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Coparmex: baja productividad en México se rompe con reformas estructurales
Jueves, Enero 9, 2014 - 09:18

Juan Pablo Castañón, presidente de la entidad, dijo que la propuesta será impulsar los nuevos motores del crecimiento en México, como los conglomerados de petroquímica secundaria, que pueden florecer con la reforma energética.

Para romper con el círculo vicioso de pobreza, informalidad y bajos ingresos que mantienen millones de mexicanos, el sector patronal se propuso enfrentar durante este 2014 el desafío de la baja productividad a través de la utilización de las reformas estructurales aprobadas como la energética.

Juan Pablo Castañón, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) dijo que la propuesta será impulsar los nuevos motores del crecimiento en México: como los conglomerados de petroquímica secundaria, que pueden florecer con la reforma energética; los clusters de biotecnología; automotriz y aeroespacial o de turismo de negocios.

En su mensaje semanal La Señal Coparmex lamentó que los 10 estados menos productivos, entre ellos Guerrero, Chiapas, Baja California, Campeche, Quintana Roo, Michoacán, entre otros, tengan al 70% de la población que se ubique en la informalidad laboral y casi el 60% viva en la pobreza.

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En tanto, la riqueza por habitante en esas entidades creció apenas una tercera parte del promedio nacional.

“Sólo en la medida en que se mejoren la productividad y la articulación regional para crear conglomerados económicos, seremos capaces de generar mayor desarrollo y riqueza para esas comunidades y así para todo el país”, acotó Castañón.

Por ello, conminó a participar desde la pequeña y mediana empresa en una nueva cultura empresarial para México.

La Coparmex refirió que el rezago en la productividad de México se explica por la escasez de crédito eficiente; rigidez en el mercado laboral; falta de competencia en sectores clave, como energía o telecomunicaciones; baja calidad educativa y sobre todo falta de vinculación escuela-empresa; insuficiente inversión en infraestructura; sobrerregulación económica y debilidades institucionales.

No obstante, Juan Pablo Castañón consideró que con las reformas estructurales se podrán corregir algunos de esos problemas; aunque por sí mismas, los cambios no son la solución definitiva, sino son la precondición para lograr ese propósito.

“Sería imperdonable no aprovechar la nueva realidad económica que viene con las reformas, para generar valor, riqueza y desarrollo igualitario, en un esquema nacional de trabajo que nos involucre a todos”, condicionó.

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* Con información de El Economista de México y Coparmex.

Autores

AméricaEconomía.com