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Relaciones entre Venezuela y Panamá en vías de restablecerse
Martes, Mayo 6, 2014 - 10:21

La asignatura pendiente es la deuda venezolana con los empresarios panameños. La gran pregunta es cuál será el monto total reconocido y a qué precio del dólar.

Hace unas semanas, analistas proyectaban acertadamente que el rompimiento de las relaciones entre Venezuela y Panamá tenían los días contados.

A ninguno de los países le conviene la ruptura o el distanciamiento diplomático y comercial, debido a que mantienen intereses en común, y así parecen entenderlo tanto el presidente Nicolás Maduro, como el recién electo Juan Carlos Varela.

El presidente Maduro publicó en su cuenta de Twitter: “Acabo de conversar con el Presidente electo de Panamá, lo felicité en nombre de nuestro pueblo, deseándole el mayor éxito”. Por su parte, el conservador Varela también expresó su intención de acercamiento con Venezuela.

A solo horas de la elección de Varela, la tensión entre ambos países ha bajado, lo que no significa que los temas pendientes se solucionen de la noche a la mañana. Por el contrario, el tema de la deuda venezolana con los empresarios de Panamá está plenamente vigente y deberá ser retomado en la agenda económica.

A la fecha, no queda claro el monto de la deuda (ambos Gobiernos hacen cálculos diferentes del total), ni cuándo será cancelada, ni a qué precio de dólar se hará el cálculo.

A la fecha, no queda claro el monto de la deuda (ambos gobiernos hacen cálculos diferentes del total), ni cuándo será cancelada, ni a qué precio de dólar se hará el cálculo.

Cabe la posibilidad de que el gobierno venezolano proponga hacerlo con base en la tasa Cencoex (ex-Cadivi) en el caso de deudas sobre compras de alimentos o, lo más probable, Sicad 1, como lo planteó a las aerolíneas internacionales.

Deuda venezolana

Venezuela mantiene una deuda de entre US$520 millones y US$2.000 millones, de acuerdo con diferentes fuentes, que hacen sus propios cálculos.

El presidente saliente de Panamá, Ricardo Martinelli, declaró hace un mes que la deuda ascendía a US$$1.000 millones, mientras que Leopoldo Benedetti, representante de la Zona Libre de Colón, observó que las empresas venezolanas le deben a esa área US$2.000 millones. Por lo pronto, hay cierto consenso en que el compromiso con la aerolínea Copa asciende a US$480 millones.

El monto, en realidad, está en duda, ya que el gobierno de Maduro afirma que los empresarios panameños han incurrido en doble facturación, mientras que desde Panamá se señala corrupción de este lado.

Se trata de deudas entre privados, pero que requieren de los dólares que otorga el Gobierno venezolano para su cancelación.

Según el economista Víctor Álvarez, el primer paso deberá ser revisar la duda, su legalidad y establecer el compromiso de pago solo de aquellos montos que se reconozcan. “Las deudas no comprobadas estarán en el marco de los delitos y, en consecuencia, no serán canceladas”, observó.

“El ministro de Economía y Finanzas saliente de Panamá acaba de reconocer públicamente que hubo sobrefacturación por parte de los empresarios de su país. El tema requiere investigación”, dijo Álvarez.

En cuanto al precio del dólar sobre el que será calculada la deuda que sea reconocida, Álvarez señaló que deberá establecerse en el marco de la política del Gobierno venezolano, de acuerdo con la fecha en que fue contraída. “La política en el caso panameño deberá ser igual a la que aplica con los demás países. De lo contrario, sería discriminatorio”, agregó.

A su juicio, es probable que el Gobierno venezolano emita providencias para especificar qué tasas de cambio aplican ante las nuevas deudas. “Los temas se deberán ir normalizando. El tratamiento de la deuda externa debe ser de validez general”, señaló.

