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Indicadores laborales de América Latina y el Caribe continúan deteriorándose
Jueves, Octubre 20, 2016 - 07:42

Informe de Cepal y OIT indica que el desempleo urbano aumentó durante el primer semestre de 2016 y podría ubicarse en 8,6% en el promedio del año, con una marcada heterogeneidad entre países y subregiones.

Durante el primer semestre 2016 los mercados laborales de América Latina y el Caribe continuaron sufriendo los efectos de la contracción económica regional y anotaron un significativo aumento de la tasa de desempleo y un deterioro general de sus indicadores, según un informe de la Cepal y la OIT.

Las entidades dieron a conocer la edición N⁰ 15 de su publicación conjunta Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe, en la cual analizan el desempeño laboral de la región durante la primera mitad del presente año.

El informe señala que, según las proyecciones más recientes, el producto interno bruto (PIB) regional se contraerá en -0,9% durante 2016. Durante el primer semestre, esta contracción incidió en una caída de 0,6 puntos porcentuales de la tasa de ocupación urbana, la cual, junto con un incremento en la tasa de participación, causó un alza del desempleo de 1,6 puntos porcentuales, en comparación con igual lapso del año pasado.

La tasa de ocupación urbana es la proporción de la población en edad de trabajar que se encuentra ocupada, mientras que la tasa de participación se refiere a la proporción de la población en edad de trabajar que se encuentra ocupada o desocupada (es decir, excluye a las personas que están fuera de la fuerza de trabajo, principalmente estudiantes, amas de casa, jubilados, etc.).

Para el segundo semestre de 2016, a nivel regional no se prevé una mejora significativa de la situación laboral, indica el estudio. La contracción del PIB regional y su impacto en la demanda laboral incidiría en que se mantenga la caída interanual de la tasa de ocupación. Por otro lado, la expansión de empleos informales, sobre todo como trabajo por cuenta propia, atenuaría este impacto en términos cuantitativos, pero reflejaría un deterioro en la calidad del empleo.

El documento agrega que es de esperar que la tasa de desempleo abierto urbano regional siga subiendo y termine 2016 en 8,6%. En promedio, el desempleo regional llegó a 7,0% en 2014 y a 7,4% en 2015.

“Si bien este desempeño negativo viene influenciado fuertemente por el caso de Brasil y su peso en los promedios ponderados, todos los otros países de América del Sur con información disponible, excepto Perú, también sufren incrementos en su tasa de desempleo. En cambio, en los países de América Central y del Caribe, excepto Panamá y Trinidad y Tabago, la tasa de desempleo se redujo”, advierten Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva, y José Manuel Salazar, Director Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, en el prólogo del documento.

Agregan que esta marcada heterogeneidad entre las subregiones también se observa en los indicadores disponibles sobre la calidad del empleo, la variación interanual del empleo registrado y del salario real en el empleo formal.

El informe aborda la participación de los países de América Latina y el Caribe en las cadenas globales de suministro y su impacto en el empleo decente. Indica que la inserción de la región es más reducida que la de otras áreas del mundo y señala que los encadenamientos relativamente pobres mostrados por las economías latinoamericanas y caribeñas reflejan un bajo grado de diversificación productiva. En ese sentido, precisa que el impacto de las exportaciones en el empleo es mayor en el empleo indirecto, especialmente en sectores como la minería o la producción de alimentos, que en el empleo directo.

En el informe también se analizan algunos ejemplos de países de la región que han logrado una mejora de su inserción económica en cadenas mundiales de suministro, lo que a su vez puede traducirse en una mejora social, por medio de una mayor creación de empleo, salarios más altos y mayor formalidad. Sin embargo, se constata que este no es un vínculo automático, ya que los resultados en términos de trabajo decente también dependen de otras políticas económicas, laborales y educativas que acompañen este proceso.

Autores

AméricaEconomía.com