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Desempeño de economía de Brasil pasa de "grandiosa" a "buena"
Viernes, Agosto 19, 2011 - 05:51

Luego de varios años dinámicos en que se ganó la reputación de "China cercana" entre algunos inversores occidentales, Brasil parece estar entrando ahora en un patrón de crecimiento económico de alrededor de un 3 a un 4% en el futuro previsible.

Brasilia/Rio de Janeiro. La larga bonanza de Brasil parece haber llegado a su fin.

Luego de varios años dinámicos en que se ganó la reputación de "China cercana" entre algunos inversores occidentales, Brasil parece estar entrando ahora en un patrón de crecimiento económico de alrededor de un 3 a un 4% en el futuro previsible.

Pese a que eso aún es bueno en comparación a los deprimidos estándares de Europa y Estados Unidos, deja a Brasil atrás de sus verdaderos pares, los otros miembros del denominado grupo Brics de grandes mercados emergentes.

Las perspectivas más frías se han reflejado en el mercado accionario brasileño, que tiene uno de los índices con peor rendimiento este año.

Varias empresas están descartando planes de inversión frente a utilidades decepcionantes y economistas de Wall Street han recortado sus previsiones el 2011 y los próximos años.

Rol de clase media. El principal culpable es el consumidor de clase media de Brasil, que impulsó la expansión de años recientes mediante la compra de automóviles y televisores a un ritmo récord, pero que ahora se encuentra sobreendeudado.

La evidencia va desde lo empírico, como el aumento de las tasas de incumplimientos, a lo anecdótico - es increíble lo fácil que es encontrar a brasileños que están llenos de deudas.

Otras restricciones incluyen el pobre clima de negocios en comparación a sus pares; la incapacidad de la presidenta Dilma Rousseff para conseguir grandes reformas al código tributario y otros cambios para ayudar a impulsar el crecimiento; y la crisis económica global, que se traduce en perspectivas inciertas para las materias primas brasileñas.

Economía en desaceleración. Muchos brasileños están orgullosamente optimistas sobre el reciente ascenso de su país en el escenario global y las conversaciones sobre un futuro menos glorioso aún son tratados como herejía en algunos círculos.

De hecho, la mayor economía de América Latina aún goza de un alto nivel de empleo. Incluso un crecimiento moderado podría ser suficiente para asegurar el objetivo de Rousseff de sacar de la extrema pobreza a otros 16 millones de brasileños, o casi una décima parte de la población del país, a fines del 2014.

Ciertas áreas de la economía, como el petróleo costa afuera y la construcción civil probablemente seguirán creciendo con fuerza. Factores como la demografía y una deuda nacional relativamente pequeña seguirán trabajando a favor de Brasil.

Algunos ven con beneplácito un crecimiento menor, pues afirman que podría ayudar a contener la alta tasa de inflación y a impedir un colapso más doloroso más adelante.

Sin embargo, un creciente número de líderes empresariales, inversores y funcionarios de Gobierno ya expresan nostalgia respecto a los años de bonanza.

"Una desaceleración de la economía es un hecho", dijo Claudio Bergamo, presidente ejecutivo de Hypermarcas, el mayor fabricante brasileño de bienes de consumo desechables, como productos de belleza y farmacéuticos.

"Es como una ola que está golpeando a algunos más fuerte que a otros", añadió.

Alrededor de dos tercios de grandes empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Sao Paulo incumplieron las expectativas de ganancias en el segundo trimestre, según un análisis de Reuters.

La Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp) prevé que las fábricas pospondrán alrededor de 17.000 millones de reales (US$10.600 millones) en inversiones este año y los sectores que más sufrirán serán los más sensibles a la demanda, como alimentos y maquinaria.

Eso colocaría a las inversiones por parte de las industrias en cerca de un 10% más bajo a los niveles vistos en el 2010, afirmó la FIESP.

"Estamos oyendo una sorprendente cantidad de pesimismo", dijo José Ricardo Roriz Coelho, director del departamento de competitividad y tecnología de la Fiesp.

Recorte de crecimiento. Varios economistas han recortado recientemente sus estimaciones económicas respecto a Brasil, incluyendo a Gray Newman, de Morgan Stanley, quien el miércoles recortó su previsión para el crecimiento del país sudamericano en el 2012 a un 3,5% desde un 4,6%  previo.

La consultoría Capital Economics ahora ve el crecimiento del país sudamericano en un nivel tan bajo como un 2,5% en el 2013.

En el corto plazo, Credit Suisse afirma que la economía de Brasil podría incluso contraerse en el tercer trimestre, antes de reanudar una expansión más lenta hacia fin de año.

Volviendo a la tierra. Virtualmente nadie esperaba que continuara el ritmo de crecimiento económico del 2010. Difícilmente alguien previó una resaca tan fuerte a partir de esa bonanza en términos de una inflación por sobre el centro de meta y de una de las monedas más sobrevaloradas del mundo.

El dolor podría sentirse durante años.

El Banco Central de Brasil se ha visto obligado a elevar la tasa de interés referencial, Selic, cinco veces consecutivas este año, a un 12,50% anual, una de las más altas del mundo.

"Tenemos algunos temas locales aquí -altas tasas de interés, un alto déficit- que no te permiten crecer al ritmo" visto el año pasado, dijo Marco Paulo Costa, vicepresidente de CR2, un banco que otorga préstamos mayoritariamente a pequeñas y medianas empresas.

La tasa de interés en deudas de consumo promedian más de un 45% en Brasil y el pago de deudas ha aumentado hasta ocupar cerca de un cuarto de los ingresos de los brasileños.

Eso se compara con un nivel máximo en Estados Unidos de menos de un quinto de su salario antes de la crisis financiera del 2008.

Los incumplimientos sobre préstamos personales subieron un 22% en la primera mitad del 2011, el mayor salto en nueve años, según Serasa Experian, una empresa de investigación crediticia.

Muchos líderes industriales se han sentido decepcionados por la incapacidad de Rousseff de reducir la carga tributaria de Brasil, que es una de las más altas del mundo.

La mandataria ha descartado realizar una gran reforma fiscal que podría dar cabida a más dinero para inversiones, que es poco de acuerdo a estándares del mundo emergente.

Las posibilidades de realizar reformas para elevar el crecimiento de Brasil están disminuyendo rápidamente en la medida en que Rousseff enfrenta una rebelión por parte de sus aliados en el Congreso, que están enfadados por sus esfuerzos por controlar costos y erradicar la corrupción de los ministerios.

Autores

Reuters