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Conozca por qué las acciones son y serán la mejor apuesta
Miércoles, Marzo 20, 2013 - 13:16

Jeremy Siegel, profesor de Finanzas de Wharton explica porque debe enfocarse en ésta opción.

Universia Knowledge Wharton. Aunque la volatilidad del mercado bursátil continúe poniendo nerviosos a los inversores, el futuro parece prometedor para las acciones en EE.UU. y en muchos mercados emergentes, según explica Jeremy Siegel, profesor de Finanzas de Wharton. No es el caso de los bonos, que pueden convertirse en inversiones malas, ya que el aumento de los tipos de interés debería reducir su precio.

En una entrevista concedida a Knowledge@Wharton, Siegel dice que los inversores deberían pensar en reducir su cartera de bonos, comprar más acciones y guardar el suficiente dinero para un momento de dificultad y de necesidad de liquidez, ya vez que los tipos de interés están próximos a cero. Con la mejora evidente del mercado de la vivienda —que es fundamental para la economía americana—, aquellos que no hayan comprado una casa debería reconsiderar esa posibilidad ahora que los precios y los tipos hipotecarios están bajos, añade Siegel.


-Ha habido mucha volatilidad en el mercado bursátil en los últimos tiempos. Podría hacer un análisis rápido de la situación.

-Bien, el mercado se ha comportado así en los últimos cinco años, es decir, con periodos de volatilidad. Hay incertidumbres en torno al secuestro presupuestario [recorte de gastos] en EE.UU .y los últimos acontecimientos en Italia, hechos muy sorprendentes y chocantes para el mercado, que han creado cierto temor. Creo, sin embargo, que los indicadores continúan siendo muy fuertes y que vencerán esos riesgos negativos.

-Vamos a hablar sobre el secuestro presupuestario. ¿Hasta qué punto es importante? ¿Es tan importante para la economía real como creen las personas? ¿Cuáles son las posibles repercusiones para el mercado bursátil?

-Hay varias historias preocupantes sobre lo que puede suceder. Es difícil estipular el volumen exacto de dólares y que, según los especialistas, debería alcanzar los US$ 50.000 millones este año [...] En realidad, se trata de una parte muy pequeña del PIB. Según la mayoría de los pronósticos que conozco, si hubiera un recorte de gastos generalizado este año, el PIB debería caer en torno a un cuarto o medio punto. Aunque no se trate de un valor insignificante, la economía pasa hoy por una fase de dinamismo —sobre todo en el mercado de la vivienda, que para mí es lo más importante para la recuperación económica— y que podría, en mi opinión, superar con facilidad el déficit del secuestro.

-¿Hasta qué punto EE.UU. puede verse afectado por los problemas que han tenido lugar en Italia y en Europa en general?

- He dicho en diversas ocasiones que el euro está demasiado alto. Cuando llegó a 137 fue casi una locura. Hoy está en 130. Por eso, creo que el presidente del Banco Central, Mario Draghi, tendrá que hacer que baje y recortar los tipos de interés, porque Europa pasa por dificultades. El crecimiento será lento durante un buen tiempo. Por lo tanto, será preciso que el Banco Central proporcione mayores estímulos. Draghi se comprometió —y yo creo en él— a evitar una crisis bancaria generalizada. Él intervendrá proporcionando la liquidez necesaria. Por lo tanto, el gran temor que dominó el mercado el año pasado, y también el año anterior, primero a causa de Grecia y después a causa de España, ha desaparecido casi del todo. Estamos asistiendo a un crecimiento muy lento. Eso se refleja en el mercado. Creo que estímulos por parte del BCE para bajar el valor del euro y los tipos de interés ayudarán a paliar la situación, por lo tanto no debería constituir un freno para los mercados americanos.

-En cuanto a estos mercados, leí el otro día que aunque los grandes índices, S&P y Dow, estén cerca de los máximos registrados hace diez años, hay indicadores con excelente rendimiento, mejor que en el pasado, como la relación precio-beneficio. ¿Qué le parece?

