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Alejandro Werner: "A partir de finales de año el Perú se va a ir acelerando"
Miércoles, Octubre 7, 2015 - 14:28

La economía latinoamericana podría crecer menos del 0,5% en 2015, según las proyecciones del FMI. Alejandro Werner, director del departamento del organismo explica la situación y los principales desafíos de los países de la región.

-Las previsiones de los analistas apuntan a que la región crecerá 0,5% este año. ¿Cuál es la perspectiva actual del Fondo Monetario Internacional?

-Ese dato lo vamos actualizar en las reuniones anuales en Lima y es muy probable que la revisión sea a la baja porque los números para economías como Brasil o Venezuela han venido por debajo de lo que habíamos anticipado. También el resto de la región ha venido ligeramente presentando un desempeño económico más débil de lo que habíamos esperado. Estamos terminando de afinar los números.

-¿De los países que tendrán peor desempeño estará Brasil?

-Está el caso de Venezuela. Ya en nuestro análisis anterior anticipábamos un crecimiento negativo de 7%, y una inflación de tres dígitos. El desempeño de la economía venezolana se podría caracterizar como un funcionamiento crítico. Quintado eso de lado, claramente la economía brasileña presenta el desempeño más débil este año con un crecimiento negativo que habíamos estimado en -1,5% y también anticipábamos un crecimiento muy ligero en 2016, que la economía brasileña iba a estar en los próximos 18 meses en una etapa de aletargamiento muy preocupante. Esta situación se ha profundizado más; los niveles de incertidumbre económica han aumentado de manera importante, ha habido muchos cambios en las metas fiscales, hemos visto la reducción de la calificación crediticia del país llevándolo por debajo de grado de inversión y también obviamente un nivel de incertidumbre en el ámbito político considerable. La situación en Brasil se ha deteriorado. La semana pasada la presidenta Dilma Rousseff anunció ciertas medidas en el ámbito fiscal que apuntaban a refrendar el compromiso que tienen con la estabilidad macroeconómica, pero claramente es una situación que hay que monitorear muy de cerca.-Brasil acumula múltiples problemas como la devaluación del real, incremento de la tasa de desempleo… ¿Qué diría que ha sido lo que ha afectado más al país para que llegue a su situación actual?

-Creo que Brasil por varios años incurrió en una mezcla de política que trató de impulsar la demanda agregada en la economía basada en un diagnóstico de que el potencial de crecimiento en esa economía era mayor de lo que era realmente. Eso llevó a un estímulo fiscal y en algunos de estos años a un impulso monetario que en lugar de empujar a una economía, que no tenía como responder a estos impulsos, llevó a una inflación del déficit de la cuenta corriente y a presiones inflacionarias al tiempo que se generaba una dinámica de finanzas públicas muy dañina. Al tratar de impulsar la economía con política fiscal y esta al no reaccionar se incrementaban los déficits y tampoco el crecimiento generaba mayor actividad recaudatoria.

-Después de varios años de seguir por esa senda, el gobierno brasilero dice “esta política no ha dado resultado y hay ya un nerviosismo sobre la posición fiscal y es importante consolidar la parte macroeconómica a través de un proceso de estabilización fiscal y de endurecimiento monetario”. Eso se implementa a inicios de este año, pero también al mismo tiempo se cae el precio del petróleo y surgen temas de corrupción alrededor de Petrobras, que generan efectos adicionales sobre la inversión, no solo de Petrobras sino de todas las empresas del sector privado que están involucradas. Esos temas refuerzan la desaceleración económica que ya se venía dando por la pérdida de confianza en esta economía. C confluyen un problema macroeconómico con un problema de inversión asociado a los temas de corrupción y también una falta de consenso a nivel político donde vemos que hay una discusión muy fuerte sobre el camino que debe tomar el país que se está llevando a cabo en el Congreso.

-Como comenta, Dilma está tomando medidas para reducir el gasto fiscal e impulsar la economía, pero ¿qué debería hacer el gobierno desde su punto de vista?