El economista recordó que, en tiempos de Cadivi, el Gobierno solía emitir providencias en las que dejaba claro el precio de las nuevas deudas contraídas.

Los analistas consultados coinciden en que el tema de la deuda no condiciona la relación diplomática y comercial de los países.

“Panamá nunca ha condicionado las relaciones bilaterales al pago de la deuda. Sin embargo, es cierto que la ruptura le dio a Venezuela cierta prórroga para regularizar sus cuentas, lo que no pudo hacer”, dijo Gerardo Félix Arellano, director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV.

A su juicio, “los Gobiernos de ambos países deben ponerse de acuerdo para utilizar la misma metodología que se empleó en el caso de las deudas de Venezuela con Colombia. Hay que aclarar los cálculos. Identificar si hubo cobro de sobretasas o facturas falsas como se dice, comprobarlo y limpiar los números”.

Para la internacionalista Beatriz de Majo, “lo primero que hará el presidente Varela en su silla será abordar el tema de las deudas venezolanas con sus empresarios, pero Venezuela no abrirá las compuertas del dinero que no tiene a Panamá. Este Gobierno no ha podido pagar las deudas con Colombia, ni siquiera con las aerolíneas, no tiene fondos”, agregó.

Según Nícmer Evans, analista político, el gobierno de Maduro debería desarrollar políticas de protección de los capitales venezolanos en el exterior y la capacidad de repatriación de los mismos.

Existen más de 60.000 venezolanos que viven en Panamá y unas 600 empresas de capital nacional en ese país, de acuerdo con la Cámara de Integración Venezolano-Panameña.

Algunas de las empresas de capital venezolano en Panamá son Aseguradora Ancón, Century 21, Congente, Iesa, Multinacional de Seguros, Panacaven Bienes Raíces, Seguros Constitución, Smartmatic, BOD, Mercantil, Banesco, entre otras.

Políticas diferentes

El nuevo Gobierno panameño ha marcado entre sus metas mantener el alto crecimiento económico de su país (todo un desafío ya que el año pasado su PIB superó 8% de crecimiento, similar al de China) y luchar contra la desigualdad social.

“Varela habla de superar la deuda social y de mejorar a los sectores excluidos, pero no cae en las premisas ideológicas del Gobierno venezolano. Varela es conservador, respaldado por industriales y empresarios.

Maduro era más afín al alcalde de Panamá, quien también fue candidato a la presidencia de ese país. De todas maneras, a pesar de que Maduro y Varela tienen posiciones diferentes, el acercamiento entre ambos países es un hecho”, afirmó Arellano.

“El Gobierno panameño mantendrá seriedad en su política exterior. Ese país nunca rompió relaciones con Venezuela. En cuanto al gobierno de Maduro, ahora tiene la oportunidad de enmendar”, opinó.

El internacionalista Adolfo Salgueiro coincidió con su colega, al señalar que “el nuevo presidente panameño no está atado de manos por las acciones de su predecesor y existe consenso entre los académicos de que las relaciones se restablecerán”.

A su entender, Panamá aspira a ingresar a Petrocaribe -como forma de recibir petróleo financiado del organismo y de Venezuela- y eso es un motor fuerte para querer que los problemas bilaterales se resuelvan, además de otros intereses en juego.

De Majo puso su lupa en que “Varela viene del mundo empresarial y su fin es generar riqueza. Está muy cerca de las corrientes liberales. Las relaciones diplomáticas bilaterales se restaurarán, pero no veo a Maduro y Varela en la misma tónica de diálogo. No serán grandes cooperantes”, proyectó.

El hecho de que Varela haya roto relaciones con Martinelli desde el año 2011 podría ser un punto a favor de su vínculo con Maduro, quien se sintió afectado por la decisión del expresidente panameño de convocar una reunión de la OEA el pasado marzo para hablar de “la situación venezolana”, lo que fue considerado una clara injerencia en asuntos internos por parte de este gobierno.

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