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Brasil, un país polarizado entre dos candidatos y dos modelos económicos
Lunes, Octubre 20, 2014 - 16:20

La cuestión económica ha tomado un papel protagonista en los últimos debates de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil de este domingo.

Sao Paulo. La economía brasileña se enfrenta a una fuerte desaceleración y a una inflación en alza tras 4 años de gobierno de Dilma Rousseff, que defiende el protagonismo del Estado, mientras que su rival en las elecciones presidenciales del domingo, Aécio Neves, es partidario de políticas económicas más liberales.

La cuestión económica ha tomado un papel protagonista en los últimos debates de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil de este domingo, y ambos candidatos, quienes según los últimos sondeos se encuentran técnicamente empatados, han ventilado claramente sus diferencias en torno al tema.

A lo largo de la campaña, la presidenta y aspirante a la reelección defendió el papel "regulador" y "bombero" del Estado; celebró el rol de la banca pública, que durante su gestión ha socorrido con créditos preferenciales a los sectores de la industria en problemas, y respaldó los subsidios a los más pobres.

Neves, por su parte, prometió una "racionalización" de la función de los bancos públicos; una reducción del tamaño del Estado y una alteración en el Mercosur que permita modificar las normas que le impiden a sus socios negociar acuerdos comerciales en forma individual.

La apuesta del aspirante socialdemócrata por disminuir el intervencionismo del Estado le ha llevado a convertirse en el favorito de los mercados financieros, que han castigado con fuertes pérdidas cualquier señal de recuperación de Rousseff en las encuestas.

Hasta la primera vuelta del pasado 5 de octubre, los inversores respaldaban las liberales propuestas económicas de la candidata socialista Marina Silva, pero Neves heredó ese apoyo después de que desplazó al tercer lugar a la ecologista y avanzó a la segunda vuelta.

Desde entonces, la bolsa de Sao Paulo, principal plaza de América Latina, y el real brasileño han respondido con ganancias al avance de Neves en las encuestas electorales, ya que el socialdemócrata podría materializar el cambio en el comando en el país demandado por el mercado.

El abanderado del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) también sedujo a los inversores con su propuesta de reducir la meta de la inflación al 3%, frente al 4,5% actual, con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales.

Rousseff criticó la propuesta y acusó a su oponente de querer reducir la inflación a costa del empleo: "Yo no voy a combatir la inflación con los métodos del señor. Que es con el desempleo, sin reajustes en el salario y sin inversión", dijo recientemente la mandataria en un debate.

Brasil cerró 2013 con una inflación del 5,91% y el aumento de los precios a comienzos de 2014 llegó a poner en duda el cumplimiento de la meta, pero la inflación finalmente comenzó a ceder, principalmente por la subida de los intereses, situados en el 11% anual, su mayor nivel desde el comienzo de la gestión de Rousseff.

La fuerte desaceleración también ha sido utilizada por Neves como un arma arrojadiza contra su rival, a quien acusa de haber impuesto un modelo que ha redundado en un bajo crecimiento económico, que fue del 2,7% en 2011, del 1% en 2012 y del 2,3% en 2013.

Según datos oficiales, en el segundo trimestre de 2014 la economía brasileña se contrajo un 0,6%, con lo que acumuló dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo y entró en lo que los expertos califican de "recesión técnica".

El Gobierno, sin embargo, sostiene que habrá una ligera recuperación en el segundo semestre del año y que la economía cerrará con una débil expansión del 0,9%, una proyección más optimista que la del Banco Central, que prevé un 0,6%.

Además del apoyo del mercado financiero, la revista británica The Economist se pronunció explícitamente a favor de Aécio Neves en un artículo titulado "¿Por qué Brasil necesita de cambios", una posición que la propia Rousseff calificó como una "manifestación del sistema financiero internacional".

"Todas las revistas, también las de nuestro país, tienen derecho de tomar una posición. No veo problema con eso. Sé cual es la filiación de The Economist: está vinculada al sistema financiero internacional. Entonces es una manifestación del sistema financiero internacional", declaró la mandataria.

Autores

EFE