-Creemos que desde el punto de vista macroeconómico los objetivos que se habían fijado al inicio de la administración para lograr una consolidación de las finanzas públicas y un descenso de la tasa de inflación para los próximos años eran los apropiados. También creemos que es muy importante refrendar este compromiso con la estabilidad y complementar las medidas fiscales con medidas estructurales que estimulen el crecimiento y la inversión en el mediano plazo. Este mapa todavía está en construcción en este contexto de incertidumbre.

-Venezuela se enfrenta, como comentaba, a un crecimiento negativo de 7% e inflación del 200%. ¿Puede ir a peor?

-Sí, porque la economía venezolana aún antes del choque petrolero estaba en una situación donde estaban perdiendo reservas internacionales y la inflación se incrementaba. Luego, el descenso del precio del petróleo representa un choque brutal para la economía. El 95% de las exportaciones de Venezuela es petróleo y representaban el 30% del PIB. La caída de precios supone un descenso de ingresos muy importante y esto obviamente detona esta segunda onda recesiva en la economía y el incremento de la inflación. Estos incrementos tan elevados de la inflación sumados a una economía llena de controles genera escasez de manera muy importante y una disrupción en el aparato productivo y no se diga de ciertos indicadores sociales también, en términos de la alimentación promedio de la población, de la atención médica… Estamos viendo ciertos datos esporádicos que salen que nos indican un deterioro muy preocupante de las condiciones económicas y sociales en Venezuela.

En el lado opuesto en cuanto a desempeño económico podría situarse al Perú, aunque las proyecciones del crecimiento de la economía local se van ajustando cada vez más al 2%.

-¿Cómo creen que le va a ir?

-Este año es de ajuste en el Perú. Un poco refleja el frenón de los ingresos provenientes del sector primario y la economía después de tantos años de crecimiento estimulado en parte por estos ingresos tiene un freno importante. Creemos que con los estímulos monetarios a través del tipo de cambio, estímulos fiscales que ha implementado el Gobierno y el incremento de la producción del sector minero la economía peruana gradualmente va a ir acelerándose en el cierre de este año y el inicio del año entrante. Va a ir retomando una senda de crecimiento más alto que el que estamos viendo este año, aunque menor a los 5,5% que veíamos en el pasado. El Perú va a tener que aprovechar este entorno en el que su economía va a mantener tasas de crecimiento que en el contexto latinoamericano van a ser muy buenas, y trabajar de manera más acelerada en desarrollar los fundamentos de crecimiento de los sectores no primarios porque el futuro va a estar más cargado de estos sectores que a los primarios.

-¿El Perú tiene que descommoditizarse?

-Un poco. Ahora, el Perú es un país de commodities y es una gran ventaja que hay que explotar y aprovechar, pero también es cierto que no hay que dejar de hacer las otras cosas. Muchas veces en los países cuando los choques externos son tan positivos se posponen algunas de las otras medias y probablemente esto es lo que pasó en varios países de América Latina. Ahora es el momento de acelerar el avance en estos otros sectores.

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-A corto plazo no hay perspectivas de que los precios de los commodities vayan a aumentar. ¿Cuál podría ser el nuevo motor de crecimiento?

-Por un lado es importante potenciar las exportaciones no tradicionales. Obviamente Perúe ha tenido un avance importante en los indicadores de turismo y es un tema que se puede fomentar. Siendo una de las economías más grandes de América Latina, pero que todavía tiene ingresos per cápita menores que otras economías del cono Sur probablemente, también se puede explotar un cierto desarrollo en el sector manufacturero y desarrollo en el sector servicios para el resto de la región. Hay muchas vetas que básicamente todas ellas pueden ser atacadas con un muy buen impulso en el sector educativo, en infraestructura y en el sector del entorno para hacer negocios.

-En México recortaron su pronóstico de crecimiento de 3% a 2,4% para 2015 y de 3,3% a 3% para 2016. ¿A qué se debió este ajuste?

