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De la gran renuncia a la nueva confianza
Miércoles, Mayo 18, 2022 - 14:45

La pandemia ha sido desde sus inicios, no sólo una gran crisis para la humanidad, sino también un gran espacio de oportunidad para avanzar hacia un siguiente estado de desarrollo. Junto con el dolor de la muerte y la dificultad del encierro, abrió las puertas a nuevas formas de conexión y encuentro, a una nueva mirada de los afectos y del tiempo, a una reconfiguración de las rutinas y una revalorización de la naturaleza y el planeta que habitamos.

También nos llevó a plantearnos nuevas preguntas respecto al sentido de lo que hacemos y cómo lo hacemos. El cambio en 180° en la forma de trabajar, y estudiar, nos mostró que era posible compatibilizar la vida personal y profesional de otra manera, que la flexibilidad no era una utopía y que podíamos generar un impacto significativo en nuestro trabajo aún desde nuestras casas.

Pero también vimos que algunas empresas quisieron “volver” a la forma tradicional de trabajar, como si hubiera una realidad a la cual regresar, y se encontraron con un gran muro, o una gran renuncia como la llaman hace varios meses en diversos países. A pesar de las dificultades económicas predominantes, un grupo creciente de personas comenzó a dejar sus empleos, buscando alternativas con más sentido y propósito, con más impacto y sin duda, con más libertad. Sólo en el mes de abril de 2021, según diversos medios locales e internacionales, 4 millones de estadounidenses renunciaron a sus trabajos, en medio de una tendencia que se extiende hasta el día de hoy y más allá de Norteamérica.

¿Y ahora, cómo seguimos? ¿Cómo avanzamos de un momento de grandes renuncias a otro de vínculos de confianza y propósitos compartidos?

Creemos profundamente en la construcción de confianza, y sobre todo de una nueva confianza, para salir de esta encrucijada global. Mientras el propósito, o razón de existir de una empresa, tiene el potencial de generar vínculos más profundos y duraderos con los colaboradores, la construcción de confianza, desde una perspectiva moderna, logra robustecer aún más dichas relaciones, traspasando dicho valor incluso hacia otros stakeholders externos a la organización.

La construcción de confianza al interior de las organizaciones debe hacerse cargo de su complejidad, como un valor y variable multidimensional, donde se debe responder no solo a condiciones básicas o higiénicas (elementos contractuales, seguridad laboral, apoyo al bienestar de las personas). También, y con mayor fuerza hoy ante el nuevo escenario de demandas hacia las empresas y sus propuestas de valor de empleo, a las aspiraciones por sentirse parte y colaborar conjuntamente en el logro de objetivos comunes que incluso van más allá de lo operacional.

Hoy, las personas, en su ámbito laboral, esperan ser escuchadas, aportar ideas y ser consideradas en la toma de decisiones; el valor compartido comienza así desde dentro, con liderazgos abiertos y cercanos. Este es el principal desafío para las organizaciones… y la principal oportunidad, ya que representa la dimensión que más peso tiene en la construcción de confianza organizacional desde el diagnóstico que nos muestra el Icreo Organizaciones, estudio desarrollado por Almabrands y Otic Sofofa Capital Humano, que permite medir y gestionar la confianza al interior de las organizaciones. Pero la Cercanía, Participación y Colaboración, no es la única variable a gestionar.

La responsabilidad y coherencia que las empresas tienen frente a las promesas y compromisos adquiridos con sus trabajadores se alza como la segunda dimensión prioritaria para construir confianza. Cumplir lo que se promete y hacerse cargo de los errores habla de empresas humanas y confiables, capaces de conectar con personas que estarán dispuestas a actuar con reciprocidad.

Y finalmente, y con especial relevancia dado el impacto del nuevo contexto postpandemia en las prácticas y modalidades de trabajo híbridas, las organizaciones deben observar y cuestionar su estilo y manera para manejar conflictos y crisis frente a sus colaboradores (sean internos o generados desde el entorno). Hoy, esta es otra de las materias en las que las empresas deben vivir una transformación cultural profunda ya que no estamos habituados a enfrentar los conflictos. Deben mostrar una disposición más favorable al diálogo, reconocer que los conflictos existen, que éstos requieren ser resueltos oportunamente y en pro de un bien mayor, y ser concebidos como oportunidades de aprendizaje y crecimiento para toda la organización.

Construir confianza es construir mejores empresas. Empresas con el potencial no sólo de anticiparse a la “Gran Renuncia”, sino de aprovechar esta oportunidad histórica para cambiar la forma de crecer y desarrollarse interna y externamente, generando valor e impacto positivos a través de propósitos realmente significativos para toda la sociedad.

Autores

Andrea Garderes