-Tiene razón. Y, a propósito, algunos otros índices, como el de acciones de pequeña capitalización, el Russell 2000, y los llamados mid-caps, han registrado subidas históricas. Por lo tanto, no son sólo algunas acciones las que están impulsando el mercado. Creo que hay algunas cosas realmente importantes. Alcanzamos una subida histórica en octubre de 2007, cuyo nivel era prácticamente el mismo que en enero de 2000, o hace 12 años. La gran diferencia es que, hace 12 años, estábamos vendiendo a 30 veces los beneficios. Hoy en día, a 15 veces los beneficios y pronto a 14. La diferencia es muy grande. Los beneficios se encuentran actualmente en sus máximos históricos.

Las empresas financieras y otras compañías recortaron los dividendos [...] de forma drástica durante la crisis financiera [...] Las empresas financieras no han vuelto aún a los niveles en que estaban anteriormente, sin embargo otras compañías elevaron hasta tal punto sus dividendos que, en el último trimestre y en el actual, se alcanzaron máximos históricos en dividendos. Por lo tanto, los indicadores que sostienen ese mercado, ese máximo actual, son mucho más sólidos que aquellos que teníamos en 2007 o en 2000.

-¿Y el mercado de bonos? Es verdad que ha sido bastante generoso con las personas en las últimas décadas. Ahora, sin embargo, las tasas de interés están tan bajas que es inimaginable que puedan caer aún más. Al mismo tiempo, el riesgo del aumento de los tipos y del descenso de los precios parece alto, ¿o estoy siendo demasiado pesimista?

-Bien, admito que esperaba que el mercado de bonos diera un giro el año pasado y el anterior. Pero si miramos lo que sucedió en julio, cuando llegamos, si no me equivoco, a los niveles mínimos de 1,39 en el periodo de diez años [...] yo dije ayer sobre esto, durante una clase, que de aquí a algunos años, miraremos atrás y veremos que julio de 2012 fue el nivel más bajo de esas tasas de interés. Mucha gente dirá entonces: ¿Cómo llegamos a valores tan bajos? Eso significa que el mercado presenta riesgos evidentes para quienes tienen títulos de largo plazo. Los bonos del Tesoro serán los más perjudicados. Pero los bonos corporativos de clasificación de riesgo más seguro, los instrumentos de largo plazo y los bonos hipotecarios también se verán afectados. Por lo tanto, el futuro del sector no me parece muy prometedor.

Se trata, podríamos decir, de un activo de riesgo que las personas prefieren mantener cuando todo lo demás parece agitado. Funciona como una póliza de seguro, pero es una de las pólizas más caras que alguien puede comprar en este momento. Por el precio, no creo que valga la pena. Los bonos de largo plazo serán un peso terrible para cualquier cartera.

-¿Sería mejor, entonces, poner el dinero en una cuenta bancaria asegurada por la FDIC [siglas en inglés para Sociedad Federal de Seguro de Depósito]?

-Mejor en una cuenta bancaria, porque así no habrá pérdida de capital. Sabemos, sin embargo, que los bancos están dando medio punto porcentual, o menos. Por lo tanto, el depósito en dinero no es atractivo. Lo que va a suceder, en mi opinión, es que las personas, cuando perciban que el mundo no se ha acabado —ese ha sido el gran miedo en los últimos tres años— van a arriesgarse de nuevo en el mercado bursátil adquiriendo acciones que están ofreciendo un 2%, un 3%, un 4% y más, en algunos casos, porque necesitan ingresos. Nosotros necesitamos ingresos, las carteras necesitan ingresos. Conseguirlo se vuelve imposible en un mercado de bonos en que hay riesgo. El valor del dinero está próximo a cero actualmente.

-¿Cree que ante las evaluaciones actuales del mercado bursátil, el riesgo de comprar acciones que reparten dividendos para obtener ingresos es aceptable?

