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Análisis: Brasil tiene mucho que aprender de sus vecinos andinos
Lunes, Marzo 19, 2012 - 17:31

Los tres países andinos, Chile, Colombia y Perú, crecieron más del doble de rápido que Brasil el 2011 y se espera que vuelvan a superarlo este año.

Montevideo. El rápido crecimiento de algunos países latinoamericanos como Chile, Colombia y Perú ha vuelto a poner el foco en Brasil, el peso pesado de la región, cuya economía relativamente cerrada y de altos impuestos está marchando ahora debajo de su potencial.

Los tres países andinos crecieron más del doble de rápido que Brasil el año pasado y se espera que vuelvan a superarlo este año. Brasil también ha quedado rezagado respecto de sus compañeros en el club BRIC de potencias emergentes.

Los funcionarios de estos tres países dicen que se han beneficiado de sus bajas cargas de deuda pública, de los excedentes fiscales que les permiten invertir fuertemente y de una búsqueda agresiva de acuerdos de libre comercio con países desarrollados.

En Brasil, la política ha obstaculizado en ocasiones ambiciosas reformas fiscales para eliminar el déficit en un país con poderosos sindicatos del sector público.

Además, fuertes grupos empresariales deseosos de proteger sus rentables posiciones en un mercado interno de 200 millones de personas se han resistido a acuerdos de libre comercio. Eso ha dejado a los consumidores en una posición desventajosa: el iPhone 4S se vendía a US$1.250 en Brasilia en febrero. En Amazon, puede conseguirse por la mitad.

"Hay dos visiones", acerca de cual es el modelo económico a seguir: uno abierto o cerrado, dijo el ministro de Hacienda de Colombia, Juan Carlos Echeverry, el fin de semana en una reunión del Banco Interamericano de Desarrollo celebrada en la capital de Uruguay, Montevideo.

"El mensaje que enviamos a nuestros productores es que están en el mundo, no sólo en Colombia. El futuro se trata de ser competitivos y esto es tan doloroso como dar a luz", graficó.

Los tres países andinos crecieron entre el 6% y 7% el año pasado, muy por encima del 2,7% de Brasil.

La economía de Brasil se ha expandido de manera constante durante la última década y creció un 7,5% en el 2010, llevando a algunos economistas a decir que había enterrado, finalmente, su historia de crecimiento lento.

Sin embargo, con la fuerte desaceleración del año pasado, esas preocupaciones están de vuelta.

La mayoría de los economistas ahora dicen que Brasil crecerá sólo en torno al 3,3% este año. Perú espera crecer hasta un 6% y Colombia está tan seguro de su expansión que el Banco Central ha subido de manera agresiva las tasas de interés.

"En las economías abiertas, como Perú, hay un menor número de distorsiones en el mercado, a diferencia de las economías que tienden a cerrarse y crear nuevas barreras artificiales", dijo el ministro de Economía peruano, Luis Miguel Castilla, en Montevideo.

"Eso también significa que la capacidad de las empresas en las economías abiertas para adaptarse a un contexto de competencia internacional es mucho mayor", añadió.

Castilla dijo que si bien los países pequeños que dependen de las exportaciones de productos básicos pueden sufrir golpes cuando los precios caen, también pueden recuperarse rápidamente.

Echeverry y Castilla se negaron a referirse de forma explícita a los desafíos de Brasil, pero promocionan el éxito de sus esfuerzos por racionalizar los impuestos, bajar los aranceles e incrementar las inversiones públicas.

Brasil carece de un importante acuerdo de libre comercio a pesar de que sus exportaciones han aumentado en la última década. Su código de impuestos es enredado, absorbe alrededor del 34 por ciento del producto interno bruto y obliga a las empresas a contratar ejércitos de contadores.

Su carga de deuda del 37% del PIB, a pesar de que ha caído desde más del 50% visto la última década, es costosa para financiar debido a las altas tasas de interés y a un déficit neto del sector público.

Años de escasez han dejado problemas de infraestructura que provocan un alza de la inflación y que el Gobierno se apresura a eliminar antes de que Brasil acoja la Copa del Mundo en el 2014 y los Juegos Olímpicos dos años después.

