A pesar de que el Banco Central del Paraguay (BCP) estableció que la tasa de interés en préstamos no puede superar el 44,80%, una gran cantidad de financistas informales ofrecen créditos en los que cobran más del doble de lo legalmente permitido.
Asunción. No son pocos los que agobiados por la necesidad caen en la tentación de llamar simplemente a consultar y terminan, muchos sin saber cómo, pagando préstamos en que llegan a devolver casi el doble del dinero prestado.
ABC Color hizo un sondeo en las últimas semanas entre diferentes locales dedicados a proveer estos préstamos “accesibles”, pero detrás de la fachada de la facilidad en realidad esconden altos niveles de endeudamiento para las personas de menores ingresos.
Haciéndonos pasar por funcionarios públicos nombrados en un Ministerio, llamamos a cerca de una decena de estos locales y consultamos cuotas que se deberían pagar en casos de acceder a un préstamo de G. 1.000.0000.
El primero de estos comercios ofrece préstamos solo a docentes activos y jubilados o funcionarios nombrados. En sus anuncios no dan a conocer nombre alguno de la firma. Por un crédito de G. 1.000.000 cobran 12 cuotas de G. 155.000. Se termina devolviendo G. 1.860.000; es decir, se paga el 86% de intereses. En algunos casos, las tasas de interés alcanzan hasta el 92%. De todas las firmas a las que llamamos, solo una tenía una tasa dentro de los límites legalmente establecidos.
De acuerdo al BCP, los límites de tasas activas para préstamos del sector financiero bajaron por décimo mes consecutivo y para este mes no podrán superar el 44,84% y desde enero no podrán superar el 44,80%. En casas comerciales dedicadas a la venta de electrodomésticos, el interés oscila entre el 40% y el 60%. De acuerdo a algunas versiones a las que tuvo acceso nuestro diario, en los mercados populares también regresó una vieja práctica conocida como “10 por día” en la que prestamistas informales cobran G. 10.000 diario por cada G. 100.000 que prestan, es decir están cobrando 10% diario de interés. Situaciones como estas se han visto favorecidas por la aprobación de la ley que fijó un sistema de cálculo que sitúa el tope de intereses de las tarjetas de crédito en alrededor del 16%, según explicaron a nuestro diario expertos de una consultora hace algunas semanas. De hecho, señalan los expertos, que la promulgación de esta ley terminó afectando a las personas con menores ingresos que antes podían acceder con cierta facilidad a créditos directos para realizar compras, pero que con la llegada de esta legislación perdieron esos beneficios, luego de que los bancos decidieran recortarlos como consecuencia de la aprobación de la Ley 5476, que todavía debe ser revisada para corregir los bajos intereses que resultan de ella. Si bien el justificativo para promulgar la ley era que los intereses de las tarjetas de créditos eran muy altos, estos se mantenían alrededor del 54% hasta agosto pasado, que de todas formas es inferior a lo que cobran estos prestamistas y financistas informales, cuyo negocio va en aumento también en esta época del año en la que la gente de menores ingresos suele pagar cuentas o buscar créditos para comprar implementos para el hogar. Las tasas que cobran estos financistas informales, de acuerdo a análisis realizados por expertos, podrían incluso aumentar aprovechándose de este panorama.
