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Gran Bretaña, ¿futuro paraíso tributario?
Lunes, Julio 4, 2016 - 15:36

Tras el triunfo del brexit, numerosas empresas evalúan la posibilidad de abandonar Gran Bretaña.

Con un perceptible alivio tributario, el ministro de Hacienda británico, George Osborne, se propone inducir a las empresas a permanecer en el país tras el triunfo de los partidarios del brexit. El impuesto a las sociedades habría de reducirse del actual 20% a menos de un 15%, según informó el Financial Times. Esta sería una tasa bastante inferior a la de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que en promedio asciende a un 25%.

Semejante rebaja impositiva británica probablemente disgustaría a los otros países europeos, porque podría desatar una carrera por quién ofrece a las empresas impuestos más convenientes y conducir así a una reducción de los ingresos tributarios.

Más competitividad. Con estos planes, Osborne reacciona evidentemente a los temores de que la inseguridad generada por el triunfo del brexit pueda impulsar a algunas empresas a abandonar Gran Bretaña. Varias de las grandes empresas británicas han emitido ya advertencias sobre posibles efectos del brexit en sus resultados.

El ministro Osborne señaló al Financial Times que la economía británica debe prepararse para la retirada de la UE mejorando su competitividad. “Debemos poner la mirada en el horizonte y en el camino que tenemos por delante, y hacer lo mejor con los naipes que nos han tocado”, afirmó.

Antes del referéndum, Osborne no había dicho una palabra sobre reducciones tributarias. Por el contrario: originalmente había anunciado que, en el caso de triunfar la opción del “leave”, sería necesario recabar cerca de 30.000 millones de libras mediante aumentos de impuestos y medidas de ahorro.

El ejemplo de Irlanda. El caso de Irlanda ha servido a todas luces de ejemplo al ministro de Hacienda británico. Desde hace años, los irlandeses desarrollan una agresiva política de rebajas tributarias, para disgusto de otros países industrializados. En los años previos al estallido de la crisis financiera internacional, los grandes bancos se mudaron en masa a Dublín. Ahora son las empresas de internet las que se apiñan en la capital irlandesa.

Entretanto se levantan allí cuatro edificios de Google y en su vecindad se han instalado múltiples consorcios del sector de IT. Las torres de cristal construidas en la zona de los antiguos muelles del puerto albergan, por ejemplo, oficinas de Facebook, Amazon, Paypal, Twitter, Dropbox y otras. El motivo es claro: en Irlanda, las empresas pagan menos impuestos que en otras partes. El impuesto a las sociedades es de solo 12,5%, una de las tasas más bajas del mundo industrializado.

Autores

Deutsche Welle