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Con la crisis internacional, el Mercosur enfrenta nuevos desafíos
Domingo, Febrero 12, 2012 - 11:56

Cuando la economía del gran vecino retrocede un punto del PBI declina, aproximadamente, unos 20 mil millones de dólares y le traslada a sus socios del Mercosur la incógnita de cuánto podrá comprar en el futuro.

En el segundo semestre del año Brasil retrocedió 4 puntos del PBI respecto de la primera parte de 2011, es decir unos 80 mil millones de dólares que se sustraen del comercio interbloque.

En el Mercosur el país más perjudicado de los cuatro es, con mucho, la Argentina (que logró un comercio bilateral de 35 mil millones de dólares/año), ya que su socio regional absorbe un tercio de sus exportaciones totales.

Este es el primer rebote serio de la crisis económica internacional, que explica ese retroceso, ya que Brasil no pudo sostener el volumen anterior de sus exportaciones industriales.

Economistas privados y asesores del Banco do Brasil estiman que en el primer semestre de 2012 la economía del vecino retrocederá, por lo menos, otros cuatro puntos respecto de igual período del año anterior, lo que sumará una caída de 8 puntos del PBI en los últimos doce meses, esto es, unos 160 mil millones de dólares, aproximadamente un 30 por ciento del producto argentino.

Este cuadro de situación explica la preocupación de Brasil por las trabas a las importaciones dispuestas por el gobierno nacional y su política de sustitución, aunque en la última reunión conjunta de ministros de industria, realizada recientemente, apareció una fórmula de compensación promisoria. No se trata de que Brasil le venda menos a la Argentina, sino de que esta le venda más a su socio estratégico.

Actualmente Brasil importa de extrazona unos 300 mil millones de dólares en bienes y servicios. Entre un cuarto y un tercio de esa demanda podría ser provista por la Argentina. Recíprocamente, Brasil puede proveer buena parte de los insumos (sobre todo máquinas-herramienta) que la Argentina compra en el exterior.

Se trata, entonces, de aumentar y compensar el comercio bilateral, que así concebido podría pasar de 30 mil a 75 mil millones de dólares. Ese es, hoy, el principal desafío de la integración, cuyo planteo básico podría extenderse no sólo a Paraguay y Uruguay sino al resto de Sudamérica.

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