Las empresas de Brasil han sido en su mayoría protegidas de la competencia por años. Ahora, lo que el Gobierno ha denominado una "guerra de divisas" ha dejado su moneda, el real, cerca de máximos históricos y ha socavado la competitividad de la industria brasileña.

Los economistas ven con recelo que el 75% de las exportaciones brasileñas estén ligados a los precios de las materias primas.

"Esto nos deja vulnerables. Tenemos que diversificar nuestras exportaciones y debemos hacer que nuestras industrias sean más competitivas", dijo Elcio Gomes Rocha, economista jefe del estatal Banco do Brasil.

Rocha sostuvo que las inversiones de capital representan sólo el 19% del PIB de Brasil y que el mínimo que necesita la economía es de un 24 por ciento. Brasil también tiene una tasa relativamente baja de ahorro interno.

"Uno crece cuando ahorra", dijo Echeverry de Colombia. "Los países asiáticos siguen creciendo debido a que tienen tasas de ahorro de 30% o 40% y las tasas de inversión del 40% al 45%. No es así si usted sólo consume y no ahorra", manifestó.

Mauro Leos, ejecutivo de crédito regional para América Latina en la agencia calificadora Moody's, dijo que eso es una preocupación de mediano plazo para Brasil.

"Brasil es una economía grande, es un BRIC. Sin embargo, es uno de los pocos países en el universo soberano que tiene tasas de inversión por debajo del 20%. Los países que tienen bajas tasas de inversión tienden a ser pobres, pequeños o no ricos. Es algo que es extraño", consideró.

Aunque Brasil ha hecho enormes progresos en la última década -como la reducción de la pobreza y la baja del desempleo a mínimos históricos-, sus reformas no fueron tan profundas como las de Chile y Perú, donde los gobiernos de derecha autoritarios en los años 1980 y 1990 redujeron los aranceles y reestructuraron los pasivos previsionales.

Los pasivos de la seguridad social han sido durante mucho tiempo una causa importante del constante déficit del sector público de Brasil. Desde el retorno de la democracia en 1985, los gobiernos han hecho sólo cambios graduales que han logrado reducir el déficit a un 2,4% del PIB.

Pero las reformas fiscales radicales se han topado con la resistencia política. El gobernante Partido de los Trabajadores tiene vínculos estrechos con los sindicatos del sector público, que fueron fundamentales para que esa fuerza ganara la presidencia por primera vez en el 2002.

La oposición a la reducción del Estado se convirtió en un grito de guerra durante la campaña de Luiz Inácio Lula da Silva para obtener su reelección en el 2006, cuando el partido denunció un plan del entonces candidato opositor, Geraldo Alckmin, para reducir drásticamente el gasto estatal en un 10 por ciento.

Sin embargo, Miriam Belchior, actual ministra de Planificación de Brasil, dice que eso está cambiando y que la política fiscal y monetaria ahora trabajan juntas para ayudar a reducir la tasa de interés de referencia, ubicada actualmente en un 9,75%.

"Ahora mismo es posible contar con esta nueva mezcla entre la política fiscal y monetaria", dijo. "Este es el gran cambio", afirmó.

La economía de Brasil creció a un promedio anual de 3,8% en la última década, mientras que Perú tuvo una tasa promedio del 6,4%.

El ex presidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, trató de restar importancia a las preocupaciones sobre el crecimiento. "Brasil aún tiene una tasa de tendencia de crecimiento razonable. El país tiene las condiciones para crecer, pero tiene problemas", dijo.

El Gobierno de Rousseff fue criticado como proteccionista por las autoridades presentes en la reunión del BID por presionar a México la semana pasada para que restrinja sus exportaciones de automóviles a Brasil.

Chile y Perú -y en menor medida México y Colombia- tienen una de las agendas más ambiciosas del mundo en materia de libre comercio.

Sus acuerdos de libre comercio se extienden desde China y Japón hasta Estados Unidos y Europa.

Los ministros de Comercio de la Unión Europea acordaron el viernes la aprobación de un tratado de libre comercio con Colombia y Perú.

"Una vez que el acuerdo de la UE se ratifique, el 90% de nuestro comercio será cubierto por algún tipo de acuerdo preferencial", dijo el ministro de Economía de Perú. "Creo que es una ventaja que tiene nuestro país con respecto a nuestros vecinos que no lo hacen", manifestó.

Autores

Reuters