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¿Dejar el orgullo de lado? Esa es la clave para emprender
Sábado, Noviembre 11, 2017 - 10:00

Con un pie en EE.UU. y otro en Uruguay, Agustina Sartori está logrando posicionar a su empresa como referente tecnológico en el mundo de la belleza.

ElObservador.com.uy. San Francisco, California, es la meca de los emprendedores, el valle fértil de las ideas innovadoras, la cuna de las compañías tecnológicas más importantes del mundo y, también, el hogar de la ingeniera en uruguaya Agustina Sartori desde hace poco más de tres años.

Con un proyecto encaminado, muchas ganas, algunos consejos, y total desconocimiento de lo que se iba a encontrar, partió a EEUU en búsqueda de capital para otenciar GlamST, el emprendimiento que fundó en 2013 junto con la también ingeniera Carolina Bañales y del cual hoy es CEO. 

GlamST es una plataforma de maquillaje virtual que utiliza la realidad aumentada para que los usuarios puedan ver en una pantalla cómo quedaría aplicado un producto en su rostro. Llegar al mercado estadounidense no les resultó fácil, pero hoy la mayoría de sus clientes son de ese origen o internacionales. GlamST trabaja para marcas como Maybelline NY, Clarins, Dior, YSL, Lancôme, Duty Free y Ulta Beauty, uno de los retailers más grandes de maquillaje y belleza de EEUU. 

En este último año la empresa tuvo algunos cambios. Su socia se alejó de la parte operativa y se sumaron a la junta directiva las empresarias Odile Roujol, ex CEO de Lancôme en L'Oréal Francia, y Mary Anderson, exvicepresidenta de Marketing de Dolby Laboratories en EEUU, con quienes trabaja sobre la estrategia y el desarrollo de la empresa. 

- ¿Cuál es la mayor fortaleza de la empresa?

El equipo. Es la razón por la que los clientes nos eligen, porque el público objetivo de lo que hacemos somos nosotros mismos. A las chicas del equipo les encantan los productos de belleza, el maquillaje, lo entienden, lo viven. Eso agrega un montón de valor. Nos ponemos estándares altos y somos muy autocríticos. El equipo técnico y de producto está en Uruguay.

- ¿Cómo está compuesto ese equipo?

Somos seis personas fulltime y trabajamos con apoyo externo. La mayoría somos ingenieros. El equipo técnico y de producto está en Uruguay y en San Francisco estoy yo y una chica que ayuda en la parte de ventas. Vengo a Uruguay cada tres meses, es importante pasar tiempo con el equipo y a pesar de estar lejos es clave trabajar en conjunto: no son dos equipos, es uno. 

- ¿Sintió alguna barrera de entrada al ecosistema por ser una mujer latina?

Creo que la barrera es ser uno de los primeros casos para ellos. En todas las reuniones que tuve con inversores me decían que era de los primeros casos de una mujer ingeniera de Latinoamérica que se les paraba enfrente a contarles que tenía una empresa, un producto y clientes en Estados Unidos. Sos como un caso único. Eso es una barrera y una oportunidad al mismo tiempo. Uno se destaca por ser diferente también.

- ¿Cómo fue el proceso de búsqueda de capital?

Es muy difícil conseguir capital y generar confianza en los inversores en EEUU al ser una persona externa. Hay muy pocas empresas latinoamericanas que han recibido capital en etapa temprana como nosotros. Los obstáculos que nos encontramos al principio fueron que no entendíamos el mercado, no teníamos a nadie en el país, no entendíamos cómo eran realmente las reuniones de venta, los procesos o qué estaba buscando la gente. Todo eso se absorbe estando allí. Pasar por la aceleradora 500 startups nos abrió muchas puertas porque ya no éramos alguien de afuera, formábamos parte del ecosistema y al ser parte, uno genera confianza.

- ¿Cuál es la tendencia del mercado al que apuntan?

Hoy la realidad aumentada y la realidad virtual están en crecimiento. Antes la realidad aumentada era más usada para juegos y no estaba pensada como algo que pudiera ayudar a las personas a comprar o a recibir recomendaciones. En los próximos cinco años va a crecer un montón esta tecnología pero sumamente orientada a su aplicación real. Estamos en un lugar estratégico como para crecer y consolidar nuestra plataforma a nivel global. 

- ¿Cómo ve el ecosistema emprendedor uruguayo en tecnología?

Me parece muy bueno que haya organizaciones que apoyen las primeras etapas de los emprendimientos; no es algo que se vea tanto afuera. En Uruguay se le da la oportunidad al que quiere empezar, al que tiene una idea y eso está buenísimo. Lo que falta acá para las startups que apuntan a la tecnología, es gente que tenga experiencia. Es nuestra generación la que empezó esta movida, por eso todavía no hay gente que te pueda ayudar a crecer como una startup tecnológica. El programa 500 startups que se está implementando en Uruguay me parece increíble porque realmente trae ese know how que es diferente; es el que yo aprendí dándome contra la pared cuando me fui. Está bueno que exista un ecosistema con inversores ángeles, pero falta saber qué pasa después de eso, cómo dar el salto. 

- ¿Qué cualidades se necesitan para emprender?

Mucha resiliencia, pero también reconocer los errores propios y ser muy humildes en ese sentido. Si no reconocemos lo que no sabemos, nos damos contra la pared y no funciona. Hay que dejar el orgullo de lado, y mirarse desde afuera, ver por qué no está funcionando y no tomárselo personal. 

FOTO: PEXELS.COM

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elobservador.com.uy