Pasar al contenido principal

ES / EN

José Carlos Diez, el nuevo rockstar de la economía europea: “comparar a los países por tasa de crecimiento es perverso”
Viernes, Marzo 28, 2014 - 09:50

En su libro “Hay vida después de la crisis”, el economista español logró explicarle al ciudadano de a pie la crisis del Viejo Continente, convirtiéndose rápidamente en un best seller y en una de las voces más escuchadas en Europa.

En su paso por México, AméricaEconomía conversó con José Carlos Diez, sobre la crisis de la euro zona y sobre otro tema que le apasiona, Latinoamérica, pero sobre todo de México, donde tiene familia.

Actualmente Diez está creando un think tank en el Icade Business School, sobre la economía de la región y las perspectivas de la integración regional. 

- En pocas palabras, ¿qué pasó en Europa?

- Una crisis de sobreendeudamiento global, agravada en la eurozona por problemas institucionales y errores de política económica. Europa es la única área del planeta que estuvo en recesión en 2012 y 2013. No es una crisis global, no es una crisis financiera, no es un virus subprime, es un error de política económica. Fue la región en el mundo que menos estímulos monetarios y fiscales metió en 2008 y la primera en retirarlos. Es la región que peor ha gestionado la crisis de endeudamiento. Además se gestionó muy mal la crisis de Grecia y su contagio. Estados Unidos a diferencia de Europa atacó la crisis de crédito y bancaria directamente de manera contundente.

Se cometieron los mismos errores que en México en los ochentas. El objetivo en 2011 cuando se reestructura la deuda de Grecia fue salvar la banca alemana , francesa y británica. Hay que seguir el ejemplo de México en 1987 cuando Salinas de Gortari advirtió que si el país no crecía, no pagaba. La amenaza fue creíble, precipitó el plan Brady, se reestructuró la deuda y se acabó la década perdida. Ningún país europeo ha hecho una amenaza así.

- ¿Cree que lo deberían hacer?

- Yo creo que sí. Hay que resolver los problemas de gobernanza y hay que tener un plan de contingencia. La deuda está mucho peor que el año pasado. En Grecia ha aumentado a15 % de PIB. El 100 % de la deuda ya es pública. Hay que reestructurar toda la deuda pública y toda la deuda bancaria como en el tequilazo en el 94 en México.

- ¿Podríamos decir entonces que estamos más lejos de la crisis que hace un par de años?

- Ha mejorado la situación financiera, ha bajado la prima de riesgo. Eso ha frenado la dinámica pero no la ha resuelto. Hace dos años había tres millones de personas más con empleo que ahora lo han perdido. Cientos de miles de empresas han cerrado. La capacidad de pago de las deudas se ha deteriorado significativamente. La crisis bancaria es mucho más grave que hace dos años. Estamos más lejos de la recuperación.

- En su libro compara la gran depresión del 29 con la recesión de 2009. ¿Desde su punto de vista, cómo pasará a la historia esta crisis?

- Como un gran desvarío financiero en los años previos a la crisis, a lo mejor justificado al principio por todo el tema de la globalización. Las burbujas financieras siempre tienen una justificación, pero luego hay un momento que pierden el control y tienen altos efectos destructivos. Todo el proceso de revolución neoconservadora en Estados Unidos y el Reino Unido de los ochentas y noventas y de desregulación financiera ha tenido efectos negativos para la sociedad mundial que va a tardar décadas en resolverse.

Se ha avanzado en el control de ese monstruo que se llama sistema financiero. Debe existir un sistema financiero, pero hay que saber que éste tiene un alto componente destructivo, igual que las centrales nucleares, y tiene que estar muy controlado.

- ¿Y sobre el efecto de la crisis en América Latina?

- La región es la misma que hace dos años, la política económica es la misma. Antes compraban los bonos, ahora los venden. No se puede un tener un sistema financiero que genere tantos desequilibrios a la entrada de flujos de capitales y dinámicas de burbuja, y tantos desequilibrios, desempleo y pobreza a la salida. Todo esta vinculado a políticas de la Reserva Federal y ésta no incorpora a los países de América Latina en sus decisiones.

