Los sectores de la industria que no recibirán subsidios estatales son los de refinación de combustibles, procesamiento de gas natural, biocombustibles y aceites de exportación y agroquímicos.

Buenos Aires. Argentina anunció este miércoles una ampliación en los recortes de millonarios subsidios a energía y agua, con la que quitará beneficios por cerca de US$830 millones a grandes empresas y usuarios de alto poder adquisitivo para reducir el gasto público.

La eliminación de los onerosos subsidios se da dos semanas después de que el gobierno anunciara un recorte de 600 millones de pesos (US$125 millones) en esos gastos, en el comienzo de un plan de reducciones graduales para mejorar un debilitado saldo fiscal.

"Se trata de (...) terminar con la masificación del subsidio", afirmó el ministro de Planificación Julio De Vido, quien realizó el anuncio junto al ministro de Economía, Amado Boudou.

El titular de Economía -y vicepresidente electo- dijo que las grandes empresas ya no gozarán de subsidios a la provisión de energía, agua y gas desde diciembre, mientras que usuarios que residen en zonas acomodadas de Buenos Aires tampoco dispondrán de esos beneficios desde enero.

Los sectores de la industria que no recibirán subsidios estatales son los de refinación de combustibles, procesamiento de gas natural, biocombustibles y aceites de exportación y agroquímicos, según Boudou.

Esos sectores dejarán de percibir subsidios por unos 3.468 millones de pesos, mientras que la quita a usuarios de alto poder adquisitivo ascenderá a unos 500 millones de pesos.

A comienzos de este mes, el gobierno dijo que revisaría los millonarios subsidios estatales al transporte, al agua y a la energía, y que eliminaría algunos, unas medidas que podrían provocar alzas en las cuentas que pagan los usuarios.

La decisión gubernamental se tomó tras meses de un deterioro en el saldo fiscal, provocado en parte por los cuantiosos subsidios, y de una caída del superávit comercial, erosionado por un aumento en las importaciones de energía.

Mantener la intrincada red de subsidios estatales costaría al Tesoro argentino unos 70.000 millones de pesos (US$16.300 millones) este año, un alza de casi un 40% frente al año pasado, según cálculos privados.

Millones de argentinos pagan precios muy bajos por los servicios de gas natural, electricidad y agua potable debido a que sus tarifas están virtualmente congeladas desde el 2002, aunque muchos critican que los beneficiados por el sistema son usuarios de mediano y alto poder adquisitivo.

La decisión de revisar el sistema de subsidios sigue a la restricción que el gobierno de la presidenta Cristina Fernández, recientemente reelecta por amplia mayoría, impuso a la compra de dólares, buscando evitar la depreciación de la moneda local.