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Alfredo Coutiño: “las condiciones económicas no justifican un recorte de tasas en Chile”
Jueves, Noviembre 2, 2017 - 06:49

El director de Moody’s Analytics para América Latinala afirma que "la sorpresiva baja adicional de la inflación en septiembre ha sido tomada por algunos participantes del mercado como una razón de peso para que el banco central determine un nuevo recorte de tasas de interés".

A pesar de que una parte del mercado chileno ya apuesta por un inminente recorte de tasas, la realidad económica no justifica una política monetaria más expansiva. De darse dicho recorte de tasas, la autoridad monetaria estaría tomando sus decisiones basadas más en la exigencia del mercado y no en el estado real de la economía. 

En este sentido, Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics para América Latinala afirma que "la sorpresiva baja adicional de la inflación en septiembre ha sido tomada por algunos participantes del mercado como una razón de peso para que el banco central determine un nuevo recorte de tasas de interés". Voces adicionales se han sumado a ese clamor en los últimos días, incluso bajo el argumento de un posible riesgo de “desenclaje de las expectativas” hacia la baja. Hay quienes incluso empiezan a hablar de un riesgo de deflación. 

Según Coutiño, "la realidad económica chilena no apoya tales argumentos". En primer lugar, el riesgo de deflación generalmente se presenta por una fuerte debilidad de la demanda interna que pone a la economía en una situación de estancamiento o de recesión. La última vez que Chile tuvo deflación fue durante la recesión del 2009, cuando la economía se contrajo 1% y la inflación terminó el año en -1.4% a tasa anual. Esto confirma la evidencia empírica de que la deflación es generalmente un fenómeno asociado a una contracción económica.

En segundo lugar, la economía chilena no se encuentra estancada sino más bien funcionando a tasas consistentes con su capacidad productiva. Es cierto que en los últimos cuatro años, la economía ha funcionado a tasas muy por debajo de lo que fue su tendencia histórica. Sin embargo, no se debe olvidar que el país ha perdido capacidad productiva en los últimos cuatro años, derivado de un proceso de desinversión (el coeficiente inversión-producto ha disminuido de casi 26% del PIB en 2013 a solo 21% en 2016 y casi 22% en primera mitad de 2017). Por lo cual, el crecimiento potencial de la economía chilena se ha reducido desde casi 4.5% en el 2013 hasta poco menos de 2.5% al presente. En los dos últimos años, la economía ha crecido cerca de 2%, pero no a tasas de estancamiento.

En tercer lugar, en lo que va del 2017, efectivamente la existido una ligera brecha negativa de crecimiento. Es decir, la economía ha funcionado ligeramente por abajo de su capacidad potencial. Sin embargo, no existe evidencia de una demanda interna deprimida. De hecho, el exceso de oferta que existía en el 2016 tendió a desaparecer para covertirse en un ligero exceso de demanda durante la primera mitad del 2017. Es decir, la absorción interna ha mostrado cierta recuperación por efecto de la prolongada expansión monetaria. 

En cuarto lugar, la inflación efectivamente ha caído por abajo del objetivo de 3% desde finales del año pasado, tanto la general como la subyacente. Sin embargo, esta caída se debe mayormente al precio de los bienes transables que tienen que ver con el tipo de cambio y el precio internacional de las materias primas. Por lo que, aquella inflación que depende de las condiciones internas de la economía (bienes no transable) se mantiene incluso por encima de 3%. Esto es una indicación de que las condiciones de absorción interna en la economía no se encuentran desalineadas con respecto a la producción nacional. 

En quinto lugar, estimaciones estructurales sobre la neutralidad monetaria––realizadas con el filtro de Hodrick-Prescot con corrección de cola––indican que las condiciones monetarias en Chile se encuentran en territorio ligeramente expansivo. Esto significa que existe una ligera brecha negativa de tasas, en donde el nivel de la tasa de interés determinada por el banco central es menor que la tasa de interés neutral.  Por lo tanto, la política monetaria es estimulativa para la demanda interna.

Sin embargo lo expuesto, el economista enfatiza que "si la economía chilena está funcionando a ritmo consistente con su capacidad instalada, si no existe evidencia de demanda interna deprimida, y dado que las condiciones monetarias se encuentran ligeramente por abajo de la neutralidad, entonces no existe razón de peso para que el emisor central haga más expansivas las condiciones monetarias. La economía chilena da evidencias de que no necesita la muleta monetaria para continuar caminando a su ritmo natural, por lo que mayores recortes de tasas de interés solo van a ocasionar distorsiones que pongan en riesgo los equilibrios económicos.

En resumen, si la economía funciona a su potencial, entonces la inflación tenderá a convergir a su tasa objetivo más temprano que tarde. "La tarea del emisor central no es acomodar los deseos del mercado, sino tomar decisiones basadas en las condiciones estructurales de la economía, y estas no justifican una mayor expansión monetaria", cierra Coutiño. 

Autores

AméricaEconomía.com