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Eurozona se apresta para enfrentar los momentos más crudos de la crisis
Miércoles, Octubre 10, 2012 - 13:00

Las consecuencias de las malas medidas de los bancos centrales están a punto de reflejarse en los índices más duros en la microeconomía. Éstos, serán clave en evidenciar la crisis que vive Europa.

Las cifras que más duelen y se sienten en las economías y en la vida de la población están a punto de revelarse y marcar el fracaso de las políticas de los bancos centrales europeos. Mejoras en las encuestas, cifras de empleo y tasas de interés son algunos de los índices que evidenciarán esta realidad.

El análisis es del economista jefe de Saxo Bank, Steen Jakobsen, quien identifica como principal problema, que los planificadores de los respectivos bancos centrales están acabando rápidamente con su propia capacidad para seguir manipulando las expectativas del mercado. Debido a que al eliminar los riesgos de cola, eliminaron a la vez los principales riesgos a corto plazo a la vez que aumentaron el riesgo sistémico general (algo de lo que habrá que preocuparse a fines de 2013 o principios de 2014).

Una vez implantada la táctica de la relajación cuantitativa sin fin (tercer lote) y una vez que se ha asegurado que “se hará todo lo posible por mantener el euro con vida”, ¿qué más se puede hacer? La respuesta es: además de eso, nada. Y esa es la razón por la que a partir de ahora volveremos a centrarnos en la microeconomía y en las cifras y, en Europa, iremos de mal en peor.

Según señala Steen Jakobsen: "Estuve en Amsterdam y pude confirmar una tendencia que había empezado a notar durante mis vacaciones de verano en la “Europa rica del norte”, es decir, Dinamarca, Suecia, Alemania y los Países Bajos; la crisis por fin está empezando a doler".

Gravedad negativa. La mayoría de expertos e inversores tienden a olvidar que las tasas de interés en torno a cero dejaron de tener repercusiones en la economía hace dos años, y que ahora los efectos positivos derivados del riesgo del precio de los activos se vieron superados por la gravedad negativa provocada por los sucesivos errores cometidos a nivel macroeconómico.

Efectivamente, en el norte han estado protegidos por el superávit de nuestras cuentas corrientes, pero ahora la desaceleración es un hecho.

Por primera vez en la historia, los pensionistas holandeses recibirán una paga menor mientras que los bancos de los Países Bajos sufren presiones legislativas encaminadas a frenar el excesivo apalancamiento del mercado inmobiliario. Los principales bancos holandeses están abriendo filiales en Alemania. ¿Para financiar sus balances? ¿Se trata de la nueva norma? Lo dudo. ¿Recortes en el sector bancario? Totalmente.

Los países ricos del norte podrían ser la clave que catalizaría el cambio hacia la microeconomía que he mencionado anteriormente y espero que así sea. Alrededor, la gente se está quedando sin trabajo. Todo el mundo trabaja con presupuestos congelados y todas las empresas relacionadas están recortando puestos de trabajo, no aumentándolos.

Déficits presupuestarios. La crisis ha dejado de ser un espejismo, ahora es real incluso para los llamados países ricos del norte que también vivieron por encima de sus posibilidades durante demasiado tiempo. Esto se puede apreciar en los grandes déficits presupuestarios que arrastran Dinamarca, Alemania y los Países Bajos. Intentamos fingir que la crisis se restringía al sur de Europa pero ahora es un fenómeno real y presente en todo el Viejo Continente.

Y ahí es precisamente donde yace un posible catalizador del cambio puesto que, conforme los mercados y autoridades centrales se den cuenta de que el milagro alemán era un espejismo en vez de algo real puede que empiecen a avanzar. Es muy difícil entender realmente los problemas del vecino por mucha empatía que se crea tener, pero cuando se te meten en tu propia casa, de repente, todo se ve de otra manera.

Nivel microeconómico. La “belleza” de una crisis real es que provoca la determinación para hacer algo de una vez, al menos, a escala microeconómico. Estoy convencido de que las acciones microeconómicas que se implementen compensarán la serie de errores cometidos por los legisladores centrales a nivel macro. El efecto positivo será la creación de empresas y países preparados para el cambio.

El hecho de que la crisis haya alcanzado finalmente el núcleo de los países del norte de la UE podría ser lo mejor que le podría pasar a Europa para mejorar su situación puesto que nos acerca a una solución definitiva. En mi opinión, el 2013 será un año de transición que traerá consigo una recuperación en forma de V.

El catalizador de dicho cambio podría materializarse en alguno de los acontecimientos siguientes:

- La salida del euro de Grecia.
- Merkel renueva su mandato gracias a los votos del SPD, lo que la alejaría de la UE.
- España “salta por los aires” en un enfrentamiento con la UE.
- El PIB de Francia cae en un 2%

Desde un punto de vista más racional, el mercado podría decir: basta ya, hemos pasado cinco años implementando medidas poco convencionales y a lo mejor es el momento de volver a las clásicas: establecer un déficit estructural máximo del 1% del PIB en 2017-2020 para todos los países, devaluar el euro, incentivar por medio de ventajas fiscales la inversión en capital de riesgo para compensar el nivel extremadamente alto de ahorro privado y obligar a los políticos a responder de sus decisiones.

Son pasos sencillos, pero lo que nos hace falta es un vecindario tranquilo y agradable donde todos estén interesados en avanzar, algo que sin duda es más fácil cuando todo el mundo lo pasa mal y se da cuenta de que el esfuerzo colectivo es necesario.

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