Hay que reformar al FMI desde los países emergentes. Si la Reserva Federal tuviese conciencia de ser el prestador de última instancia mundial podría funcionar, pero no la tiene. Los países emergentes no pueden estar dependiendo de las decisiones que haga Estados Unidos, que las hace en clave con sus tasas de paro y de su sociedad. Lo que no está justificado es que si hacen eso quieran ser los coordinadores de la economía mundial.

- Una de los causas de la crisis en Europa que citas en tu libro es el mal manejo de la deuda pública. ¿Cómo ve este escenario en America Latina?

- El manejo de la deuda no es un tema político. La mayoría de economías tienen un sistema basado en la economía de mercado. Yo no creo que sea más de izquierda Evo Morales que Lula da Silva. Lula apostó por la economía de mercado e hizo una política monetaria económica para corregir los excesos del mercado como reducir la pobreza y la desigualdad. Chile es un país muy consolidado, con una democracia y unas instituciones democráticas muy desarrolladas. Uruguay también es un país muy bien gestionado que ha aprendido mucho de la crisis del 2002. Colombia lleva un proceso de consolidación de sus instituciones y de México destaco el control de la inflación y la estabilidad de precios con un tipo de cambio flexible.

Perú tiene un crecimiento muy desequilibrado con una economía muy dependiente de las materias primas y con demasiados desequilibrios, como burbujas inmobiliarias, creo que hay excesos de confianza en el futuro de Perú. Se ha transformado, pero creo que tiene grandes desequilibrios.

Argentina como Venezuela tiene los días contados, tomando decisiones siempre transitorias, luchando contra una inflación que apenas empiezan a reconocer y para la que no tienen un plan de corrección. Están yendo hacia delante, no tienen dólares, van tomando decisiones para tapar los agujeros pero el agua no deja de entrar en el barco. Las perspectivas de Argentina son muy preocupantes no tanto por la situación de la economía sino por las señales que llegan de su política económica.

La situación de Brasil es muy delicada, aunque no tienen endeudamiento externo y tienen una economía más integral. Brasil cometió excesos en 2008. Fue una de las pocas economías en el mundo que no cayó en su consumo privado. No entró en recesión y eso se paga. La economía es cíclica y yo creo que a pesar de la depreciación del tipo de cambio sigue siendo una economía cara. Hay que depurar los excesos inmobiliarios. El sistema bancario tiene una posición muy elevada y con incremento de morosidad, eso tendría que afectar al crédito y eso limita la economía y el estancamiento. Incluso hay un riesgo de recesión que hay que valorar y gestionar.

- Compara en su libro la crisis europea con la crisis de los ochenta en América Latina. ¿Qué debería aprender la región que se encuentra en un proceso de integración de la crisis europea? ¿Que puede hacer para que no le pase lo mismo?

- Nosotros tenemos que aprender más de América Latina. La región está en un proceso de integración y siempre han mirado a Europa como el referente. Creo que hay que aprender de los errores, de las instituciones del euro y de la unión europea. Cuando se entra en una unión monetaria los mecanismos de corrección estabilizadores tienen que estar bien desarrollados y tiene que haber un proyecto de unión política y fiscal. Hay que ceder soberanía al centro y el centro tiene que tener capacidad de respuesta, y esa situación genera tensión.

- ¿Cómo ve el gobierno de Peña Nieto después de un año y del éxito en la aprobación de las reformas? ¿existe el mexican moment?

- El 2013 fue un año complicado para México, de estancamiento, que es un mal escenario para una economía con las tasas de pobreza que tiene el país. Sin embargo, yo creo que ese mexican moment sí existe. Los países desarrollados no ofrecen oportunidades atractivas de inversión real, no especulativa, de proyectos empresariales con creación de empleo, y algunos países emergentes empiezan a entrar en declive. China ha perdido mucho, la India está en crisis, Brasil se ha reducido. México es una luz que empieza a emerger.

Antes, las noticias de México eran sobre narcotráfico, asesinatos y violencia. Hace meses se vuelve a hablar de México como un país atractivo para invertir. Esta situación está totalmente asociada con las reformas. Por ahora hay que ser prudentes y gestionar ese éxito. Hay que aprender lecciones de México de otros periodos.

El TLCAN ha mejorado la industria que hoy es más robusta. Mi preocupación es que todo el ajuste de inflación y de estabilidad se ha hecho contra salarios y rentas de trabajo. Y, además, a los trabajadores se les han subido los impuestos. Por lo tanto la capacidad de compra ha empeorado en los últimos años desde que empezó la crisis o tal vez antes.