-Hay tres motivos. Uno es que realmente el reenganche del sector manufacturero mexicano al crecimiento de Estados Unidos se ha dado a una velocidad más lenta de lo que habíamos pronosticado. Tenemos a México muy vinculado con Estados Unidos, tenemos relaciones históricas y en base a eso hacemos las estimaciones. En esta recuperación México está siguiendo a Estados Unidos, pero con un rezago respecto a lo que habíamos anticipado. El segundo tema es el petróleo por dos razones: la primera que la producción de petróleo en México ha venido cayendo a una tasa más rápida de la que habíamos pronosticado; su producción ha caído un tercio en ocho años. este año creíamos que se iba a estabilizar, pero siguió cayendo. En segundo lugar tenemos incluido en nuestros pronósticos que las reformas estructurales van a empezar a impulsar el crecimiento a través de la inversión, confianza etc., pero el impulso de estas reformas en un entorno de precios bajos será menor al anticipado. El tercer efecto es que dada la caída en el precio del petróleo el Gobierno mexicano, que depende del petróleo, va a tener que llevar a cabo un proceso de consolidación de las finanzas públicas.

-México y Centroamérica en el caso de producirse un alza de las tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) serían los menos perjudicados.

-En nuestros cálculos para toda la región vemos dos fenómenos cuando la Fed suba las tasas: por un lado el incremento será un reflejo de una economía estadounidense que va mejor, y por otro la subida va a afectar a los países en sus términos de endeudamiento. México y Centroamérica se verán beneficiados por el primer fenómeno, pero los más endeudados se verán más afectados por el segundo fenómeno. En el neto México y Centroamérica tienen un efecto positivo y a medida que bajas al Cono Sur el efecto empieza a ser negativo. En el corto plazo algunos analistas han puesto la atención en un México recibiendo un efecto negativo adicional por la gran presencia de inversionistas extranjeros en su mercado. Esto puede hacer que si estos replantean su estrategia de inversión y quieren mover parte de su portafolio que está en pesos mexicanos a otras monedas esto puede generar cierta volatilidad transitoria y esto puede tener cierto efecto en la recuperación económica. En nuestro escenario central, no obstante, no estamos incorporando un efecto vía este canal.

-¿Es inevitable que los capitales migren?

-Es un riesgo que el inicio del proceso de normalización de la política monetaria de Estados Unidos lleve a un planteamiento de la estrategia de los inversionista de tener una proporción menor de sus portafolios en mercados emergentes en América Latina y este reposicionamiento de portafolios lleve por un tiempo a una salida de capitales de la región. México es vulnerable a este fenómeno, pero en nuestro escenario central no lo tenemos incorporado. No creemos que es el escenario más probable pero es un riesgo importante para la región.

-En anteriores entrevistas ha destacado que el nivel de confianza en la región es bajo. ¿Cómo mejorarlo?

-Cuando uno ve los indicadores de confianza del productor, del consumidor en América Latina están en niveles históricamente bajos. Esto refleja la situación económica de la región, pero también en algunos países una sensación de falta de dirección. Tras años de crecimiento ahora la economía se encuentra un poco perdida y surge la pregunta de ¿de dónde va a venir el crecimiento económico? Una estrategia clara que atienda a los temas que mencionábamos antes y que además garantice los logros que se han alcanzado en la parte monetaria, fiscal etc. puede llevar a la sociedad hacia un sentimiento de mayor confianza. Cabe destacar que hay otras cuestiones afectan hoy a la confianza: una es que en algunos países de la región se han generado episodios de corrupción que han generado desencantos con el sistema. Hemos visto que algunos países han reaccionado de manera importante ante este fenómeno pasando leyes y sistemas anticorrupción etc. En otros países su sistema judicial está actuando de manera muy decidida y clara, pero en la medida que esto está ocurriendo se genera mayor desconfianza. Lo más importante es seguir construyendo instituciones, seguir fomentando la labor que hacen los medios y el sistema judicial independiente porque esto va a hacer que estas sociedades tengan un sistema más robusto donde los incentivos para llevar a cabo estos actos sean mucho más costosos. En la medida que se vaya construyendo un modelo económico que se vea complementado con medidas estructurales y que las sociedades vayan actuando de manera decidida contra esos fenómenos de corrupción yo creo que se va a ir recobrando la confianza.

Autores

Laura Villahermosa