cree en la toma de decisiones políticas. ¿Qué opina al respecto? ¿Cómo cree que actuará Kim dada su experiencia académica?

Las universidades tienen muchas instancias dedicadas al debate político, y de políticas públicas. Diría que la mayor parte de nuestros invitados son gente que en sus conferencias, y cuando visitan las clases, emiten criterios fuertes sobre la actuación del gobierno y sobre las decisiones políticas. Este es probablemente el tema más popular entre todos. Rara vez un huésped deja la política de lado.

Y es que dentro de universos como el de los negocios, las leyes, la economía, o la sociología, la acción del gobierno resulta fundamental. Un ejemplo en este sentido es la maestría en Salud Pública de Dartmouth, donde mucho de lo que se hace es interpretar y debatir sobre las políticas gubernamentales sobre este asunto. 

En cuanto a la cuestión de cuánto puede influir un académico, pues los profesores son llamados repetidamente en calidad de expertos para opinar sobre un universo muy amplio de cuestiones, desde las decisiones de la Corte Suprema hasta el desempleo, o las posibles consecuencias económicas de una regulación. Por tanto, prácticamente todo nuestro claustro aporta al debate público y en la toma de decisiones del gobierno.

Esto es muy saludable, si se trata de contribuir a la discusión de un tema público. Por eso creo que alguien como Kim, que ha trabajado y conoce de cerca los ambientes universitarios de instituciones como Harvard y Dartmouth, hará uso de los académicos para debatir y asesorarse sobre cuestiones de interés del BM.

Ahora bien, otra pregunta es la de cuánto puede llegar a influir la opinión de un académico en la toma de decisiones políticas. Creo que la influencia existe, y también la intención de ejercerla. Pero la academia no es la voz única, sino que el lobby se ejerce por parte de cada arista de todo asunto.

Con todo, sí pienso que los académicos podrían ser incluso más influyentes. Ellos tienen una actitud cuestionadora. Creo que cuestionar algo preasumido, y reflexionar sobre las posibles consecuencias de una medida, por ejemplo, es una actitud importante cuando se trata de liderazgo.

Por eso entiendo que los académicos deberían ser llamados aún más para debatir sobre temas de interés público y de gobierno, porque suelen ser bastante objetivos en sus argumentos y observaciones, y porque cuestionan los criterios que se dan por sentados.

Esto es algo que puede ser más difícil de encontrar en los CEO o en políticos, porque tienden a mostrarse muy firmes en sus criterios, para hacerlos valer sin permitir la suficiente discusión o presentación de los argumentos contrarios.

Por eso creo que los académicos son útiles cuando se trata de crear un ambiente de discusión saludable, y en esto su rol debería ser mucho mayor, porque ellos aportan una voz más escéptica, más independiente acerca de los asuntos en debate. Y por eso es que no se les llama a participar en paneles o juntas directivas cuando el ánimo es el de no dar lugar a la discusión.

Después de que el presidente Obama anunciara la candidatura de Jim Yong Kim para el BM, se generó crítica y debate porque existían representantes de economías influyentes que postulaban al puesto. ¿Se discutió al respecto en el ámbito de Dartmouth?

Se tocó el tema, pero como la gente conoce a Kim, no hubo ideas opuestas. Acá se sabe que él es muy apto para el cargo, que es un buen líder y tiene un background tremendo y experiencia de trabajo en varios países, y además representante de una minoría étnica, dado que nació en Corea y vino cuando era pequeño a EE.UU. Eso mismo también le hace muy sensible a lidiar con las variadas culturas y países con los que el BM tiene relación. Él entiende los matices y particularidades de esos países.

Precisamente Kim fue el primer presidente de ascendencia asiática de todas las universidades “Ivy-League”. ¿Podría comentar si durante su presidencia él impulsó la diversidad entre profesores y alumnos?

Sí, él fue muy fuerte en sus acciones en apoyo a la diversidad entre estudiantes. Siempre estuvo abierto a la discusión, pero sus criterios eran muy firmes en cuanto a que debían darse oportunidades para el acceso a Dartmouth de todo tipo de estudiantes, sin permitir discriminación por raza, sexo, nivel económico. Este fue un rasgo muy fuerte en él.

En lo que atañe a Tuck, tenemos muchos programas que promueven la diversidad de todo tipo. Diversidad también en las nacionalidades de los estudiantes. Queremos diversidad global. Y esto se refleja en que muchos de nuestros programas se refieren a esto, tal como es el caso del programa enfocado al emprendimiento dentro de las minorías, que probablemente es el más grande entre todas las escuelas de negocio. La diversidad es definitivamente un elemento clave dentro de Dartmouth y Tuck.

Autores

Jennifer P. Roig