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EE.UU.: acuerdo por abismo fiscal debilitaría crecimiento económico del país
Miércoles, Enero 2, 2013 - 09:03

Aunque el Senado de Estados Unidos le dio vía libre a una serie de medidas que evitan la caída fiscal de la economía de ese país, la salvación está en la Cámara de Representantes, con mayoría republicana.

Los mercados se están tomando un día de descanso por el festivo en Nueva York. Esto les da tiempo a los corredores para digerir la noticia de que el Senado de los Estados Unidos ha aprobado una serie de medidas para evitar el “abismo fiscal”. Si se asume que la Cámara de Representantes aprobará el paquete, ¿deberían alabarlo o denunciarlo?

Lo más importante sobre los aumentos a los impuestos y recortes al gasto por US$600.000 millones, que estaban programados para comenzar el 1° de enero, es que la economía de los Estados Unidos estaba de hecho enfrentando dos precipicios, no uno.

La primera parte era el vencimiento deliberado de los recortes de 2001 hechos por Bush a los impuestos y los recortes más recientes a las nóminas (además del fin de algunos otros recortes tributarios). El segundo era la camisa de fuerza autoimpuesta que el Congreso y la Casa Blanca acordaron asignar para permitir que el gobierno emitiera más deuda en 2001. Sin esto se habría acabado su dinero para cumplir con todas sus obligaciones financieras.

Este arreglo se habría materializado en un recorte de US$100.000 millones al año, divididos según el espíritu bipartidista en programas de defensa y no defensa (de los últimos en particular había recortes al medicare).

Después de todo, los Estados Unidos estaban enfrentando un apretón fiscal de un 4% de su PB, que era lo suficiente para generar una nueva recesión. La ley aprobada por el Senado tan sólo amortigua el impacto que proviene del precipicio fiscal al hacer algunos de los recortes permanentes, pero no todos. Al final, lo único que han podido hacer los senadores es posponer el precipicio por dos meses.

Así que en términos económicos es un acuerdo pequeño. Es verdad que los recortes a los impuestos que vencían eran el componente más grande del apretón fiscal que se avecinaba (eran de US$221.000 millones, según la Oficina de Presupuesto del Congreso). Al hacer que los recortes en los impuestos de la era Bush sean permanentes para los individuos que ganen menos de US$400.000 al año (y a los hogares que ganen menos de US$450.000), la mayoría de los US$221.000 millones no saldrán de la economía y la parte que se elimine tendrá un menor efecto sobre la demanda, pues los ricos ahorran más.

Pero lo que Washington pudo haberle dado a la clase media con una mano la borró con la otra. El vencimiento de la reducción del 2% sobre el impuesto a la nómina, que, a diferencia de los impuestos a los ingresos, de hecho lo paga la clase media, implica un apretón de US$95.000 millones entre los años 2012 y 2013. Esto le hará más daño a la economía que cualquier ventaja obtenida por aumentar el límite original de Obama de US$250.000 millones para permitir la permanencia de los recortes a los impuestos.

Así que el apretón fiscal va a suceder. Es más pequeño de lo que pudo haber sido, pero más que ningún apretón o incluso los estímulos necesarios por parte de los Estados Unidos para lograr la recuperación. Además, el precipicio se va a dar a no ser que los políticos puedan llegar a un acuerdo que es más difícil de lograr, pues el gobierno ya está al límite de su deuda y esta es la carta de negociación más fuerte que tienen los republicanos.

Autores

ELESPECTADOR.COM