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Análisis: deuda de corto plazo enciende luz amarilla en A. Latina
Martes, Enero 24, 2012 - 17:20

Aunque el monto de deuda local que madura es menor que en los últimos dos años, la desaceleración en las economías de la región y las turbulencias en los mercados no ayudarían a Latinoamérica.

México DF. América Latina tendría que abrir la billetera para refinanciar a mayor costo su pesada deuda de corto plazo, cercada por la crisis global que empujaría a países como México y Brasil a aumentar sus emisiones locales y evaporar la liquidez en casa.

Sólo esas dos economías, las mayores de Latinoamérica, enfrentan este año vencimientos domésticos del gobierno central por US$352.000 millones, según datos de Thomson Reuters.

Colombia enfrenta vencimientos locales por más de US$9.000 millones en el 2012 y Venezuela por otros US$4.500 millones.

Aunque el monto de deuda local que madura es menor que en los últimos dos años y nadie piensa en la posibilidad de un incumplimiento, la desaceleración en las economías de la región y las turbulencias en los mercados no ayudarían a Latinoamérica.

El temor al riesgo crece entre los inversores mientras Europa no halla solución a su crisis de deuda y calificadoras de riesgo como Fitch creen que la cosa aún podría empeorar.

Ese miedo, sumado al hecho de que hay menos dinero disponible para prestar porque los grandes bancos enfrentan mayores requisitos de capital, haría subir los premios que los países deben pagar para refinanciar pasivos en los mercados.

"En un momento de estrés global, el costo probablemente va a aumentar para todos los países", dijo Lisa Schineller, directora de calificaciones soberanas de Standard & Poor's.

"Está ocurriendo en estos momentos en Chile, en el mercado doméstico en financiamiento para el sector privado. Hay presiones, va a ocurrir este tipo de cosas para todos los países, incluyendo México", agregó.

Las naciones de Latinoamérica están mejor paradas fiscalmente y tienen menores vencimientos que otros emergentes como Rusia, Turquía o algunos países de Europa del Este.

Pero no son inmunes al aumento en las tasas de interés de corto plazo, que engordan el renglón de pasivos en las cuentas corrientes y pueden encarecer el crédito doméstico.

Si bien la tendencia de las tasas de corto plazo fue a la baja en las mayores economías de Latinoamérica durante el año pasado, desde septiembre la tasa de los Certificados del Tesoro a un año de México subió 30 puntos base al 4,62%.

Y la de las Letras del Tesoro Nacional de Brasil al mismo plazo avanzó 26 puntos base al 10,04% en lo que va del año.

Buena parte de los vencimientos de Latinoamérica se concentran de aquí a cinco años, algo habitual en momentos de agitación porque los inversores prefieren comprometer su dinero a tiempos más inmediatos.

Brasil es el que se las puede ver más duras.

Con un promedio de madurez de deuda de 5,5 años, es una de las economías emergentes con más necesidad de refinanciamiento en el 2012 y sus requerimientos equivalen al 17% del PIB, de acuerdo con Deutsche Bank.

Bank of America Merrill Lynch pronostica que tan solo el gigante sudamericano hará una emisión neta este año de US$23.000 millones en mercados locales, la mayor en Latinoamérica pero muy por debajo de las esperadas en otros países de economías emergentes como China, India y Corea.

"Con esas cifras tienen un riesgo de refinanciamiento grande, no quiere decir que no lo vayan a hacer. Puede que como tenemos la crisis europea entre medio, el mercado les cobre caro por eso", dijo un economista que pidió no ser identificado.

Para atraer a los inversores tampoco ayuda el hecho de que la economía de Brasil es la que más se desinfló en la región en el 2011, tras años de crecimientos galopantes que junto con las altas tasas de interés la convirtieron en la niña bonita de los mercados emergentes.

Tampoco que el país estableciera en el 2010 un impuesto del 6 por ciento a la compra de deuda por parte de extranjeros, en un intento de controlar la apreciación de su moneda.

