Pasar al contenido principal

ES / EN

Analistas: contexto internacional económico permite ser “moderadamente optimista”
Jueves, Diciembre 13, 2012 - 17:02

Ernesto Talvi, analista uruguayo, sostuvo que, de todas formas, la situación de China y EE.UU. continuará siendo más sólida respecto a la de la zona euro, que todavía enfrenta los problemas derivados de la crisis de deuda.

El balance que realizó el instituto Ceres sobre el rumbo de la economía global permite ser “moderadamente optimista” sobre el rumbo de las principales mercados, aunque todavía persisten riesgos en las tres mayores economías: Estados Unidos, China y la Unión Europea.

Ernesto Talvi sostuvo que, de todas formas, la situación de China y EE.UU. continuará siendo más sólida respecto a la de la zona euro, que todavía enfrenta los problemas derivados de la crisis de deuda y los elevados déficits fiscales de los países periféricos, en un marco de política monetaria que impide su recuperación y los sumerge en una profunda recesión.

A nivel global, la economía atraviesa una nueva “fase de distensión” de la mano de las expansiones monetarias aplicadas por la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco Central Europeo (BCE). En ese contexto, existe una fuerte sincronización entre la recuperación global y el humor de los mercados, que se refleja también en los elevados precios de las materias primas.

La situación de la mayor economía global estará signada por las determinaciones que se tomen a nivel político, en un contexto de fuerte polarización. EEUU podrían llegar a enfrentar “presiones recesivas fuertes pero temporales” si no se logra un acuerdo partidario para extender las exoneraciones fiscales que vencen a fin de año, dijo Talvi.

Según su análisis, la actividad de EE.UU. replica un patrón “extraordinariamente similar” al que atravesó la economía sueca en la década de 1990. Esa situación se configura con una recuperación “anémica” luego de una prolongada recesión provocada por una crisis financiera surgida en el mercado hipotecario, y con un desempleo que se mantiene elevado. Detrás de esa recuperación “poco vigorosa” se desarrolla un proceso de “desendeudamiento” que lleva a las familias y a las empresas a abstenerse de consumir, lo que mantiene deprimida a la actividad.
En el caso sueco –sostuvo Talvi–, el proceso de purgar los balances demoró siete años, tres más de los que lleva la actual crisis en EE.UU.

De acuerdo a esos parámetros, en EE.UU. “no está pasando nada raro” conforme lo experimentado en casos similares. Talvi alertó, en tanto, que el mayor riesgo sería repetir lo que la historia económica recuerda como “el error de 1937”, cuando el gobierno de EEUU decidió realizar un ajuste fiscal prematuro luego de recuperarse los niveles económicos previos a la gran depresión de 1930.

¿Puede ocurrir hoy el error?, se preguntó Talvi. En ese debate se encuentra actualmente el sistema político de EE.UU., con un Partido Republicano contrario a sostener un mayor endeudamiento público y exigiendo un ajuste fiscal, y los demócratas que defienden la necesidad de aguardar a que se asiente la recuperación. De no existir acuerdo, se procesará un ajuste fiscal cercano a 4% del PIB de EEUU –entre suba de impuestos y baja de gastos–, que inducirá “una recesión en 2013” aunque acotada temporalmente, seguida de una recuperación “más lenta”.

Enfriamiento chino. En el frente asiático, al igual que el resto de las economías la actividad china sigue los patrones de la economía global, aunque con “síntomas incipientes de desaceleración del crecimiento”, dijo Talvi.

“El enfriamiento de China es estructural no circunstancial”, acotó. No obstante, esa situación no se hará sentir “de manera obvia” en los exportadores de materias primas, como es el caso de Uruguay.

El gigante asiático procesa un cambio en su motor de crecimiento desde una estructura exportadora a una economía enfocada en su mercado doméstico, una tarea que será “larga y costosa” por la necesidad de “movilizar” personal industrial a sectores de servicios, en particular salud y educación, explicó Talvi. Para ello deberá crear un mercado de consumo en una economía donde la tasa de ahorro es del 50% debido a la inexistencia de una cobertura de seguridad social estatal.

Luz al final del túnel. La situación más compleja por el alcance de sus problemas sigue estando en Europa, aunque se comienza a ver una “tenue luz al final del túnel”.

El principal problema de la zona euro es el divorcio entre los intereses de los países periféricos con elevados déficits de cuenta corriente, respecto de la situación de los países saneados como Alemania y los estados nórdicos.

Eso lleva a que los países endeudados estén entrampados con un tipo de cambio “30% o 40%” por encima de los niveles de competitividad ideales. En ese marco, la política del BCE bajo la dirección de Mario Draghi permitió dar un giro a las expectativas al asegurar liquidez a los países endeudados a través de la compra de deuda estatal, lo que permitió bajar los costos de endeudamiento.

De todas formas, no existe certeza de que la política funcione, ya que no se conoce cuál deberá ser el nivel de intervención del BCE en el mercado de títulos para que el “shock de confianza” sea persistente. Si una intervención a pequeña escala, como la actual, no da resultado, “Alemania no va a tolerar compras masivas” de deuda española o italiana, lo que podría comprometer los resultados.

Autores

OBSERVA.COM