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Gobierno argentino presenta presupuesto 2011, pero prevén duro debate
Miércoles, Septiembre 15, 2010 - 06:32

La oposición ha criticado desde hace años el manejo del presupuesto por parte del Ejecutivo y la subestimación o sobreestimación de datos.

Buenos Aires. El Gobierno argentino presentará este miércoles el proyecto de presupuesto 2011, que según expertos y opositores incluiría proyecciones consideradas poco reales, como la cifra de inflación, lo que trabaría su aprobación en el Congreso.

La oposición, que ha criticado desde hace años el manejo del presupuesto por parte del poder Ejecutivo y la subestimación o sobreestimación de datos, según el caso, controla la cámara de Diputados y ha prometido trabar el proyecto si considera poco "creíbles" sus proyecciones.

Las objeciones principales suelen girar en torno a la subestimación del crecimiento económico, la inflación y la recaudación fiscal proyectados para cada ejercicio.

Para la consultora Analytica, sucederá como en los últimos años: "La iniciativa contará con una importante subestimación de los ingresos fiscales para que, una vez más, el Gobierno pueda direccionar los recursos excedentes según las necesidades políticas amparado en la discrecionalidad de los superpoderes". "Esta lógica es crucial en un año electoral como el próximo", según la firma.

Cuando faltan 13 meses para las elecciones presidenciales, se prevé que el debate para aprobar el proyecto cuente con una dura resistencia opositora.

El diputado izquierdista Claudio Lozano, un duro opositor que lidera el pequeño partido Proyecto Sur, anticipó su rechazo si el presupuesto del año próximo contiene cifras "no realistas".

"Si el presupuesto oficial es tan mentiroso como siempre no van a tener votos" para aprobarlo, afirmó.

Sin acuerdo y con prórroga

Analistas ven probable que no se alcance un acuerdo para el 31 de diciembre para aprobar el proyecto, mientras que los diputados oficialistas ya advirtieron que si la oposición se niega a aceptar el presupuesto, se prorrogará el del año pasado y se podrían reasignar partidas no utilizadas.

Eso implica que a partir del 1 de enero regiría una prórroga automática del actual presupuesto en el que todas las autorizaciones de gastos vigentes del 2010 se transfieren al 2011.

Sería la primera vez que eso ocurriera desde el 2003, ya que con el inicio del Gobierno del presidente Néstor Kirchner (2003-2007) y luego en el de su esposa y sucesora Cristina Fernández, el presupuesto siempre se presentó a término y fue aprobado por un Congreso controlado por el oficialismo.

Sin embargo, en la historia argentina rigió varias veces la prórroga presupuestaria, en medio de graves crisis institucionales graves.

Con superpoderes

Analistas creen que de repetirse tal situación, no tendría impacto sobre las decisiones del gobierno, que desde agosto del 2006 dispone de "superpoderes" permanentes para modificar el destino de partidas del presupuesto a través de una ley de administración financiera que le quita al Congreso ese control.

La oposición, que pasó a tener mayoría tras las últimas elecciones legislativas celebradas en junio del 2009, intenta limitar esos superpoderes.

Algunos analistas creen, sin embargo, que tras un duro debate se aprobará un presupuesto con ligeros cambios. Dentro del Congreso estiman que el Ejecutivo no cederá en el cálculo de los recursos ni con la cifra de inflación.

Proyecciones de opositores estiman ingresos extra por no menos de 80.000 millones de pesos (US$20.000 millones) que no están asignados en la ley original, y gastos adicionales por hasta 60.000 millones de pesos (US$15.180 millones)

En una salida más confrontacional pero técnicamente improbable, debido a su complejidad y escaso tiempo -apenas tres meses-, la oposición podría presentar su propio proyecto y aprobarlo puesto que el Congreso es soberano para sancionar una ley.

En esa situación, llamada de "insistencia", el Poder Ejecutivo puede vetarlo y a su vez el Legislativo puede rechazar ese veto. Para llegar a la insistencia se necesitan dos tercios en el Congreso, con los que la oposición no cuenta.

Autores

Reuters