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Brasil relaja meta fiscal del 2016 y aumentan temores de inversionistas
Sábado, Febrero 20, 2016 - 08:46

El Gobierno de Rousseff, bajo presión de los inversores y de la comunidad empresarial para recortar los gastos en medio de una profunda recesión, podrá registrar un déficit de un 1% del Producto Interno Bruto antes del pago de intereses bajo la nueva meta.

Brasilia. El Gobierno brasileño dijo el viernes que relajará este año su meta de ahorro fiscal clave a un déficit desde un superávit si los ingresos impositivos siguen cayendo, una medida que incrementa aún más las dudas del mercado sobre el compromiso con la austeridad de la presidenta izquierdista Dilma Rousseff.

El Gobierno de Rousseff, bajo presión de los inversores y de la comunidad empresarial para recortar los gastos en medio de una profunda recesión, podrá registrar un déficit de un 1 por ciento del Producto Interno Bruto antes del pago de intereses bajo la nueva meta.

Originalmente había establecido una meta de superávit primario, o el exceso de ingresos antes del pago de intereses de deuda, de un 0,5 por ciento del PIB. El cambio se produce después de que el Gobierno anunció un recorte presupuestario de 23.400 millones de reales (5.820 millones de dólares) para este año, menos que los 70.000 millones de reales del año pasado.

El Congreso debe aprobar la nueva meta fiscal.

Para reducir la fuerte reacción de los mercados, el recientemente designado ministro de Hacienda, Nelson Barbosa, también reveló planes para limitar el crecimiento del gasto público al establecer techos anuales y recortes automáticos de salarios, nuevas contrataciones y beneficios tributarios.

Brasil registró un déficit general de más del 10 por ciento del PIB el año pasado debido a su pesada carga de deuda, por lo que el balance primario es visto por los mercados como un indicador clave sobre la dirección de las finanzas públicas.

Aunque los funcionarios brasileños argumentan que una meta fiscal flexible muestra mayor transparencia, muchos inversores ven la medida como una prueba de que el Gobierno no está comprometido con la austeridad.

La deuda pública bruta de Brasil ha subido más de 15 puntos porcentuales a un 66,2 por ciento del PIB en los últimos tres años, y muchos analistas esperan que la deuda aumente a un 80 por ciento del PIB en los próximos años.

Rousseff, quien lucha contra procedimientos para un juicio político en el Congreso, está bajo una creciente presión de sus aliados de izquierda para abandonar la austeridad y favorecer medidas que revivan una economía e impulsar el empleo.

Una fuerte caída en los ingresos impositivos, mientras la economía se dirige a su segundo año de recesión y un punto muerto a nivel político en el Congreso que retrasó medidas de austeridad claves, han complicado los esfuerzos de Rousseff para apuntalar las finanzas de la mayor economía de América Latina.

El déficit presupuestario de Brasil ha crecido rápidamente desde que Rousseff asumió el poder en el 2011, a un 10,3 por ciento del PIB el año pasado. Eso sería cerca de cinco veces más que la cifra negativa que el país presentó en los 12 meses hasta mediados del 2011.

En comparación, en el puntó más álgido de la crisis de deuda en 2009, Grecia presentó un déficit de 15,2 por ciento del PIB.

Autores

Reuters