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Brasil refuerza defensa comercial en "guerra cambiaria"
Lunes, Octubre 1, 2012 - 17:09

El ministerio de Comercio Exterior está contratando más empleados para procesar las denuncias de dumping y pedidos de salvaguarda que aterrizan en su Departamento de Defensa Comercial. Y podría necesitarlos.

Sao Paulo. Brasil batió un nuevo récord: 47 investigaciones de defensa comercial abiertas en lo que va del 2012, más del doble que durante todo el año pasado.

El ministerio de Comercio Exterior está contratando más empleados para procesar las denuncias de dumping y pedidos de salvaguarda que aterrizan en su Departamento de Defensa Comercial. Y podría necesitarlos.

El alud de dólares baratos liberado en septiembre por la Reserva Federal de Estados Unidos elevó la presión sobre el real y puso a Brasil a la defensiva, aumentando el riesgo de proteccionismo en la mayor economía de América Latina.

Contexto desfavorable. El contexto económico no ayuda. Brasil crecería este año apenas un 1,6%, debajo de la media latinoamericana y lejos, muy lejos de su ritmo superior a un 4 por ciento de la última década.

Y si Brasil fue fustigado por duplicar el mes pasado los aranceles de 100 productos importados, las críticas deberían multiplicarse cuando anuncie en los próximos días un aumento del contenido local de sus autos y suba en octubre las tarifas de otro centenar de importaciones.

"No podemos aceptar que iniciativas legítimas de defensa comercial por parte de los países en desarrollo sean injustamente clasificadas como proteccionismo", dijo la presidenta Dilma Rousseff la semana pasada en la Asamblea General de la ONU.

Brasil sostiene que actúa dentro de lo permitido por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Proteccionismo, dice, es abaratar artificialmente el dólar o el euro para darle una ventaja competitiva a las exportaciones de las naciones desarrolladas.

Inquietud. Pero su tono inquieta a los mercados, que temen que un Brasil más cerrado aumente la presión inflacionaria y eche por la borda un año de agresivos recortes de tasas de interés para devolverle competitividad a su economía.

"Lo que preocupa es el riesgo de una mayor intervención en la economía", dijo Marcelo Carvalho, jefe de investigación económica para América Latina de BNP Paribas en Sao Paulo.

"En los últimos meses hemos visto varias medidas de mayor protección cambiaria y comercial. Y la tendencia parece ser muy clara en esa dirección", añadió.

El Gobierno ha prometido evitar por todos los medios la apreciación del real, comprando dólares si fuera necesario o elevando los impuestos a las transacciones financieras para inhibir los flujos de capital.

Pero las dimensiones sin precedentes del último paquete de flexibilización monetaria de la Reserva Federal y de un programa de compra de bonos del Banco Central Europeo generan dudas sobre cuánta munición tendrá Brasil para defender su moneda.

"La presidenta dejó claro que la guerra cambiaria continúa y si la situación empeora tomará más medidas para respaldar la competitividad", dijo Irene Mia, directora de The Economist Intelligence Unit para América Latina en Londres.

"Garantizar que las inversiones beneficien a la economía doméstica tiene sentido, pero existe una línea muy delgada que lo separa de volverse proteccionista", añadió.

Inflación versus proteccionismo. Las críticas al proteccionismo suelen ser en inglés, como las del representante de Comercio estadounidense, Ron Kirk, que irritó hace unas semanas a Brasil al pedir que se reconsideraran los aumentos de aranceles.

Una caricatura publicada esta semana por el diario Folha de Sao Paulo mostraba a una estupefacta Rousseff escuchando a un estadounidense que, protegido de pies a cabeza con casco, escudo y armadura medieval, le decía: "Tienen que dejar de tomar esas medidas proteccionistas".

La presión doméstica es fuerte. Los industriales querían que el gobierno que aumentara los aranceles de 300 importaciones, no 200 como finalmente se anunció.

La expansión monetaria de los bancos centrales de Europa y Estados Unidos disparó en el último año el real y abrió la puerta a un alud de importaciones baratas que aumentaron los problemas de la industria brasileña, ya asfixiada por pesados impuestos y costos laborales.

Los analistas creen que un repunte de la inflación podría llevar al gobierno a reconsiderar sus medidas de defensa comercial para no sacrificar sus bajas tasas de interés, una de las principales conquistas macroeconómicas de Rousseff.

"Obligado a escoger yo creo que el Gobierno optaría por reducir el proteccionismo", dijo Joao Augusto Castro Neves, de la consultora de riesgo Eurasia Group en Washington.

Rousseff ha intentado reanimar la economía con una batería de medidas desde el abaratamiento del costo del dinero hasta rebajas de impuestos y tarifas eléctricas y la privatización de obras de infraestructura.

El Gobierno apuesta a que la economía reaccione en el último trimestre del 2012 y crezca en torno a un 4 por ciento en el 2013. Y eso, dicen los analistas, también podría llevar a Brasil a bajar un poco la guardia.

"El proteccionismo tiene que ver con el ciclo económico. Cuando la economía va mal la presión por el proteccionismo tiende a aumentar", dijo Machado, de BNP Paribas.

"Si la economía crece más fuertemente el próximo año, como se espera, la demanda por proteccionismo tendería tal vez a disminuir. Pero el cuadro global todavía es de crecimiento muy lento por un tiempo", añadió.

Mala leche. Las denuncias de comercio desleal apiladas sobre la mesa del Ministerio de Comercio Exterior incluyen vinos chilenos, láminas de acero finlandesas, neumáticos vietnamitas y cubiertos chinos, entre otros.

La Confederación de Agricultura y Pecuaria, por ejemplo, pidió investigar el riesgo de dumping de la leche en polvo de la Unión Europea y Nueva Zelanda.

"Ante la crisis mundial, los países exportadores buscan nuevos mercados como Brasil y los riesgos de distorsión del comercio son mayores", dijo Rodrigo Alvim, un directivo del lobby agropecuario. "Es por eso que aumentaron las solicitudes de defensa comercial".

"Brasil no está protegiendo el mercado, sino defendiéndolo de prácticas desleales de comercio", añadió.

Global Trade Alert, una organización que monitorea prácticas comerciales alrededor del mundo, dice que Brasil es uno de los 10 países más proteccionistas con 56 medidas desde el estallido de la crisis financiera global a fines del 2008.

En el ranking de medidas discriminatorias, Brasil aparece detrás de su vecino Argentina, de otras potencias emergentes del grupo BRICS como Rusia e India y de naciones desarrolladas como Gran Bretaña, Alemania, Francia o Italia.

Pero los analistas advierten que reforzar la defensa comercial hace más imprevisible el ya difícil clima de negocios en Brasil.

"Desde la perspectiva de un inversor, el proteccionismo eleva el grado de complejidad del sistema tributario brasileño, que ya es extremadamente complejo. Aumenta los costos de hacer negocios en Brasil", dijo Castro Neves, de Eurasia.

Autores

Reuters