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Ildefonso Guajardo, secretario de Economía mexicano: "Si amenazan con un arancel del 20% a los coches, nos vamos"
Lunes, Febrero 27, 2017 - 14:21

El ministro secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, indicó que espera que las negociaciones a tres bandas de junio, por el Tlcan, sean fructíferas, pero que no aceptarán tarifas fronterizas.

"En el momento en que digan, vamos a poner un arancel del 20% a los coches, me levantaré de la mesa... Adiós".

En lo que se constituye en un paso autoasertivo de la mayor relevancia, el gobierno mexicano se colocó a la ofensiva en uno de los conflictos bilaterales creados por el acceso a la presidencia de los EE.UU. de Donald Trump, cuando el ministro secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, planteó de manera directa que su país no se someterá mansamente a los dictados del nuevo ocupante de la Casa Blanca.

Y hay más, en la misma entrevista concedida a la agencia Bloomberg, Guajardo agregó que "no sería una crisis absoluta" la salida de México del Nafta/Tlcan, en caso de que las conversaciones sobre temas comerciales planificadas, para junio próximo, derivasen en ello: es cierto, explicó, que tal cosa ocurriera "quitaría parte de nuestro margen de competitividad", no obstante, la situación distaría de ser apocalíptica.

El alto funcionario fue claro en decir que no quiere que esto último ocurra. Al contrario, que piensa que es posible un escenario en el cual Estados Unidos, México y Canadá logren un avenimiento que derive en renovar el pacto comercial: "Creo que hay una manera de encontrar un acuerdo muy bueno que será un ganar-ganar (win-win) para los tres países".

Por ahora, no obstante, la reacción se centra en algo de fuerte poder simbólico. El presidente de México, Peña Nieto, ha comenzado a escuchar el clamor popular, "esa voz unitaria que clamaba el término de los atropellos a la dignidad mexicana; el que los mexicanos no pueden aceptar seguir siendo humillados por EE.UU.", como se afirmó en una editorial de AméricaEconomía, semanas atrás.

Sin duda, lo más inquietante de este diferendo en ciernes es que resulta impresionante que el presidente Trump no se dé cuenta que EE.UU., al firmar el Tratado de Libre Comercio (Tlcan) con México, "produjo una transformación radical en dicho país. México, antes del Nafta, era un país con un profundo sentimiento antinorteamericano, un sentir cuyos gobiernos lo fomentaban y practicaban en su política exterior, así como en los distintos foros multilaterales", como afirmamos.

En la misma nota dada a Bloomberg, Guajardo indicó que su país ya gira en busca de socios acordes con su espíritu favorable al libre comercio. México "ha acelerado las conversaciones de libre comercio con Brasil y Argentina después de que los cambios en los gobiernos de esas naciones los hagan mirar más favorablemente a los mercados abiertos". Respecto del primero, el titular de la cartera de Economía observa lo que calificó como de "muy, muy alto potencial" en áreas como automóviles.

Como ejemplo, indicó que "no voy a negociar con Brasil por su cara bonita. Voy a negociar con Brasil porque van a abrir su mercado de fabricación de automóviles".

En la práctica, México promueve hoy que miembros de TPP (Transpacific Partnership) se unan a la Alianza del Pacífico, por ello han sido invitados a participar en la reunión del grupo latinoamericano en marzo, reveló Guajardo.

En este punto, el gobierno mexicano gira también hacia un consenso creciente en América Latina. Consenso que AméricaEconomía plantea como necesario hace mucho. Esta se basa en una realidad: mientras EE.UU. y Europa tienen espasmos proteccionistas y nacionalistas, Asia y América Latina profundizan su apertura al comercio y la globalización. Ese estandarte ha sido más claramente levantado por la Alianza del Pacífico (AP), que integran México, Colombia, Perú y Chile.

Por ello "la AP debe ser el puntal de una estrategia latinoamericana de mayor acercamiento a China y Asia en general, y de negociación para sumarse a la RCEP o al FTAAP. Y es ya hora de intentar sumar a esta iniciativa al nuevo Mercosur, ahora que se ha desembarazado de la Venezuela de Maduro y cuando los cancilleres de Brasil y Argentina anuncian conjuntamente su intención de abrirse al mundo. Un acuerdo AP-Mercosur potenciaría los intercambios internos, así como las posiciones negociadoras de América Latina frente a Estados Unidos, Europa y la propia Asia".

AméricaEconomía ha propuesto que, "más que un simple acuerdo tarifario, un bloque así podría crear una plataforma de integración a las cadenas de suministro globales, que dinamizan el comercio y estimulan las inversiones, y ayudaría a los países de la región a depender menos de las materias primas. Si se excluye a México -el único país latinoamericano que realmente integró su industria a las cadenas de suministro globales por obra y gracias del Nafta- la participación de América Latina en el comercio mundial ha caído de 4,0% a 2,9% en los últimos 20 años". Con un México más protagonista, ello podría revertirse.

En nada de lo anterior, como lo ha aclarado Guajardo, hay un sesgo esencialmente antiestadounidense. Es al revés, son los EE.UU. los que -al amenazar con darle la espalda a México, por un puñado de millones de déficit comercial- , se aíslan del mundo e, irónicamente, de una prosperidad compartida.

Autores

Rodrigo Lara Serrano