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Expertos reclaman políticas más activas para competir por la inversión en Uruguay
Jueves, Febrero 25, 2016 - 08:01

"No vemos impulsos importantes" para el crecimiento, luego de que grandes proyectos que en 2013 se esperaba que apuntalaran la inversión se cayeran "como piezas de dominó", dijo Ignacio Munyo.

En el ring de la economía mundial, Uruguay recibe el golpe de un contexto internacional menos favorable que en los últimos años, en buena posición pero sin una idea clara de cómo moverse de ahora en más sobre la arena para remontar la pelea.

La metáfora la empleó el economista Carlos Steneri en el desayuno organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) que tuvo lugar en el Club de Golf. Sin embargo, recogió un concepto que estuvo presente también en las exposiciones de Ignacio Munyo (director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa del IEEM, Universidad de Montevideo) y Dolores Benavente (presidenta de la Academia Nacional de Economía y directora de Unión Capital AFAP): el gobierno debe tener un rol más activo para abrir los "cuellos de botella" que afectan el crecimiento y limitan el acceso de los capitales.

"No vemos impulsos importantes" para el crecimiento, luego de que grandes proyectos que en 2013 se esperaba que apuntalaran la inversión se cayeran "como piezas de dominó", dijo Munyo.

Competitividad fue una palabra recurrente. Según Munyo, Uruguay se encareció en precios con sus vecinos comerciales y eso le resta atractivo al país y posibilidades a los negocios. Pero también otros aspectos afectan la competitividad, como señaló Benavente, como la baja productividad, la eficiencia y el costo de las tarifas públicas.

La inserción internacional es otra área a atender que los tres expertos identificaron como prioritaria para permitir que la economía abandone la zona de estancamiento en la que ingresó en 2015. "Uruguay, con respecto a su tamaño, es una economía extremadamente cerrada", sostuvo Munyo.

En ese sentido, el acuerdo transpacífico de cooperación económica (TPP) es visto como una oportunidad que llega el momento justo, según los analistas.

"Perdimos el tren una vez con el TLC (tratado de libre comercio) con Estados Unidos, una segunda vez con el TISA (acuerdo en el comercio de servicios) ¿lo vamos a perder por tercera vez? Este tren no pasa muchas veces en la vida, reflexionó Benavente".

Carlos Steneri: Huérfanos de una visión de largo plazo. "La realidad económica depende de nosotros, pero también de un entorno que no terminamos de comprender", concluyó ayer el economista Carlos Steneri, quien atravesó tres gobiernos como responsable de la relación del Estado uruguayo con sus acreedores en el exterior.

En su disertación, el experto trazó un panorama complejo, cargado de incertidumbre, donde las principales potencias perdieron la capacidad de coordinación que les permitió en la segunda mitad del siglo pasado afrontar episodios de turbulencias financieras globales. Al mismo tiempo, los emergentes "tomaron como permantente una situación pasajera de los precios de sus productos y los volcaron a una política distributiva insostenible".

Steneri mira con preocupación la situación política y económica de Brasil, como un factor de riesgo en el corto plazo. "Es una economía a la deriva", explicó. "El ancla monetaria y fiscal de Brasil se ha perdido" y lo único que ata las expectativas es el tipo de cambio, que todavía tiene margen para seguir ajustándose con una mayor devaluación.

Sin embargo, según el experto, se trata para Uruguay de "una piña, que nos pega y tenemos que estar preparados para el golpe", pero que aun así, "lo que tenemos que pensar es cómo nos tenemos que mover en el ring de la economía mundial en los próximos 10, 15 años para poder ganar la partida".

Y se lamentó: "Ahí es donde estamos huérfanos. (...) Estamos muy entretenidos por lo cotidiano, pero nos falta pensar en los grandes temas".

Ignacio Munyo: Las tarifas al servicio de la competitividad. El economista Ignacio Munyo, director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa del IEEM (Universidad de Montevideo), hizo un recorrido por los principales desafíos de la economía uruguaya y propuso mejorar la competitividad empresarial a través de una baja de las tarifas públicas, aunque eso suponga un mayor endeudamiento público.

Según el experto, no todas las noticias que vienen del exterior son malas. El efecto para Uruguay de la caída de los precios de los commodities que exporta se verá compensado por el retroceso de los precios del petróleo. Al mismo tiempo, las tasas de interés siguen en niveles bajos y el país "se desmarcó" del riesgo que suponen hoy las colocaciones en Brasil y Argentina, con lo cual goza de buenas condiciones para el financiamiento.

Pero tanto el atraso con que Uruguay ajustó el tipo de cambio –"el dólar es el precio que menos subió desde 2002"– como la evolución de las tarifas públicas generaron una pérdida de competitividad para las empresas locales de cara al exterior. Si bien respecto al dólar, sostuvo que Uruguay "va a tener que acostumbrarse a estar unos años caro" porque "no es viable" una mayor depreciación de la moneda, dijo que hay camino para avanzar en otras áreas.

Propuso una baja del precio de los combustibles de 15%, que los situaría en los niveles a los que podrían acceder los uruguayos si se importara ya refinado, y que "hay espacio para aumentar la deuda pública" para afrontar ese impacto. Identificó la inserción internacional como el principal desafío del país para reactivar el crecimiento en los próximos años en ausencia de megaproyectos.

Dolores Benavente: Oportunidades, amenazas y debilidades. La economista Dolores Benavente, presidenta de la Academia Nacional de Economía y directora de Unión Capital AFAP, realizó un análisis FODA de la economía. Esto supuso identificar las fortalezas, oportunidades, amenazas y debilidades como insumo para trazar una estrategia a futuro.

Entre las fortalezas, indentificó el buena valoración de las instituciones uruguayas, los recursos naturales, la matriz energética, el atractivo al país a la inversión –tanto directa como financiera–, los altos niveles de ahorro nacional en el sistema previsional, la solidez de las instituciones financieras, la infraestructura en telecomunicaciones y el capital humano –"aunque a veces también nos juegue en contra"–.

Como oportunidades, señaló la apertura de Argentina, el precio del petróleo a la baja, la pujanza de China –aunque también sea un riesgo–, el acuerdo transpacífico de cooperación económica (TPP), las exportaciones de servicios y su potencial de expansión, los posibles yacimientos de gas y petróleo, las inversiones en infraestructura a través de proyectos de participación público privada (PPP), y posible mejoras en el gobierno corporativo de las empresas públicas.

Como debilidad, dijo que Uruguay tiene problemas de competitividad que van más allá del dólar y que pasan por problemas de eficiencia y productividad. El tamaño del Estado y la ineficiencia de las empresas públicas son también debilidades, igual que la "hiper regulación", carencias del sistema educativo, la rigidez laboral y la fragmentación social.

Además de China, también identificó a Europa, Brasil y la baja de los commodities como amenazas; al igual que el narcotráfico y la violencia que ganan fuerza en Uruguay.

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