-Totalmente aceptable. Lo bueno de las acciones que pagan dividendos es que, en primer lugar, se cuenta con acciones que son activos reales en caso de inflación. Creo que la inflación será del 2%, el 3%, tal vez el 4%. Las empresas consiguen un buen rendimiento con eso. Esto les da mayor influencia sobre el precio. Sus activos suben con los precios. No temo ese nivel de inflación, pero sí si llega al 5%, al 6% o al 7%. No creo que llegaremos a ese nivel. Por lo tanto, esa inflación moderada proporciona el ambiente ideal para que las personas adquieran acciones que paguen dividendos porque, con el tiempo —y hay muchas pruebas de eso, suben del 1% al 2%, de media, por encima de la tasa de inflación, tal y como se vio en los últimos 60 años.

Es verdad que si alguien se encuentra con un dividendo del 10%, es bueno tener cuidado, porque ese nivel de porcentaje no se sostiene con el tiempo. Sin embargo, hay un detalle interesante. El porcentaje de las empresas de S&P que pagan dividendos está creciendo actualmente después de años de descenso. Eso es señal de que el inversor no tenía nada mejor que hacer con su dinero. Ahora que hay demanda para esos dividendos, se observa una tendencia al alza. Por lo tanto, tenemos cerca de 350 a 400 acciones que pagan dividendos en S&P 500. Hay cerca de 200 que pagan un 2,5%, un 3%, o más. Se puede montar una cartera muy diversificada. Si el inversor mira fuera del país, verá que el pago de dividendos es mayor aún que en EEUU. Las acciones pagan una parte mayor de sus beneficios en forma de dividendos, por eso vale la pena comprar acciones fuera.

-Siempre ha defendido la idea de hacer negocios en el exterior, por eso su cartera de acciones de todo el mundo sigue siendo muy grande. ¿Continúa siendo fiel a esa idea? ¿En qué extremo se sitúa actualmente, en el arriesgado o en el prudente?

-Creo de verdad que deberíamos comprar acciones de todo el mundo. Yo tenía reservas respecto a Europa. Allí, las acciones se negocian en una relación de precio cuya franja va de 10 a 11, por lo tanto el riesgo es grande. Si el inversor apuesta por los exportadores, cuyas empresas tienen alcance mundial, y el euro cae, él se verá beneficiado, porque sus acciones serán mucho más competitivas. Por lo tanto, hay valores reales en Europa. Como usted sabe, siempre fui un gran admirador de los mercados emergentes. Hoy, el ratio precio-beneficio de la mayor parte de esos mercados es de 10 a 15. Hay unos pocos próximos a 20, pero ese es un precio históricamente muy bajo para pagarse por el nivel de crecimiento que tuvieron en los últimos cinco a diez años. Creo sinceramente que serán los responsables del crecimiento en la próxima década.

-Durante un buen tiempo, la información que se transmitía a los inversores era que una de las claves del éxito era la asignación de activos, una mezcla de acciones, bonos y dinero y de subcategorías. ¿Pero con las acciones bien evaluadas, tal y como dice, y los bonos en situación de riesgo elevado casi sin rendir nada, al igual que el dinero en efectivo, las personas deberían tratar de ajustar esas directrices tradicionales de adjudicación de activos?

-Sin duda alguna. Las personas me dicen: "Jeremy, ¿tiene bonos?". Yo les digo: "Los únicos bonos que he tenido en toda mi vida han sido los llamados junk bonds". Pero hasta estos están un poco más caros hoy en día. Lo que hago, entonces, es vender esos títulos y reinvertir en otros. Esos son los únicos bonos de mi cartera. Siempre conservo algún dinero para los casos en que es preciso tener alguna liquidez. Pero cuando se trata de inversión, con excepción de un ingreso pequeño proporcionado por los junk bonds, no tengo otros bonos. Me gustan mucho las acciones. No me entusiasma demasiado el oro porque creo que el precio es de clima de hiperinflación o de fin del mundo. No creo en ninguna de las dos posibilidades. Encuentro caro el precio de las commodities y del petróleo.