Eso hace que la sociedad mexicana no perciba el mexican moment porque ciertamente está peor que hace cinco años. La desigualdad ha aumentado, eso es terrible

El éxito del mexican moment no es que vengan inversores internacionales, ese es el medio, el fin es mejorar las condiciones de vida de los mexicanos. La prioridad a corto plazo es crecer y la inversión va a ayudar, lo que es positivo pero hay que canalizar toda esa inversión hacia la creación de empleo antes de subir salarios. Sobre todo en las clases bajas y eso se consigue con productividad, eficiencia e inversión de capital. Hay director de orquesta, pero hay que acabar la melodía y yo seguiría siendo prudente. Estamos en una fase muy incipiente y lo normal es que a lo largo de este año y el siguiente empiecen a llegar las inversiones en México.

- ¿Ante la desaceleración de la economía de China, cambiará el panorama para la región que depende tanto del mercado de materias primas con este país?

- No estoy especialmente negativo con China. Es evidente que es una economía con desequilibrios enormes pero han demostrado que autogestionan sus problemas, toman decisiones, a diferencia de los países europeos. Evidentemente es el país a seguir ya que si entrara entra un declive importante y brusco de las materias primas –lo que veo muy improbable- América Latina entraría en un déficit de cuenta corriente de inmediato y seguramente en una crisis cambiaria, lo que podría llevar a una recesión profunda en el área. México está menos vinculada con China, le afectaría a los ingresos del petróleo, pero está más vinculada al ciclo estadounidense.

Yo creo que México, sin quitarle la vista a China, debe estar viendo a Estados Unidos. El corto plazo es importante, pero México debe mejorar su educación, sus instituciones, la justicia, la seguridad jurídica.

- ¿Crees que el alcance de las reformas es tan amplio como para modificar definitivamente el panorama de la economía mexicana?

- La promulgación de las reformas no puede llevar a la relajación o a la inacción. Para resolver sus problemas estructurales México como China tendría que crecer de manera intensa durante al menos dos ciclos largos, 15 o 20 años porque parte de unos niveles muy bajos en cuanto a pobreza y desigualdad. Comparar a los países por tasa de crecimiento es perverso. Hay que compararlo por renta por habitante. La ampliación del TLCAN le daría la oportunidad a México de diversificar sus exportaciones a Europa y luego que eso se traslade al sur y llegue a Brasil.

México debería llevar a cabo una estrategia de diversificación de sus exportaciones. Tener tanta dependencia de Estados Unidos es una debilidad. Hay que exportar a más países y diversificar los bienes que se exportan.

La estrategia a veinte años debería ser aumentar el componente tecnológico de capital humano que se le está metiendo a los bienes de exportación. Lograr menos dependencia de la maquila. Los salarios en China ya están muy cerca a los de México. Esa supuesta ventaja competitiva ya casi no existe. Los países que tengan éxito serán los que tengan empresas que aumenten su componente tecnológico. No los que tenga materia prima ni salarios baratos, esa última es una estrategia perdedora.

- ¿Cual sería la clave de la integración en América Latina?

- La clave es incorporar a Brasil. Brasil es el gran mercado y debe perder su nacionalismo económico. Tiene una industria muy protegida. Lo que te enseña la historia económica es que cuando liberalizas bajo una buena gestión acabas teniendo sectores y empresas más robustas, menos vulnerables, más innovadoras. Quienes gestionan mejor sus recursos humanos y que están mas orientadas hacia la exportación con menos protección arancelaria y más libertad, son los que tienen más renta por habitante. Los procesos deben ser graduales como el gradualismo chino y como dijo Aristóteles “la naturaleza no cambia a saltos”.

- ¿Cuáles son sus planes profesionales en cuanto a América Latina y al posible futuro político del que algunos medios españoles le quieren otorgar?

- Estamos tratando de montar un Think Tank y una cátedra en el ICADE. Para septiembre estamos organizando el foro global sur. La gran revolución en la próxima década es el comercio y la relación global de los países del sur sin pasar por Wall Street y por los canales del norte. Yo quiero estudiar ese fenómeno.

Ahora estoy viviendo un momento muy dulce en mi vida y he ganado mucho prestigio en España prestigio. Quiero seguir creciendo como economista y la política no está entre mis planes.

Autores

Camilo Olarte