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Analistas: una posible victoria de Silva en Brasil genera dudas en Uruguay
Martes, Septiembre 9, 2014 - 16:36

Marina Silva ha sacado a relucir la cuestión económica y pide mayor apertura comercial para Brasil como forma de salir del estancamiento.

Brasil está viviendo una de las campañas electorales más particulares de su historia. Con una economía en recesión, con un crecimiento marginal de su patrimonio desde hace más de tres años, de repente vio cómo una candidata salía del fondo de su casa –tras la muerte de Eduardo Campos– para liderar las encuestas frente a la presidenta Dilma Rousseff, quien busca su reelección.

Marina Silva ha sacado a relucir la cuestión económica y pide mayor apertura comercial para Brasil como forma de salir del estancamiento, una intención que, sin embargo, no genera mayor confianza entre los expertos. La abanderada por la oposición es una incógnita en ese sentido, aseguran, por más que cuente con el respaldo de los mercados y se presente como una alternativa ante la desgastada Dilma y el Partido de los Trabajadores (PT).

Por ejemplo, el real brasileño apunta a debilitarse en 2015 por las perspectivas de tasas de interés más altas en Estados Unidos, pero la creciente probabilidad de una victoria de Silva en las elecciones podría suavizar la depreciación de la moneda, según un sondeo de Reuters.

“Con Lula y Dilma hemos tenido una muy buena relación, con bastante acercamiento. No se han conseguido muchas cosas, pero al menos ha habido buen diálogo. Esperemos que sea igual (si gana Marina Silva), pero habrá que ver cuál será su política sobre el relacionamiento internacional. Si bien no vemos nada negativo ahora, hay cierto grado de incógnita, porque no ha sido muy clara en planteos específicos de política exterior”, dijo a El Observador, Álvaro Queijo, presidente de la Unión de Exportadores (UEU) y gerente general de CristalPet, firma que comercializa plásticos con Brasil.

En su programa de gobierno, Silva delinea los puntos centrales de su política de comercio exterior, sin mayores detalles. Entre ellas, habla de ampliar los horizontes de integración productiva y de comercio con América del Sur en general, no solo con el Mercosur; de potenciar la internacionalización de las empresas brasileñas y acercarlas a las cadenas globales de producción; y de actuar activamente en la formación de acuerdos comerciales que incluyan los principales bloques comerciales del mundo, como Estados Unidos, Europa y Asia, para facilitar las importaciones y abrir mercado de exportación.

La exministra de Lula, que renunció en su momento por discrepancias en torno a las políticas medioambientalistas del PT, también propone una reforma tributaria, una reforma agraria, propuestas para reducir la inflación –6,51% en agosto, sobre el límite del rango–, y llama a fortalecer la industria y a acometer obras de infraestructura, “un tema prioritario y una de las cuestiones que han opacado el crecimiento económico brasileño”, según el programa de gobierno de Silva. Brasil prevé crecer entre el 2,5% y el 3% este año, lo que significaría una mejora con respecto a los años anteriores, pero lejos de la expansión registrada, de 7,5%, en 2010.

El crecimiento de la economía brasileña solo fue de 2,7% en 2011 y de 0,9 % el año pasado. La tasa de desempleo sigue cercana a mínimos históricos, en torno al 5%, algo que Dilma recuerda con asiduidad como uno de los éxitos de los 12 años que lleva el PT en el poder. De cualquier modo, se están perdiendo empleos: la construcción civil, que creó un promedio de 200 mil empleos por año desde 2010 a 2013, ha agregado apenas 18 mil empleos netos en los últimos 12 meses, a medida que los grandes desarrolladores del país disminuyen los nuevos proyectos debido a la débil demanda.FriccionesDurante el debate televisivo que tuvo lugar la semana pasada, la economía se llevó la mayor parte de los minutos, donde se registraron encontronazos entre Rousseff y Silva.

Allí la presidenta acusó a su contrincante de plantear una política económica que generaría desempleo y subrayó que Silva no ha presentado planes para apoyar la política que propugna, que contemplaría una elevación del gasto público en salud y educación. En otra oportunidad, la líder del PT dijo estar “muy preocupada” por sus propuestas para la industria, porque podrían significar despidos masivos si hay una mayor apertura comercial de Brasil.

El analista económico Marcel Vaillant dijo a El Observador que esa supuesta apertura comercial de Brasil será difícil de ver en un país que primero debe resolver urgentes problemas internos, que ha desechado mejorar el Mercosur y que se ha aislado del mundo. “El Mercosur es intrascendente para Brasil, más que para cualquiera”, indicó el asesor del Partido Independiente. “Lo que se sabe es que Marina”, continuó Queijo, titular de la UEU, “es una defensora de medioambiente y, por lo tanto, quizá aliente algún tipo de industria de que cuide el medioambiente”. Pero no está seguro que esa apertura comercial lleve más intercambio con Uruguay.Vaillant habla de una situación política “rara”, con la incursión de Silva en la campaña electoral, que se suma a la peculiaridad de la política brasileña. “Brasil siempre ha funcionado en un esquema de coalición de partidos. Eso da una cuestión muy peculiar y Marina puede coaligar para cualquier lado”, dijo. Respecto a lo que pueda venir en el futuro próximo, dijo que sería “temerario” brindar un análisis y señaló que, a priori, un gobierno de Silva genera “incertidumbre”.

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