Nemat Shafik, subdirectora gerente del FMI, considera que la región trabaja en una nueva cultura fiscal y destacó que las medidas debatidas y adoptadas en la última década han permitido que la región responda de mejor forma a los shocks internacionales.
Uno de los principales retos macroeconómicos del istmo centroamericano es la mejora de sus indicadores de recaudación tributaria, un alza que deberá complementar el renovado auge de las economías.
El tema fue uno de los protagonistas en las reuniones que antecedieron a la inauguración de la "X Conferencia Regional de Centroamérica, Panamá y República Dominicana", que se desarrolla desde hoy en Managua y a la que asisten los presidentes de los bancos centrales y ministros de Hacienda y Finanzas de la región.
Centroamérica no destaca como una de las regiones más eficientes en la recolección y gasto de tributos, por ello se hace urgente incrementar los niveles para hacer frente a las crecientes demandas sociales.
La jefa de misión del FMI para Panamá, Corinne Delechat, explicó a ElEconomista.net que Panamá y Nicaragua son los países con una mayor relación de ingresos con respecto al PIB (cerca del 20%), ligeramente por encima del promedio latinoamericano. En contraste, los niveles más bajos corresponden a Guatemala (cerca del 12%) y El Salvador (que podría cerrar en 14%).
Nemat Shafik, subdirectora gerente del FMI, considera que la región trabaja en una nueva cultura fiscal y destacó que las medidas debatidas y adoptadas en la última década han permitido que la región responda de mejor forma a los shocks internacionales.
Shafik considera que la crisis financiera puso a prueba la capacidad de resistencia de la región y que la respuesta de Centroamérica ante los riesgos tuvo mucho éxito, ya que gracias a una mayor disciplina se permitió aumentar el déficit fiscal, relajar las condiciones de la política monetaria y proporcionar liquidez al sistema financiero, echando mano a una serie de planes contracíclicos.
Esta visión es compartida por el presidente del Banco Central de Nicaragua, Antenor Rosales, quien dijo que el shock no provocó un colapso masivo en ninguna de las economías del área y que esto es el resultado de una disciplina de la que carecieron algunas potencias que ahora se ven envueltas en problemas de impago.
Rosales dijo en el discurso de inauguración que ahora que las economías del istmo están recuperando el dinamismo es ideal que sean más rigurosas y reconoció que en el pasado "la bonanza económica se convirtió en la embriaguez del gasto", una riesgosa tentación que luego se paga "con la resaca de la deuda".
Reformas en marcha. Los representantes de los siete países parecieran estar de acuerdo con este precepto y hoy, en una de las reuniones preliminares en la que participaron los ministros de Finanzas y Hacienda, compartieron experiencias sobre los planes de reforma que ejecutan o planifican
Alfredo Rolando del Cid, ministro de Finanzas de Guatemala, anticipó que su país está avanzando en el tema y que hay pláticas que permitirán destrabar un paquete de reformas conocido como Ley Antievasión II, las negociaciones incluyen una bolsa de préstamos que permitirá aliviar a las cuentas fiscales en el corto plazo.
Del Cid reveló además que hay un interés de parte de los políticos para que el nuevo presidente de la República, encuentre sanidad fiscal. La reforma prevista por Guatemala es la que más problemas ha enfrentado, la cual fue impulsada inicialmente por el ex ministro Alberto Fuentes Knight.
En contraposición están las experiencias de El Salvador, Costa Rica y Panamá que ya pusieron en marcha algunos cambios de tipo administrativo y se busca fórmulas para dar un paso mayor y elevar la carga tributaria.
Seguridad. Otro tema es la creación de presupuestos extraordinarios para planes de seguridad, para hacer frente a la cruda ola de violencia asociada en algunos casos a la operación de redes de narcotráfico y pandillas juveniles.
Esta problemática tiene particular incidencia en el Triángulo Norte de Centroamérica, un área que comprende a Guatemala, Honduras y El Salvador.
Si bien se conoce en detalle de los planes de El Salvador (que negocia la creación de un fondo que gravaría a los capitales) y Honduras (que ya creó una figura en ese sentido), destaca de sobremanera una iniciativa de Costa Rica.
El ministro Fernando Herrero, detalló que su gestión impulsó el diseño de un impuesto que tome como base el Registro de las Personas Naturales. El mismo tiene una meta de recaudación de $200 millones.
La idea, dijo Herrero, es gravar a las sociedades anónimas un pago anual de $200 con el que se alimentará un presupuesto para reforzar al aparato de seguridad. La iniciativa ya es conocida en el Congreso de la República, con la salvedad de que ayer algunos diputados mostraron interés de modificar el plan.
La idea de los diputados es crear un cobro diversificado en el que, por ejemplo, las Sociedades Anónimas inscritas y en operación paguen $300, mientras que las sociedades inactivas solo paguen $150.
Herrero dijo que estas y otras iniciativas buscan subir en 2% con relación al PIB, con lo que se busca superar los resultados obtenidos por el gobierno panameño con su plan de reforma, con el que se llegó a 1.6%, aproximado.
Carlos Cáceres, ministro de Hacienda de El Salvador, añadió que en su país se está trabajando en una nueva generación de reformas que buscan seguir cerrando espacios a la elusión y la evasión y que el impuesto a los grandes capitales tendría un efecto temporal, por lo que hay obligación de seguir robusteciendo la recolección de impuestos.
"(En el FMI) comprendemos los múltiples retos a los que se enfrentan las autoridades encargadas de formular las políticas, es por eso que apreciamos la relación franca y estrecha que tenemos con los países de esa región", dijo durante su intervención Nemat Shafik.