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Conozca los desafíos macroeconómicos que tendrá el próximo gobierno en Uruguay
Lunes, Agosto 4, 2014 - 17:34

Si bien Uruguay ha logrado cierta “independencia” de lo que le pueda acontecer a sus vecinos, hay sectores puntuales como el turismo o el comercio de algunos bienes que pueden verse resentidos.

Con una economía que crecerá a un ritmo menor que el presente quinquenio, la próxima administración de gobierno deberá prestar atención a la evolución de una serie de variables macroeconómicas. Algunas son reiteradas, como reducir las presiones inflacionarias, pero ahora también asoman otras en el horizonte. El Observador consultó a expertos y recogió algunas de las ponencias que realizaron analistas privados en las últimas semanas para resumir algunas de las cuestiones que no se podrán esquivar. Además, los últimos datos sobre la marcha de la economía regional no son alentadores. Brasil está encontrando serios obstáculos para cumplir con las metas de crecimiento económico que manejaba el gobierno. En tanto, en Argentina la incertidumbre se acrecentó en la última semana por la caída en un nuevo default y cuya salida no parece sencilla.

Si bien Uruguay ha logrado cierta “independencia” de lo que le pueda acontecer a sus vecinos, hay sectores puntuales como el turismo o el comercio de algunos bienes que pueden verse resentidos. Un poco más lejos, las señales permiten cierto optimismo, sobre todo por la recuperación que está confirmando la economía estadounidense y un primer empuje de la europea.

De todas formas, cuando el próximo Ejecutivo asuma su gestión en marzo de 2015 tendrá que atender una serie de variables macroeconómicas para transitar una desaceleración de la actividad económica sin mayores sobresaltos.

Tipo de cambio y comercio. El Índice de Tipo de Cambio Real de El Observador (ITCR-EO) –que mide la relación entre el aumento de los precios en Uruguay y en sus principales socios comerciales, evaluados en la misma moneda– cayó 0,8% en junio respecto al mes anterior.Sin embargo, durante el segundo trimestre del año, la competitividad en precios tuvo una recuperación de 2,8%, que se suma al incremento de 1,3% del primer cuarto del año, respecto al trimestre anterior.A juicio de Ignacio Munyo, del Centro de Economía, Sociedad y Empresa de la Universidad de Montevideo, “no es esperable un nuevo aumento significativo del tipo de cambio” en el corto plazo. Dijo que si se concretara “generaría presiones inflacionarias que imposibilitarían al gobierno cumplir con el firme compromiso de mantener la inflación anual por debajo del 10%.

De acuerdo al modelo de proyección de inflación que maneja, si el tipo de cambio superara los $24 pesos, sería muy difícil para el gobierno sostener una inflación por debajo del 10%. “Por lo tanto, en materia de competitividad, las medidas van a tener que venir por otro lado”, apuntó Munyo. “La competitividad se encuentra en niveles menores a los promedios históricos. Parte se corrigió en los últimos meses, pero serán necesarios nuevos ajustes”, consideró Alejandro Cavallo, de Equipos Consultores.

Las presiones inflacionarias. La inflación es el principal desafío macroeconómico que enfrenta hoy la economía uruguaya. Analistas privados y el propio Ministerio de Economía coinciden en ese diagnóstico. Su reducción para que converja al rango meta oficial de 3% a 7% que maneja el gobierno no parece ser una tarea sencilla, ya que sus causas responden a una “compleja interacción de fenómenos tales como la inflación importadas, la política monetaria y cambiara, la evolución de las tarifas públicas y de los salarios”, dijo el director académico de Ceres, Ernesto Talvi.

En tanto, el director del Centro de Economía, Sociedad y Empresas del IEEM Escuela de Negocios (Universidad de Montevideo), Ignacio Munyo, indicó a El Observador que si bien el crecimiento de los salarios no fue uno de los principales impulsores de la aceleración inflacionaria –“porque crecieron pari passu con la productividad media de la economía–, para bajar la inflación “va a ser necesario reducir la indexación salarial”. En este sentido, indicó que compartía la preocupación del ministro de Economía, Mario Bergara, de modificar las pautas de ajustes.

