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Bancos centrales del mundo alistan resguardos ante resultado de votación en Reino Unido
Martes, Junio 14, 2016 - 14:42

A través de operaciones como las denominadas líneas de swap, los principales bancos centrales del mundo se preparan para intercambios recíprocos de divisas potencialmente ilimitados.

Los bancos centrales de varias partes del mundo están alistando iniciativas de soporte financiero para mitigar turbulencias de los mercados en caso de que los británicos decidan la próxima semana abandonar la Unión Europea, a fin de proteger a la economía del eventual impacto a corto plazo.

A través de operaciones como las denominadas líneas de swap, los principales bancos centrales del mundo se preparan para intercambios recíprocos de divisas potencialmente ilimitados si la agitación de los mercados deja a prestamistas y exportadores sin monedas extranjeras.

Las autoridades temen que el referendo que celebrará Reino Unido el 23 de junio lo llevará a dejar el bloque de 28 naciones y causará un éxodo de capitales del país, lo que paralizaría los mercados cambiarios y pesaría de inmediato sobre el crecimiento si las firmas no obtienen el acceso a las divisas extranjeras que necesitan para hacer negocios cotidianamente.

De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) se comprometerá públicamente a respaldar a los mercados financieros, en coordinación con el Banco de Inglaterra, si Reino Unido decide separarse de la UE, según dijeron a Reuters funcionarios cercanos al asunto.

Utilizadas por primera vez tras los ataques de septiembre del 2001, las líneas de swap cambiarios tuvieron una enorme demanda durante la crisis financiera global del 2008 y 2009, cuando los bancos, dependientes en exceso de monedas extranjeras, vieron mermado su acceso al mercado.

Desde entonces, la Reserva Federal, el BCE, el Banco de Japón, el Banco de Inglaterra, el Banco Nacional Suizo y el Banco de Canadá han establecido líneas de swap permanentes con muchas otras entidades rectoras, al sellar pactos bilaterales para garantizar acceso a fondos globales.

Según los acuerdos, un banco central puede acceder directamente a una moneda de una institución en el exterior al tipo de cambio vigente, pero de alguna forma la transacción conllevaría una tasa de interés más alta que durante operaciones habituales del mercado.

Más adelante, el banco central que recibe los fondos distribuye las divisas al banco comercial que realizó la solicitud, que también accede a retornar el dinero en cierto plazo, que podría extenderse de 24 horas hasta tres meses.

Las tasas de interés relativamente altas - un 0,87% por traspasos de dólares desde la Fed hasta el BCE, por ejemplo - buscan que la herramienta sea lo suficientemente costosa como para que las instituciones sólo las utilicen en caso de dificultades reales.

Autores

Reuters