La necesidad de avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, ha hecho que estos temas cobren protagonimo en las mallas curriculares de las escuelas de negocios.

Las empresas están cada vez más concientes de la protección del medioambiente. La necesidad de avanzar hacia un modelo de desarrollo sostenible, se ha convertido en materia fundamental, tanto para organizaciones públicas como privadas, y por ende para sus directivos, quienes ven cómo -paulatinamente- la sociedad exige mejores prácticas en estos temas.

Según la Comisión Mundial del Medioambiente de la ONU, el desarrollo sostenible puede ser definido como algo que satisface las necesidades del presente, sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades.

El organismo ha sido pionero al tratar el tema, enfocándose en el estudio y la utilización de los recursos naturales y en la lucha porque los países -en especial aquellos en desarrollo- ejerzan el control de sus propios recursos naturales.

Aunque reconoce un progresivo incremento de la sensibilización en esta materia, Luz Castañeda, profesora de Química Experimental de la Universidad Nacional Federico Villareal de Perú, afirma que “la salud de la tierra no mejora y en el tema ambiental sigue ocupando un segundo plano”.

Según la experta “si bien se está cambiando la mentalidad, falta concretar este hecho en los actos, puesto que los indicadores ambientales negativos siguen creciendo”.

Es en este conexto, donde las universidades y escuelas de negocios han comenzado a considerar el tema del desarrollo sostenible en sus mallas curriculares. Poco a poco, estas materias han dejado de ser contenidos blandos, para convertirse, incluso, en objetivos principales de distintos programas de posgrado.

Por ejemplo, IESE Business School, cuenta con un programa de estrategia corporativa para el desarrollo sostenible de la empresa, que otorga las claves para una organización responsable e innovadora, que pretende aportar los conocimientos y habilidades necesarias para aprovechar las oportunidades que el desarrollo sostenible conlleva. El posgrado busca, asimismo, contribuir a la satisfacción de esta importante y creciente demanda empresarial.

Incae Business School, por su parte, enfoca su MBA biligüe en el desarrollo sostenible como uno de sus temas principales, mientras la Escuela Europea de Dirección y Empresa (EUDE), cuenta con un programa MBA en Medioambiente.

En el caso de IE Business School, Max Oliva, director adjunto de la institución española, explica que "contamos actualmente con más de 80 cursos que cubren temas relacionados con el impacto social o medioambiental, incluyendo por supuesto, el desarrollo sostenible"

Los cursos van desde materias troncales, tales como estrategia, marketing o finanzas, hasta electivos como emprendimiento social, desarrollo económico y otros. Ejemplos de esta integración son, entre otros, cómo las empresas utilizan proyectos de desarrollo como un vehículo diferencial de su marca (marketing); las limitaciones del modelo de crecimiento económico actual en relación con el impacto social y medioambiental (economía); o el impacto social en la cadena de suministro del sector textil.

David Schmittlein, decano del Instituto Tecnológico de Massachusetts, comenta que “en el área del emprendimiento, los proyectos que colaboran con el medioambiente son los más recurrentes, puesto que hay una gran conciencia social que viene, entre otras razones, por todas las organizaciones ambientales existentes”.

El experto añade que en Estados Unidos, es cada vez más latente la preocupación por temas ambientales, y ello tiene eco tanto en escuelas de negocios como en organizaciones públicas y privadas. "Por tanto, se puede decir que es el tema de moda", añade.

Integrando el desarrollo sostenible. En cuanto a la verdadera importancia que el tema ha adquirido en las empresas, Oliva explica que, “aún falta mucho para que las ideas se integren de manera estratégica en los modelos de negocio”.

Un estudio reciente de la consultora McKinsey respalda esta opinión. Según el sondeo, un 60% de los directores considera la sostenibilidad y el cambio climático como estratégicamente importantes para su negocio. Sin embargo, menos de una tercera parte de éstos, están haciendo algo de manera sustancial en esta materia.

Para Oliva, resulta evidente eso si, que dependiendo del sector en el que la empresa participe, mayor o menor será su involucramiento en temas medioambientales.

"Cada vez hay más empresas que reclaman el desarrollo sostenible, lo consideran relevante pero, sin embargo, admiten no saber aún cómo integrarlo de la mejor manera, lo cual representa una gran área de oportunidad", dice el académico. 

En ese sentido, el experto de IE Business School, recalca que las organizaciones deben entender que el tema del medioambiente puede llegar a convertirse en algo estratégico y diferenciador de su modelo de negocio.

Por ello, concluye, será fundamental entender los retos y oportunidades de generar valor económico, y a la vez, un gran valor social y medioambiental.