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Francois Hollande podría suavizar sus promesas de gasto en Francia
Martes, Mayo 8, 2012 - 11:12

Sus asesores afirman que incluso podría congelar algo del gasto si la auditoría arrojara sorpresas desagradables.

París. El presidente electo de Francia, el socialista Francois Hollande, podría usar una próxima auditoría sobre las finanzas estatales para suavizar sus populares promesas de campaña, con miras a evitar el malestar de los mercados con los crecientes déficits públicos.

Sus asesores afirman que incluso podría congelar algo del gasto si la auditoría arrojara sorpresas desagradables. Una medida de ese tipo tranquilizaría a los inversores, que temen que Hollande se convierta en el líder de la ofensiva contra la austeridad en la zona euro.

Hollande, que asumirá su cargo la semana próxima tras derrotar en las urnas el domingo a Nicolas Sarkozy, generó inquietud en los mercados con sus promesas de campaña, tales como contratar a 60.000 maestros y crear 150.000 empleos subsidiados por el Estado.

Francia ya tiene uno de los niveles de gasto público más altos de Europa Occidental, en torno a un 55% del Producto Interno Bruto, y no registra un presupuesto equilibrado desde 1974.

Hollande, de 57 años y graduado en la exclusiva Escuela Nacional de Administración, ha estado preparando discretamente el terreno para actuar con un poco más de cautela.

"Ciertamente hay déficits, cosas escondidas en las sombras", dijo Jean-Marc Ayrault, líder del socialismo en el Parlamento y candidato a primer ministro, en relación a la auditoría.

"Descubriremos la realidad y alcanzaremos un equilibrio entre impulsar el crecimiento y hacer los esfuerzos necesarios para reducir la deuda", agregó.

Los cercanos a Hollande lo están instando a aprovechar la revisión que realiza el principal organismo auditor del país, el Tribunal de Cuentas, para justificar una baja en la actual proyección de crecimiento de la economía, considerada demasiado optimista.

Sus asesores lo presionan para que reduzca el gasto en algunas áreas, particularmente en el deficitario sistema de seguridad social, y para que eleve impuestos mediante la eliminación de exenciones tributarias.

"Hay agujeros en el programa por el lado del gasto y nos veremos obligados a tomar medidas", dijo un veterano asesor que pidió no ser identificado.

La situación es delicada para Hollande, que prometió un cambio a los votantes, agobiados por un desempleo en máximos de 12 años y por recortes al gasto.

En un informe publicado en febrero que podría ser un presagio de su próximo reporte, el Tribunal de Cuentas dijo que al ritmo actual llevaría 10 años eliminar el déficit, que el año pasado fue del 5,2% del PIB.

Además, advirtió que la relación deuda-PIB se estaba acercando a una "zona de peligro" del 90 por ciento.

Ante la sensibilidad de los mercados a cualquier mala noticia, los socialistas tendrán que manejar con cautela el informe del tribunal.

Algunos economistas temen que la victoria de Hollande, a quien ven como un socialista más propenso a subir impuestos y a aumentar el gasto sin una agenda de reformas estructurales, pueda sumir al corazón de la zona euro en dificultades.

Sin embargo, los pesos pesados del socialismo han dicho que serán responsables en materia fiscal y que planean reformas para mejorar la decaída competitividad de Francia, aunque no incluirían los frenos a las alzas salariales vistos en Alemania y defendidos por Sarkozy.

"Nadie puede esperar que nosotros lleguemos y comencemos a repartir dinero. Esa no es la realidad de la situación", dijo Michel Sapin, uno de los responsables del programa de gobierno de Hollande y candidato a ministro de Finanzas. "La alegría da margen muy, muy rápido para la responsabilidad", agregó.

Autores

Reuters