La legislación ya sobrevivió a seis semanas de pulsos congresionales y estuvo dos veces a punto de ser rechazada tras un revuelta entre los mismos demócratas de Obama.
La firma de un tratado comercial con los países del Pacífico por parte del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, enfrentará otro obstáculo en el Senado, ya que la legislación necesaria para cerrar el acuerdo volverá por segunda vez a la cámara.
La legislación ya sobrevivió a seis semanas de pulsos congresionales y estuvo dos veces a punto de ser rechazada tras un revuelta entre los mismos demócratas de Obama, muchos de los cuales creen que los acuerdos comerciales amenazarán a los empleos en Estados Unidos.
La ley, que establecerá un debate rápido de los acuerdos comerciales a través del Congreso, necesita el apoyo de 60 senadores para seguir adelante.
Aunque la medida fue aprobada en el Senado hace un mes con una votación de 62-37, incluido el apoyo de 14 demócratas, algunos podrían retirar su respaldo.
La legislación por vía rápida ofrece a los legisladores el derecho a fijar objetivos de negociación para acuerdos comerciales como el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) entre 12 países, pero les restringe a votar sí o no en el acuerdo final.
Los socios comerciales dicen que quieren una legislación por la vía rápida en vigor antes de finalizar el TPP, que sería el mayor acuerdo comercial desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) firmado hace dos décadas entre Estados Unidos, Canadá y México.
Los senadores votarán el martes sobre limitar el debate a la vía rápida y, si tienen éxito, sobre la ley actual el miércoles, antes de ocuparse de un segundo proyecto que amplía los beneficios comerciales a las naciones africanas.
Los republicanos quieren que ambas medidas sean aprobadas esta semana, antes de que el Congreso entre en un receso de una semana, para que Obama pueda convertirlas en ley con su firma lo antes posible.
El TPP, un acuerdo que podría definir el legado de Obama, abriría mercados para firmas como Intel Corp y Caterpillar Inc, ampliaría los periodos de monopolio de Pfizer Inc y fármacos rivales y bajaría los costos de importación para compañías como Wal-Mart Stores Inc.