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Comunidades aymaras aprendieron cómo incorporar en su saber ancestral las buenas practicas de higiene alimentaria
Viernes, Noviembre 26, 2010 - 10:55

“Aprendimos bastante sobre cómo organizar las labores diarias para una mejor producción y una mejor higiene”, dijo Aurora del Pilar Cayo, representante de la Asociación Regional de Mujeres Indígenas “Bartolina Sisa”.

Santiago. Alrededor de treinta miembros de comunidades indígenas, principalmente aymaras, provenientes de Huara, Camiña, Pica, Colchane y Pozo Almonte, aprendieron técnicas de manipulación higiénica de los alimentos en un taller de la FAO, para mejorar las condiciones de comercialización de sus productos tradicionales.

“Aprendimos bastante sobre cómo organizar las labores diarias para una mejor producción y una mejor higiene”, dijo Aurora del Pilar Cayo, representante de la Asociación Regional de Mujeres Indígenas “Bartolina Sisa”.

El taller se basó en el manual FAO “Buenas prácticas de higiene en la preparación y venta de los alimentos en la vía pública en América Latina y el Caribe”, y en el curso e-learning de la FAO “Manipulación higiénica de los alimentos”, los cuales enseñan la correcta manipulación que deben tener los comerciantes de alimentos al preparar y vender sus productos.

“Lo que buscamos es entregar herramientas que puedan mejorar las condiciones de preparación y comercialización de sus productos alimenticios tradicionales, e incrementar la calidad e inocuidad de los alimentos, lo que beneficiará tanto a los compradores como a los mismos comerciantes”, explicó Maya Piñeiro, Oficial Principal de Inocuidad y Calidad de los Alimentos de la  FAO.

El taller buscó combinar las técnicas ancestrales de preparación de alimentos que las comunidades indígenas han desarrollado a través de siglos, con nuevas herramientas de inocuidad e higiene.

“Lo más importante es que con estas técnicas podemos respetar la cosmovisión de nuestra cultura, incorporando lo moderno a las técnicas ancestrales”, concluyó Aurora.

Además, se buscó que los participantes estuvieran capacitados para transferir las experiencias aprendidas al resto de sus comunidades. “Todo lo que aprendimos podemos traspasarlo a las compañeras, para usarlo día a día y así corregir lo que no estábamos haciendo bien”, agregó Aurora.

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AméricaEconomía.com