Por lo tanto, prefiero invertir en acciones y propiedades. Hay inmuebles que realmente valen la pena. Los REITs [vehículo de inversión inmobiliaria] están, de hecho, muy caros, pero aun así creo que deben formar parte de una buena cartera. En el caso de algunas inversiones inmobiliarias, si el inversor quiere liquidez, es una buena opción. Y por supuesto si hay alguien que está esperando a comprar una casa asegurando la tasa de la hipoteca, ahora es el momento de hacerlo. Sería realmente una buena adquisición. En cuanto a la parte líquida de la cartera, la mayoría debería ser en acciones.

-El mercado inmobiliario ha perjudicado enormemente a la economía durante años. Sin embargo, hemos observado una lluvia de buenas noticias últimamente. Las recientes informaciones de Case-Shiller también fueron muy positivas. Parece que tuvo una ganancia anual de cerca de 7 puntos porcentuales.

-Casi un 7% en comparación con el año anterior, que es el porcentaje más elevado desde el inicio de la crisis. En algunas áreas metropolitanas, como Phoenix, el aumento fue de un 20% a un 25%. Es una situación en que muchos inversores aprovechan para comprar propiedades con ejecuciones hipotecarias o que fueron subastadas a precios muy bajos. No hay duda, sin embargo, que llegamos al fondo del pozo. La tendencia ahora es al alza. Creo que la tendencia de los precios de la vivienda seguirá siendo firme en el transcurso del año que viene. Ese será uno de los puntos positivos más importantes de la economía. Pasaremos por el secuestro presupuestario con alguna negociación para atenuar su impacto. Pasaremos por la crisis europea y, una vez más, el segundo semestre de este año podría ser más positivo de lo que mucha gente imagina.

-¿El dinero que las personas evitan invertir en bonos debería ser invertido en un inmueble nuevo, en una casa mayor o deberían usarlo para amortizar su hipoteca?

-Bien, hoy en día lo mejor es considerar la posibilidad de refinanciar, si todavía no lo ha hecho, buscando una tasa menor. Si siempre quiso tener una segunda casa, y puede adquirirla, ha llegado la hora de comprarla y de financiarla. Respecto a la adquisición de propiedades, si usted conoce bien el asunto y quiere invertir parte de su dinero en eso, no tengo ninguna objeción. Personalmente, sin embargo, sigo creyendo más en el mercado bursátil.

Las acciones están rindiendo de seis a ocho por ciento respecto a su capital base. Esa es una tasa de retorno excelente en un mundo de tipos de interés cero. En realidad, constaté que la tasa media de precio-beneficio de las acciones en un contexto de tasa de interés muy baja es del 19%. Por lo tanto, una tasa de precio-beneficios de 14 o 15, dependiendo de cómo se haga la medición, aún es menor que el valor medio en un contexto de tasa de interés moderada. Por eso, continúo creyendo que las oportunidades están en el mercado bursátil.

-Vamos a finalizar con una pregunta: ¿cómo cree que va a comportarse el mercado bursátil el resto del año? ¿Y los próximos cinco o diez años?
-Bien, me arriesgué a principios del año pasado, y lo que dije quedó registrado, cuando pronostiqué que, a finales de 2013, el Dow sobrepasaría los 15.000 puntos, con posibilidades de llegar a 17.000.

-Hoy está un poco por debajo de 14.000.

-Sí, está cerca de 14.000, pero sigo convencido de que estará cerca de 15.000, tal vez 17.000 sea un poco exagerado, pero no es imposible. Si la situación mejora un poco más y las personas creen que hay valor en el mercado, puede que se sitúe entre 16 y 17.000 a finales de año. Sería un buen año, y yo creo que tendremos un año muy bueno.

-¿Y los próximos cinco años, serán buenos?

-Sí, es decir, no creo que tengamos precios exagerados. La economía pasará de un crecimiento por debajo de lo normal del 1% al 2% a un crecimiento muy bueno del 3% al 4% a finales de este año y en 2014.

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