Pasar al contenido principal

ES / EN

Ecuador impulsa comercio de productos alternativos en zonas de narcotráfico
Martes, Marzo 12, 2013 - 14:31

La idea propone crear una marca que identifique ante el consumidor que la compra de ese producto contribuye a erradicar el cultivo de sustancias prohibidas y la producción y tráfico de droga.

Ecuador impulsó este martes en Viena la creación de un sello internacional que identifique los productos alternativos al cultivo de drogas, provenientes de zonas afectadas por este problema, y que puedan ser comercializados en los países más desarrollados.

La idea, planteada por primera vez en 2011 y que este martes fue presentada durante la reunión de la Comisión de Estupefaciente de la ONU en Viena, propone crear una marca que identifique ante el consumidor que la compra de ese producto contribuye a erradicar el cultivo de sustancias prohibidas y la producción y tráfico de droga.

"Productos que deben tener valor agregado", ya que su rentabilidad ha de ser alta para poder competir con la coca, explicó hoy a Efe Rodrigo Vélez, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep).

Vélez indicó que ese sello, en la línea del ya existente de "comercio justo", servirá para crear un sentimiento de buena conciencia en el cliente de los países desarrollados, donde también se consume la mayoría de la droga.

Con todo, el funcionario ecuatoriano advirtió de que el éxito de esos productos dependerá de su calidad, y no solo de la solidaridad.

"Puedo acceder al mercado por una compra, de pronto por un tema sentimental, porque quiero apoyar a esta población de la amazonía, de la selva tropical, pero si el producto no tiene calidad, la segunda vez no lo compro", razonó Vélez.

Respecto a la dificultad de competir con cultivos como de la coca o la marihuana, que dan a los campesinos ingresos más elevados, el responsable del Consep indicó que la motivación debe ser doble.

"En primer lugar, el hecho de no dedicarse a una actividad ilícita, que no va estar perseguido por las fuerzas del orden. Pero tenemos que acortar la brecha de la diferencia que existe entre los ingresos por actividades ilícitas y los ingresos pos actividades lícitas", explicó.

El mecanismo propuesto por Ecuador incluye una serie de criterios para que un producto determinado reciba ese "Sello de Desarrollo Alternativo Preventivo", y que van desde la existencia en una determinada región de actividades ilegales, ya sea cultivo, elaboración o tráfico, hasta su situación geográfica o medioambiental.

Ecuador defiende que esta iniciativa no choca con los actuales tratados internacionales de comercio, aunque países como Estados Unidos han planteado dudas a este respecto.

De hecho, la idea inicial del proyecto se limitaba a los países de la comunidad andina y fue ampliado luego a una escala global ante el interés mostrado por países de África y Asia.

Mientras la iniciativa toma cuerpo y se determina en el ámbito de Naciones Unidas los mecanismos de verificación y concesión de ese sello, Ecuador ya está poniendo en marcha un proyecto piloto con Colombia, relacionado con la comercialización de cacao.

"Hay interés, hay predisposición y la necesidad de ellos de hacerlo, de entrar en el ámbito legal", refirió Vélez respecto a cómo han acogido las poblaciones locales esa iniciativa.

Según Vélez, estos proyectos de desarrollo alternativo pueden servir para reducir hasta el 30% de los cultivos de coca en los cuatro países andinos.

El responsable ecuatoriano recordó, eso sí, que la eficacia de esta medida pasa por aplicar también otras políticas que neutralicen el "efecto globo": cuando baja la producción en una zona, se traslada a otra.

"Ese es el problema que tenemos. Hay que ir trabajando en el eje de la demanda también. Porque todo se ha visto siempre en la parte de la oferta, y dentro de la oferta en la interdicción", criticó Vélez.

En ese sentido, apostó porque las estrategias antidroga no solo se centren en el "negocio de la exportación", sino también en la parte de la prevención y la educación para reducir el consumo.

Autores

EFE