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Cómo se inserta Chile en las cadenas globales de valor
Mar, 14/10/2014 - 08:38

Andrés Rebolledo

Chile y su socio fundamental, el Mercosur
Andrés Rebolledo

Andrés Rebolledo es Director General de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de Chile.

Hace 50 años si mi empresa exportaba manzanas, las etiquetas eran diseñadas por mi hija, impresas por mi amigo; las tablas para las cajas me llegaban de un primo de Temuco, y el cartón corrugado interior me lo proveía la Papelera. Si bien se trata de un burdo e hipotético ejemplo, da la idea de que antiguamente lo local era el patrón de la producción nacional. Hoy, gracias a la apertura de los mercados, a las impresionantes mejoras en el transporte internacional y el vertiginoso mundo de las comunicaciones e internet, las cosas han cambiado radicalmente.

En la actualidad nuestro exportador de manzanas tiene el mundo entero a su disposición y, como es un empresario avezado, lo más probable es que se abastezca de los mejores y más baratos insumos del mundo entero. Así podrá reducir costos y competir con el productor argentino o neozelandés, porque todos ellos hacen lo mismo.

Lo que antaño era una “cadena” de actividades domésticas para una industria, hoy necesita ser una concatenación a nivel internacional para poder ser competitivo a nivel mundial. Este proceso es conocido ahora como “cadenas globales de valor” (CGV), porque integra partes y piezas de diferentes partes del globo para un producto final, cuyo mercado puede ser todo el planeta.

Su alcance ha crecido tanto que hoy la OCDE y la OMC desarrollan indicadores para medir el valor agregado externo de las exportaciones como posible indicador de CGV. Ello, porque se estima que su contribución, resulta ser un indicador bastante exacto de la participación en las CGV.

Chile no está bien posicionado en esta nueva realidad. En efecto, el estudio citado señala que nuestra participación en las CGV está impulsada por los denominados “enlaces descendentes”, es decir, las exportaciones chilenas, concentradas en recursos naturales, son utilizadas dentro de los procesos de producción de bienes para la exportación de otros países, donde el sector minero tiene la mayor participación. Las exportaciones de cobre pasan a ser insumos para productos elaborados en el extranjero que van desde cables eléctricos hasta maquinarias y equipos de alta tecnología. En términos de porcentaje, del total de las exportaciones de valor agregado a nivel mundial Chile representa solo el 0,5%, frente a 12% de EE.UU., 8% de China y de Alemania y 5% de Japón. Tampoco nos va bien comparados con socios de nuestra región: México y Brasil tienen un guarismo cercano al 2%.

¿Podemos hacer algo para integrarnos a las CGV? Claro que sí y nuestro país está en una posición privilegiada para lograrlo. Contamos con acuerdos de libre comercio con 61 países, que representan el 85% del PIB mundial, todos los cuales apuntan a eliminar barreras comerciales para bienes y servicios, promover la inversión, potenciar la competencia y a proteger la propiedad intelectual de inventos y procesos productivos.

Pero para ello se requiere avanzar en varias direcciones. La primera es tomar conciencia de su importancia y de nuestras potencialidades. Otras condiciones ya se encuentran en proceso, como es el caso de la reforma educacional junto con reconocer la centralidad de la innovación y la necesidad de inyectar más recursos para investigación y desarrollo. En la misma línea debemos mirar y abrazar las nuevas tecnologías. Debemos salirnos de estereotipos y prejuicios del siglo pasado como que la protección a la propiedad intelectual inhibe el desarrollo. La lógica debe ser inversa: aprovecharnos de la propiedad intelectual para apurar nuestro proceso de desarrollo.

Debemos seguir en la línea de atraer inversión extranjera y crear las condiciones internas que nos permitan participar en las CGV de tales emprendimientos transnacionales. La integración física y productiva regional puede ayudarnos mucho en esta tarea; de ahí nuestros esfuerzos de diálogo entre la Alianza del Pacífico con el Mercosur y otras entidades de nuestra América Latina. Porque en definitiva, las CGV son otra oportunidad que no debemos dejar pasar.

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