El déficit fiscal y los ajustes. El último dato del resultado de las cuentas públicas a junio arrojó un déficit de 3,4% del PIB, una décima por encima de lo que espera el MEF para el cierre de 2014. Para Alejandro Cavallo, de Equipos Consultores, este nivel es “relativamente elevado y requiere ajustes, aun considerando el hecho de que la situación financiera del gobierno es holgada a mediano plazo.

El nuevo gobierno deberá ajustar las cuentas públicas de forma de reducir el déficit”, aseguró. Algunos expertos ya manejan cifras. CPA Ferrere propone una corrección fiscal “al menos” de medio punto del PIB, siempre y cuando el país se mantenga “desacoplado” de la región con un crecimiento mayor a la media de los países –gracias a los grandes proyectos de inversión ejecutados– y de 1,3% en caso de converger al crecimiento regional, como puede suceder de no haber nuevos proyectos de envergadura.En tanto, Ernesto Talvi (Ceres) considera que la próxima administración deberá “alinear el crecimiento del gasto público con el de la economía”, y generar nuevos recursos u ahorros fiscales por el equivalente a 1,5% del PIB.

Por otro lado, Ignacio Munyo (IEEM) consideró que el próximo gobierno deberá “comprar tranquilidad” reduciendo el déficit. Para ello, “va a ser necesario hacer crecer el gasto público por debajo del crecimiento de la economía, introducir incentivos en los entes públicos para que mejoren su rentabilidad y tal vez, utilizar reservas para cancelar letras de regulación monetaria reduciendo el pago de intereses”, sugirió.

Empleo y ajustes salariales. Los expertos coinciden en que para mantener las actuales tasas históricas de empleo y desempleo, en el futuro habrá que aplicar algunos retoques.

A juicio de Ignacio Munyo (IEEM), en un contexto de desaceleración económica, los Consejos de Salarios “enfrentan el desafío de llegar a acuerdos que contemplen una nueva realidad macroeconómica”. Explicó que dado que es “muy difícil medir de forma adecuada la productividad laboral a nivel sectorial, va a ser necesario insistir en que se introduzcan en la negociación indicadores macro y factores externos que tanto afectan a la economía uruguaya.

Lograr reducir el nivel de conflictividad en las relaciones laborales debería estar en la agenda del nuevo gobierno y para ello tiene que velar por relaciones justas en el mercado de trabajo”, planteó.En tanto, Alejandro Cavallo (Equipos) indicó que hay sectores en los cuales los aumentos de productividad “no han sido suficientes para compensar el aumento de costos en dólares” (sectores industriales).

“Mejorar la productividad es algo importante para que el país mantenga buenas tasas de crecimiento en los próximos años”, afirmó.

Mejora de red vial y trenes. Con las limitaciones de gasto que tendrá el próximo gobierno, la solución al déficit de infraestructura requerirá de ingenio. En su exposición, Ernesto Talvi (Ceres) dijo que el crecimiento económico de Uruguay “no estuvo acompañado de mejoras en la infraestructura vial ni ferroviaria”.En este sentido, Ignacio Munyo (IEEM) dijo que en un contexto en que Uruguay continúa recibiendo ingresos de capital con niveles nunca vistos antes, de 10% del PIB (casi US$6.000 millones), que se reparte en magnitudes similares entre inversión extranjera directa e inversión de cartera, “tal vez haya que mirar con cuidado el funcionamiento del proceso de participación público-privada (PPP).Actores del sector se han quejado de que el proceso administrativo es muy complejo y que se han hecho licitaciones por montos muy pequeños, poco atractivos a nivel internacional”, advirtió.

En la misma línea, para Alejandro Cavallo (Equipos) hace falta mejorar la red vial, la caminería rural, concretar el puerto de aguas profundas, el dragado de los canales y la red de ferrocarriles. “Hay mucho para trabajar en estos temas. Los avances han sido marginales”, culminó.

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