El ministro del Trabajo, Félix Rojas, hizo el anuncio y destacó que el nuevo salario mínimo, que pasa de 679 bolivianos (US$95) hasta 815 bolivianos (US$116), debe ser acatado por todos los sectores del país.
La Paz. Bolivia anunció este miércoles un aumento salarial del 10% para los empleados públicos y un alza del 20% del sueldo mínimo con vigencia inmediata, tras intensas negociaciones con los sindicatos.
El ministro del Trabajo, Félix Rojas, hizo el anuncio y destacó que el nuevo salario mínimo, que pasa de 679 bolivianos (US$95) hasta 815 bolivianos (US$116), debe ser acatado por todos los sectores del país.
Mientras que "en el sector privado se tiene que hablar de un incremento en base a este 10% también con carácter obligatorio", recalcó Rojas.
En el caso de los trabajadores de las oficinas estatales, dijo que también se aplicará el mismo trato.
La Central Obrera Boliviana (COB), que agrupa a todos los sindicatos del país, protagonizó una serie de manifestaciones en demanda de un incremento salarial mayor al aprobado por el Gobierno.
El presidente Evo Morales calificó de "descabellado" el pedido de los sindicatos y propició un diálogo.
La dirigencia sindical de la COB, que hasta ese momento era firme aliada del Gobierno, exigió un diálogo con las autoridades en base a un pedido de un salario mínimo equivalente a US$1.200, más de diez veces del mínimo que regía hasta entonces.
"Este incremento que ahora anunciamos está de acuerdo a las posibilidades de nuestro Estado Plurinacional, son las posibilidades reales económicas. Hemos tenido conversaciones sobre las aspiraciones de las familias bolivianas y así se ha elaborado este Decreto de un incremento salarial real", señaló el ministro.
El diálogo entre Gobierno y trabajadores tuvo tres rupturas, pero finalmente decidieron entablar negociaciones.
Bolivia, uno de los países más pobres de Latinoamérica, sufre una escasez de alimentos y una fuerte subida de precios, lo que llevó también a los transportistas a exigir que se incrementen sus tarifas en al menos 20%.
El Gobierno rechazó este pedido argumentando que no hay una razón para elevar esas tarifas, "ya que se está subvencionado el combustible y gran parte del transporte público funciona a gas licuado", dijo el ministro de Obras Públicas, Walter Delgadillo.
En este último caso no se llegó a ningún tipo de negociación.
El país altiplánico registró en el 2010 una inflación de 7,18% y sólo en el mes de enero los precios al consumidor subieron un 1,29%.