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Argentinos suspenden escaneo pero mantienen trabas al comercio desde el Paraguay
Viernes, Diciembre 23, 2011 - 04:59

El levantamiento del escaneo ante la rápida reacción de los armadores paraguayos, sostenidos por los medios, da la pauta de que la intención aduanera argentina respondía más bien a decisiones de niveles medios sin fundamento en una determinación gubernamental.

Aun cuando la Aduana argentina ha suspendido la decisión de escanear todos los contenedores que llegan o salgan de Paraguay, persisten otras trabas a la navegación fluvial paraguaya que contribuyen a encarecer los costos, denunciaron exponentes del Centro de Armadores local.

El levantamiento del escaneo ante la rápida reacción de los armadores paraguayos, sostenidos por los medios, da la pauta de que la intención aduanera argentina respondía más bien a decisiones de niveles medios sin fundamento en una determinación gubernamental, según fuentes del sector.

Esto implicaría que las demás medidas portuarias que persisten en detrimento de la competitividad del transporte fluvial, ocasionando altos sobrecostos en los fletes, podrían ser levantadas toda vez que las autoridades paraguayas ejerzan una presión contra ellas.

Medidas recaudatorias. De acuerdo a ciertas fuentes, entre las medidas que persisten, la Prefectura Naval Argentina obliga a los navieros paraguayos a utilizar en los puertos del país vecino remolcadores que cuestan US$7.000 diarios, en cada operación. Todos los amarraderos autorizados por la Prefectura Naval Argentina son pagados a un costo aproximado de US$ 80 diarios por barcaza (hay unas 2.000 barcazas).

La Prefectura argentina tampoco autoriza el amarre de barcazas en espera en el Km. 171, lo que hace que las barcazas que están esperando un alijo deben amarrar en el Km. 238 (pagando amarradero y remolcador de custodia), y deben ser trasladadas hasta el Km. 171 al momento de la operación, y luego de regreso al amarradero hasta que terminen todas las cargas del convoy troncal. Esa navegación, en cada caso, insume no menos de una hora por cada barcaza, lo que le agrega uno o dos días de demora a la operación, teniendo que pagar sobreestadía del buque oceánico del cual se trasborda, con un costo de US$ 30.000 a US$ 40.000 diarios, según los datos suministrados por los navieros.

Contratiempo. Además, si el convoy tiene barcazas de dos operaciones distintas, no puede ir con todas en un solo viaje. Tiene que hacer un viaje por cada operación, dejando el resto de las barcazas en el Km. 238, con el consiguiente costo en combustible, amarradero y remolcador de custodia. “Un verdadero e innecesario contratiempo”, aseveran.

Todo esto representa costos adicionales, extraarancelarios que se trasladan hasta alcanzar al consumidor final, que debe pagar todo lo que imponen los argentinos de una manera arbitraria.


Autores

ABC Color (Paraguay)