Aunque en menor medida que Brasil, México también figura alto en la lista de emergentes con vencimientos de corto plazo.

Los inversores ven justamente más riesgo en los papeles soberanos latinoamericanos de plazo más cercanos y no tanto en los de plazo largo. Brasil y México colocaron semanas atrás bonos en dólares a 10 años con buena demanda.

Por eso los precios de los Credit Default Swaps (CDS), un instrumento que asegura bonos globales contra incumplimientos y son un termómetro del riesgo percibido por el mercado, subieron para la deuda corta latinoamericana al mismo ritmo que en China o India pero menos que en Rusia o Turquía.

Desde julio, los precios de los CDS para la deuda de Brasil a un año treparon un 101 por ciento, 50 por ciento para la de tres y un 41 por ciento para la de cinco. México ha sufrido un aumento promedio del 40 por ciento en los precios de los CDS para los tres plazos, según datos de Thomson Reuters.

"Estamos manteniendo (la posición de deuda en Latinoamérica), pero estamos volviéndonos sumamente selectivos en la calidad del papel, sumamente selectivos", dijo Luis Maizel, director general del fondo LM Management, que maneja una cartera de US$7.000 millones compuesta principalmente por instrumentos de deuda.

"Siento que el premio por ser soberano se ha disminuido considerablemente", acotó.

El problema no es solo el incremento en las tasas para los países, como apuntó Schineller de S&P.

Los países latinoamericanos tienen que refinanciar una pesada mochila en casa, y mucha oferta de papel gubernamental puede secar la liquidez para empresas medianas y chicas que buscan dinero en mercados domésticos, aseguran especialistas.

"Cuando un Estado tiene que entrar a renovar una parte importante de su deuda presiona mucho sobre un mercado chico, como Brasil", dijo Luis Felipe Jiménez, experto de la División de Desarrollo Económico de la Cepal.

Algunos bancos pequeños en Brasil como Cruzeiro do Sul ya empiezan a luchar por conseguir financiamiento, según Luis Maizel, jefe del fondo de inversión LM Capital Management.

"El privado chico va a tener sus problemillas", dijo.

Ahí es donde la calidad y el tamaño del emisor corporativo será determinante para seducir a los inversores. De acuerdo con cifras de S&P, solamente un 34 por ciento de las empresas latinoamericanas tienen el grado de inversión.

"La reciente aversión a bonos de grado especulativo es de particular preocupación para las entidades con calificaciones más bajas, algunas de las cuales tienen que refinanciar deuda en los próximos tres años", dijo S&P en un reporte reciente sobre crédito corporativos en Latinoamérica.

A pesar de todo, la situación en la región no es tan mala cuando se la compara con el Viejo Continente.

América Latina aprovechó los vientos a favor y su bonanza económica de los últimos años para reducir sus pasivos externos y resistir la vieja tentación de endeudarse más de la cuenta.

La deuda pública bruta latinoamericana bajó desde casi un 58 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) hace una década al 28 por ciento de hoy, según la Cepal. Estados Unidos está en niveles del 100 por ciento y la zona euro en un 88,6 por ciento, calcula el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Aunque en general su posición de deuda es saludable, su situación fiscal es sólida y las reservas están en niveles récord, parte del dinero disponible y las tasas para prestar en los agitados mercados dependen de lo que pase en Europa.

Ahora las tasas de corto plazo promedio de Brasil rondan el 11,50 por ciento y las de México el 4,80 por ciento, según la base de datos de International Financial Statistics del FMI.

Varios especialistas creen que los países de Latinoamérica lograrán al final de cuentas refinanciarse, aunque pagando más y con algunos tropiezos.

"Va a seguir habiendo una demanda porque hay una necesidad desesperada de tener rendimiento", confió Maizel.

Pero cuando los Gobiernos tengan que salir a buscar dinero, los mercados tendrán la última palabra.

Autores

Reuters