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Desarrollando una mentalidad de gestión de negocios internacional
Martes, Mayo 21, 2013 - 12:57

Por Matt Symonds, editor general de MBA50.com y co-autor del bestseller "Getting the M.B.A. Admissions Edge", una guía de admisiones patrocinada por Goldman Sachs y McKinsey.

Pese a la relativa ralentización en las tasas de crecimiento últimamente, América Latina aún puede esperar ser una de las regiones más dinámicas de la economía mundial en el futuro inmediato.

Pero si la región pretende lograr su máximo potencial, necesitará ir más allá de sus mercados tradicionales y alcanzar nuevos y cada vez más competitivos mercados internacionales. Y de paso, precisará construir y sostener estructuras corporativas que admitan y empleen a latinos, pero también a individuos de una gran variedad de otras culturas. 

Sin embargo, hay un factor que amenaza con detener o retrasar el avance de América Latina –y es la escasez actual de directivos y profesionales, capaces de combinar conocimiento técnico con un tipo de conciencia comercial, experiencia internacional y las habilidades blandas cruciales para desarrollar y retener un personal eficaz.

En su alocución durante el Council on Business and Society’s International Forum, el jefe del McKinsey Global Institute Eric Labaye, identificó la gestión de una organización global como uno de los desafíos y oportunidades claves que se avecinan. “Los líderes enfrentan retos en cuanto a atraer a los mejores talentos, a crear una cultura de colaboración y en lo referido a liderar organizaciones que se desempeñen de forma efectiva tanto interna como externamente, con proveedores y cadenas de innovación”.

Frente a estos retos, desde hace un tiempo las organizaciones y los individuos han ido buscando en la educación de negocios cómo acelerar este desarrollo. Y pese al crecimiento de varias de estas escuelas de gran prestigio tales como la UAI en Chile, EGADE e ITAM en México, FGV de Sao Paulo en Brasil, e INCAE en Costa Rica, la mayoría de estos potenciales compradores de programas de negocios se han dirigido a los destinos tradicionales, las casas de altos estudios de EE.UU. o Europa. 

Con todo, mientras un programa MBA de uno o dos años en una de esas locaciones entregaría un tipo de exposición de valor incalculable al conocimiento y la experiencia de los colegas de estudio, además de facilitar el aprendizaje de las mejores prácticas y técnicas de gestión, ¿pueden estas escuelas proveer todo lo necesario para ayudar a las compañías latinoamericanas a convertirse en jugadores verdaderamente globales en los años que vienen?

Un número creciente de autoridades de este campo ahora están diciendo que una de las habilidades más importantes de las próximas generaciones de líderes de negocios será ser capaz de crear, desarrollar y trabajar dentro de equipos internacionales. Según estos puntos de vista, esta habilidad no puede ser desarrollada en un campus, incluso si se complementa el estudio con viajes a otros países. Al contrario, se sostiene que los estudiantes necesitan exponerse a la mayor cantidad de mercados claves posibles durante el programa, no sólo escuchar a académicos locales, sino a empresarios y líderes corporativos locales también. 

Un ejemplo de esta relativa nueva variedad de programas con diversidad de locaciones es el programa ejecutivo IMPM -conocido en algunos círculos como el “anti MBA”, debido a la filosofía de uno de sus principales defensores, Henry Mintzberg. El programa toma a los directivos y profesionales más experimentados de Brasil, China, Canadá, India y Reino Unido, con la intención de crear directivos “aterrizados en el mundo” en vez de gerentes globales. La diferencia entre ambas sería que aquellos “aterrizados en el mundo” harían hincapié en las experiencias de la vida cotidiana, en las situaciones prácticas, más que sobre una manera de pensar más global pero también más ortodoxa, y así fomentar a los participantes a explorar y obtener una verdadera apreciación de las diferentes perspectivas. 

Jay Swaminathan, decano asociado del programa OneMBA, programa de excelencia internacional que asocia a varias de las mejores escuelas en EE.UU., América Latina, Europa y Asia-Pacífico, cree que este tipo de programa, que propicia visitas a múltiples locaciones, ayuda a escapar de la visión centro occidental tradicional de la educación de negocios. “Lo que estos programas permiten es que los participantes contemplen todo sobre bases equivalentes -no existe un enfoque que privilegie un tipo de concepción sobre otra, sólo porque se origine en un sitio u otro”, dice. 

Esto implica que pueden evaluar entonces métodos y técnicas sin ningún prejuicio arraigado, sino de manera objetiva. Quizá es igualmente importante permitir a los directivos y profesionales de mercados emergentes claves compartir experiencias y conocimientos sin el filtro de las prácticas de las economías más establecidas”.

Tanto el IMPM como el OneMBA siguen el formato de estudio part time que algunos creen es más adecuado para los directivos de América Latina y de otras regiones que han crecido muy rápido, que quieren aprovechar al máximo el crecimiento económico actual y las oportunidades. En el OneMBA también se hace énfasis sobre la importancia de trabajar con equipos globales que estén en localizados en distintas zonas horarias, con proyectos de equipo para desarrollar habilidades como liderazgo y trabajo en equipo, que es vital para los directivos globales. 

Para Jorge Romero, director de la unidad comercial en Amecon Instrumentos en México, manejar las diferencias culturales fue un componente clave del programa. “Mi compañía es una joint venture entre una empresa japonesa y una mexicana. Nosotros competimos con plantas de fabricación de automóviles que producen piezas en Tailandia, China, Brasil, Europa y Estados Unidos. Porque trabajo de forma cercana con ejecutivos japoneses, necesito entender y manejar nuestras diferencias culturales. Yo también quería actualizar mis habilidades de gestión para competir efectivamente a una escala global. OneMBA me dio la oportundidad de trabajar con gente de todo el mundo, que tiene condiciones de trabajo similares a las de mi compañía”.

Y eso podría ser algo de gran valor para cualquier profesional que se ve a sí mismo ayudando en la construcción de la siguiente generación de negocios globales.

Autores

Matt Symonds